8 claves para entender la crucial reunión entre Eyzaguirre y la Confech
Este jueves el ministro de educación, Nicolás Eyzaguirre, recibe a los dirigentes de la Confech en el primer encuentro del Gobierno con los estudiantes de la educación superior. La cita abre la agenda educativa dentro un nuevo escenario tanto para la Nueva Mayoría como para el movimiento estudiantil. A continuación presentamos los elementos claves que hay que tener en cuenta en este primer acercamiento entre estudiantes y gobierno.
El ministro de educación dio el primer paso. Nicolás Eyzaguirre sorprendió a los estudiantes cuando el pasado jueves 13 de marzo le envió una carta a la mesa ejecutiva de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), el principal organismo de representación estudiantil de la educación superior, invitándolos a una reunión en el ministerio antes del 31 de marzo.
La Confech, protagonista de la histórica movilización del 2011 que inició el conflicto que hasta hoy permanece abierto y sin solución, solicitó tiempo para discutir en cada plantel la respuesta, sin dejar de mencionar la preocupación acerca de los vacíos que presenta el programa de la Nueva Mayoría. Las discusiones en cada casa de estudios no se dieron en torno de aceptar o no la invitación -fue casi unánime el aceptar sentarse con el ministro-, sino en cómo caracterizar el primer encuentro formal del año.
Y hoy a las 16.00 horas en el Mineduc, Nicolás Eyzaguirre recibirá a la mesa ejecutiva de la Confech,compuesta por las federaciones de estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Universidad Católica (Feuc), Universidad Arturo Prat (FEUNAP), Universidad de La Serena (FEULS), Universidad de Valparaíso (Feuv) , Universidad Técnica Federico Santa María (FEUTFSM), Universidad de Concepción (Fec) , Universidad del Bío-Bío(FEUBB), Universidad de la Frontera(FEUFRO) y la Federación Mapuche de Estudiantes (FEMAE).
En el año de la gran reforma educacional prometida en el programa, estos son los puntos claves que la Confech ve que se juegan en el primer encuentro con el Gobierno. Una reunión que probablemente no será la última, pero que sí marcará la agenda educativa y el futuro del movimiento estudiantil:
1- Cambio de escenario
La Confech reconoce que se enfrenta a un panorama muy diferente al que tenía con el gobierno de Sebastián Piñera: “Es un escenario bastante distinto, hoy tenemos al frente a un gobierno que ha usado las consignas del movimiento para su programa, aunque nosotros ya hemos marcado nuestras diferencias”, señala la presidenta de la Fech Melissa Sepúlveda.
Entre los puntos que los estudiantes reconocen como un cambio de panorama es la incorporación del Partido Comunista (PC) al oficialismo y la irrupción de la denominada “Bancada Estudiantil”, conformada por los ex dirigentes estudiantiles y hoy diputados Camila Vallejo (PC), Karol Cariola (PC), Gabriel Boric (Izquierda Autónoma) y Giorgio Jackson (Revolución Democrática). Además hay presencia de importantes ex dirigentes como Rodrigo Roco y Miguel Crispi en el equipo de asesores de Eyzaguirre.
Para la Confech, este cambio en las piezas del tablero es un nuevo desafío: ya no se encontrará con un frontón ideológico que le negará la consecución de sus demandas. Hoy enfrenta un gobierno con mayor legitimidad social y que alcanzó un alto nivel de votación y que incluso habla en sus propios términos. Y es un gobierno que, además, tiene la mayoría parlamentaria suficiente como para hacer una gran reforma educacional. Para no quedar fuera del juego, la Confech buscará tener el apoyo de la ciudadanía para ser capaz de aprovechar las diferencias que existen dentro de la Nueva Mayoría. Así lo afirma Melissa Sepúlveda:“La ambigüedad del programa nos ha hecho ver que no hay una postura única en el conglomerado que hoy está en el gobierno. Por lo mismo va a ser fundamental el factor de la movilización, que pueda ejercer la presión social suficiente y pueda orientar y tensionar la discusión de la reforma hacia nuestro sector. El problema de la educación no es técnico, sino que es de voluntad política”.
Ante esto, no deja de ser importante el rol que pueden jugar el PC y la bancada estudiantil para tensionar el programa, llenar los vacíos que existen e incorporar los elementos que vayan en la dirección que el movimiento estudiantil propone.
2- Una prueba para ambos
La reunión -y cómo se salga de ella- representa un desafío tanto para el gobierno como para los estudiantes frente a la opinión pública. Michelle Bachelet llegó al gobierno con un un programa que aseguraba darle solución al conflicto estudiantil. El Gobierno debe mostrar una imagen de diálogo con la ciudadanía, que recoge e incluye lo que actores del mundo social tiene que decir. Por eso ya se ha reunido con el Colegio de Profesores, el Cruch y la Cones. En el encuentro con la Confech se pone a prueba esta impronta que el oficialismo busca tener como un sello.
La Confech, por su parte, se encuentra dirigida por organizaciones que no pertenecen al Gobierno y que suelen ser ligados a la extrema izquierda. El Frente de Estudiantes Libertarios (FEL) en conjunto con laUnión Nacional Estudiantil (UNE) tienen la mayoría de las federaciones que pertenecen al organismo, con doce federaciones en conjunto. Ambas organizaciones junto a la Izquierda Autónoma (IA) -movimiento de Gabriel Boric- y la Nueva Acción Universitaria (NAU) conforman el llamado “bloque de conducción” de la Confech. Otro actor importante son las Juventudes Comunistas (JJ.CC.) que cuentan con diez federaciones a lo largo del país.
Tanto el FEL como la UNE cargan con el estigma de ser fuerzas sin capacidad de diálogo y de ser intransigentes. La Confech aceptó el diálogo sabiendo que la cita de hoy es una prueba donde está en juego su legitimidad y el tipo de conducción que le darán al movimiento estudiantil. Es fundamental para ellos mostrarse abiertos al diálogo. Las Juventudes Comunistas, por su parte, son la segunda fuerza de la Confech y tienen el peso de ser parte del oficialismo, por lo que deberán responder si pueden estar en el gobierno y en la calle al mismo tiempo.
Pese a la voluntad de diálogo, la Confech reconoce que esta no es gratuita, pues ya tuvieron la experiencia histórica del 2006 de ser decepcionados por el primer gobierno de Michelle Bachelet. Así lo explica Mario Domínguez (JJ.CC), secretario general de la Feuc: “Si pasa lo del 2006, va a haber un quiebre, independiente de la militancia que tengamos porque hay un compromiso con las demandas. Y eso le otorga legitimidad hoy al movimiento estudiantil de impulsar sus demandas”.
3- El límite de los 100 días
El Gobierno se auto impuso la meta de lograr 50 medidas para los primeros 100 días de gestión. Dentro de ese paquete se encuentra el envío al Congreso de un Proyecto de Ley para una Gran Reforma Educacional, la generación de un programa que asegure al acceso a la Educación Superior a los jóvenes más vulnerables del país, la creación de dos nuevas universidades regionales en O’Higgins y Aysén, 500 salas cunas nuevas y la formación de cinco Centros de Formación Técnica públicos regionales.
Para el movimiento estudiantil, la agenda que debe cumplir el Gobierno genera desconfianza porque el plazo vence el 21 de junio y no creen posible que exista un diálogo completo con todos los actores que permita buscar una salida a sus demandas de forma concreta. “El límite de los 100 días se lo puso el gobierno de manera irresponsable. Ya se ha cumplido la mitad y no tenemos claridad de elementos fundamentales de la reforma. El gobierno va a tener que dar un pie atrás, más aún si su verdadera voluntad es dialogar con los actores de la educación”, critica Sebastián Aylwin (IA), vicepresidente de la Fech.
4- La piedra de tope sigue siendo el rol del mercado en la educación
Uno de los temas principales para la Confech -y que genera consenso en todos los grupos políticos de izquierda y centroizquierda que la conforman- es avanzar hacia la eliminación del mercado en la educación y consolidar a la educación como un derecho social y no un bien de consumo. Acá es donde encuentran la primera piedra de tope con el Gobierno, ya que Eyzaguirre manifestó que tienen la intención de seguir utilizando la fórmula del subsidio a la demanda mediante la mantención de becas y créditos, adelantando que la prometida gratuidad no será completamente en términos de financiamiento directo a las instituciones. Para Melissa Sepúlveda (FEL) el subsidio a la demanda es “mantener el mismo modelo educativo de la lógica subsidiaria, lógica de la competencia neoliberal”.
Para la Confech es importante que el ministro se defina en las ambigüedades del programa. Por eso esperan que hoy, hablando frente a frente, sin la prensa de por medio, sea claro en sus posturas. “Vamos a ir mañana (hoy) en forma interpelativa, para salir con más claridades respecto a las posiciones que va a asumir la Nueva Mayoría respecto a las ambigüedades y que planteamientos tiene frente a temas de financiamiento, fin al lucro y democratización, que no aparece en el programa”, señala el presidente de la Fec Javier Miranda(UNE).
5- La Confech busca una reforma integral y quiere evitar llevar el conflicto al Parlamento.
Una de las tareas que tiene la Confech durante este período es no quedar fuera de lugar en la discusión. Los estudiantes saben que hoy el gobierno maneja la agenda comunicacional y que si el conflicto se traslada al Parlamento, pueden verse marginados. Por eso buscan generar un mecanismo mediante el cual ellos y los distintos actores de la educación -con los que ya se han reunido en el último mes- como el Colegio de Profesores, Consejo de Rectores (Cruch) y los secundarios (Aces y Cones) puedan consensuar en una especie de “frente único” y no dividir las luchas de cada uno.
Y el involucrar a todos los actores en la discusión tiene que ser antes de que la reforma llegue al Parlamento.“Le vamos a exigir al ministro el hecho de que ninguna reforma se envíe al parlamento sin la discusión de todos los actores, con la idea de la integralidad de la reforma, que tenga coherencia interna y no sea fragmentada”, señala Mario Domínguez.
La estrategia a la que apuntan es que el proyecto de ley que se envíe sea de una gran reforma integral de la educación. “El gobierno tiene intención de dividir a los actores de la educación en proyectos de ley que involucren a los diferentes sectores, ya sean los secundarios, profesores o universitarios”, afirma Sebastián Aylwin.
El problema está en el poco tiempo que hay para discutir una reforma antes de que se cumplan los 100 días de plazo.
6- Una mesa de diálogo, no de negociación
El Gobierno no ha dado detalles de lo que pretende de esta reunión. La Confech, en cambio, espera a través de esta mesa de diálogo conocer de primera fuente los planteamientos del gobierno en los ejes que ellos consideran primordiales: acceso, financiamiento, fin al lucro efectivo y democratización. También esperan avanzar en la búsqueda de un mecanismo que incorpore a los actores de la educación y la sociedad en su conjunto en la discusión. Es por eso que quiere evitar transformar esta reunión y los posibles próximos encuentros en una mesa de negociación que apresure definiciones y no avance en una reforma integral del modelo educativo, que incluya en la discusión a la educación secundaria, básica e inicial.
7- El debate sobre lo público
El gobierno prometió en su programa de gobierno gratuidad universal en la educación superior de aquí a 6 años. Una de las ambigüedades es la no definición del mecanismo concreto para garantizarla. Las diversas intervenciones del ministro Eyzaguirre en la prensa no han dejado contento a nadie, pero sí han abierto un debate -que se ha dado principalmente mediante columna de opinión en la prensa- acerca de las universidades públicas que merecerían recibir este financiamiento.
La Confech ve con ojos críticos la defensa corporativa que han realizado algunos rectores como Ignacio Sánchez de la Universidad Católica de sus instituciones. Si bien aseguran que el debate recién está comenzando y hay muchos puntos por definir todavía, sí hay claridad respecto a qué instituciones deben tener prioridad en la prometida gratuidad: las universidades estatales de regiones, que han sido las más perjudicadas del creciente autofinanciamiento al que se han visto sometidas las universidades públicas.
Javier Miranda adelanta los lineamientos generales en los que consideran que se debe mover lo público: “La universidad pública tiene que ser gratuita, democrática, tiene que existir libertad de cátedra, tienen que existir procesos dinámicos entre estudiantes, trabajadores y docentes dentro de esa misma comunidad. Tiene que existir vinculación con el Estado, pero con autonomía universitaria también”.
8- Las proyecciones después de la mesa
La Confech cree que el conflicto educacional no se solucionará este año y comprenden que para hacer una gran reforma educacional como la que esperan se debe dar un proceso de diálogo distendido y abierto, con énfasis en un nuevo sistema de acceso, en la democratización de los planteles y en el fin al lucro en todos los niveles.
Por eso es fundamental mantenerse como una fuerza constante, obtener legitimidad ante la ciudadanía y alcanzar la fuerza social suficiente como para incidir en los cambios a través de las movilizaciones. “El conflicto va a seguir abierto después de la reunión y después del 2014. El movimiento estudiantil debe constituirse como un actor permanente porque la transformación del modelo educativo implica mucho más que un par de reformas, implica que todos los actores podamos construir en conjunto la educación que queremos para chile. Ahora, hay algunos temas que son prioritarios, nos interesa dar un viraje del modelo neoliberal a un modelo de derechos sociales, en el cual se garantice la educación, pero de todas maneras la movilización va a continuar”, explica Melissa Sepúlveda.
A corto plazo, la Confech se reunirá este sábado para analizar la reunión con Eyzaguirre y llamar a la primera movilización masiva del año. Probablemente se sume a la convocatoria que realizó la Aces -que se reunirá con el ministro la próxima semana- para el 24 de abril. “La agenda del movimiento estudiantil no es la del gobierno, por eso llamamos a una primera movilización para el 24 de abril, para marcar la autonomía que tiene el movimiento”, explica la vocera de la Aces Lorenza Soto.
Por su parte, el Gobierno, desde su vereda, buscará cumplir con su programa y con el plazo de los 100 días para enviar la gran reforma.
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