Giorgio Jackson: “Para ser subsecretario de una gran reforma educacional no sólo hay que serlo, también parecerlo”
A un mes de su debut en la Cámara, el ex presidente de la Feuc plantea cómo será su rol en el Congreso y se pronuncia por el caso Peirano. En medio de las críticas a futuras autoridades de gobierno, Jackson dice que lo conocido deja mal a la institucionalidad y a la Presidenta electa.
ÚRSULA SCHÜLER | POLÍTICA | 05:00 HRS
Giorgio Jackson acaba de cumplir 27 años y ya conformó su equipo como diputado electo por Santiago Centro. Dice que la reciente renuncia de Claudia Peirano fue “sabia” y que conoce desde 2011, por la Fundación Educación 2020, a su reemplazante en la subsecretaría de Educación, Valentina Quiroga. Piensa que dentro de los 100 primeros días del gobierno de Michelle Bachelet se debiese proponer un mecanismo para que la ciudadanía participe de la reforma educacional y, de paso, afirma que “a la hora de las votaciones” cuenta con “completa independencia y autonomía” de la Nueva Mayoría.
-Queremos dar poder de participación y generar pedagogía cívica. Hay tres grados de responsabilidad que queremos desarrollar con los vecinos. Lo primero es que la gente entienda qué es lo que hace un diputado, qué cosas resuelve y qué no; segundo, que fiscalicen; y tercero, tratar de impulsar iniciativas populares de ley con los vecinos organizados. Nuestro rol es canalizar y no caer en esa tentación clientelar en que los diputados aparecen para los cortes de cintas, haciendo parecer que fueron gestores de obras.
¿En la Cámara de Diputados va a integrar la comisión de Educación?
-Es un acuerdo que proviene de conversaciones que tuvimos como comité de independientes con las bancadas de la Nueva Mayoría. En esa configuración a mí me tocaría estar en la comisión de Educación, Gabriel Boric en Trabajo, Alejandra Sepúlveda en Agricultura y Vlado Mirosevic en Gobierno Interior.
¿Podría decir que no le debe nada a la Nueva Mayoría?
-Ellos han hecho gestos importantes. Pero a la hora de las votaciones yo cuento con completa independencia y autonomía. Me voy a ceñir al programa que presenté y aunque tengamos diferencias con la Nueva Mayoría, no podrán cobrarme nada, porque no hay una transacción de ese estilo.
En sus primeros 100 días Bachelet presentará 50 medidas, que ya recibieron críticas de los dirigentes Confech en materia educativa. ¿Esperará a que el próximo gobierno presente su proyecto de ley o tendrá una iniciativa propia?
-Nosotros (diputados ex dirigentes estudiantiles) firmamos un compromiso transversal para que cualquier transformación que se haga al sistema educacional pase por un proceso de participación activo con estudiantes secundarios, universitarios, rectores, académicos, profesores y alcaldes. A mí me gustaría que el proceso pre legislativo y que el diálogo con la sociedad civil fuese importante. Ahora, el rol como diputado en la mayoría de las leyes en educación es bastante acotado, porque la mayoría requieren iniciativa del Ejecutivo.
¿Aceptaría colaborar en la elaboración de la reforma educacional que presente el próximo gobierno?
-Creo que es bueno que en los primeros cien días, ojalá antes, salga una propuesta de mecanismo para que la ciudadanía también pueda participar en estos temas. Si no, ¿qué sacamos con un proyecto que nace desde una oficina sin que los actores sociales hayan podido resolver? Si es que puedo aportar, feliz, pero no me gustaría que porque participáramos los ex dirigentes estudiantiles se tratara de impedir la participación de otros actores. No me considero representativo del movimiento estudiantil, porque ya no soy representante estudiantil. Quiero participar en el debate educacional, pero no a costa de la exclusión de otros actores.
¿Cómo interpretó la designación de Claudia Peirano en la subsecretaría de Educación?
-Lo consideré una señal en la dirección opuesta en lo que venían trabajando en la campaña y programa. Para ser subsecretario de una gran reforma educacional no sólo hay que serlo, también parecerlo. Me parece una decisión sabia el que Claudia Peirano haya dado un paso al costado y quita un obstáculo para que las reformas sean efectuadas.
¿De quién es la responsabilidad de este nombramiento?
-No tengo muchos antecedentes como para hacer un juicio de quién fue el responsable directo. Lo que sí es que todas las nominaciones pasan por la Presidenta electa y no sé si es que no se le tomó el peso al cargo que tiene un subsecretario o no se revisaron los antecedentes que tenía.
Después de la renuncia de Peirano hay quienes plantean que le doblaron la mano al próximo gobierno. ¿Hay un poder de veto del movimiento estudiantil?
-No creo que haya un poder de veto. La ciudadanía está exigiendo más consecuencia a sus gobernantes con los cargos que designa. Mucha gente lo ve como una pérdida de poder, yo creo que no. Es un signo de los tiempos, la gente está más empoderada y eso es bueno para el país.
¿El gobierno se encontrará con las puertas abiertas o cerradas del movimiento?
-El diálogo con el movimiento estudiantil y los actores de la educación nunca va a ser fácil, menos aún con la experiencia de 2011, de 2006 al 2008, que generan un manto de dudas de cómo se va a resolver el tema finalmente. La confianza no se da de la nada.
A diferencia de los dirigentes de la Confech, usted ha mostrado apoyo al nombramiento de Valentina Quiroga como subsecretaria de Educación, ¿por qué?
-Como a muchos otros actores educacionales, la conocí en el contexto de las movilizaciones de 2011. Nos juntamos con la Fundación Educación 2020. Siempre tuvo la disposición a escuchar qué estábamos pensando en un año en que cambió el paradigma en torno a cómo se debía normar la educación. En los últimos años ella ha sido muy crítica del sistema educacional, de la selección en los colegios, de la segregación, del financiamiento compartido, del lucro. Mi expectativa es que ella mantenga ese espíritu crítico desde la subsecretaría.
Han surgido cuestionamientos a más nombramientos del futuro gobierno ¿Qué problema hay en el mecanismo de designación?
-Hay cosas que están accesibles a todo el mundo, uno se puede meter al sitio del Poder Judicial y ver si hay causas pendientes o cerradas. Cuando hay causas que todavía siguen en curso y no tienen una resolución, y los conflictos de interés, deben aclararse inmediatamente, no pueden esconderse debajo de la alfombra. Lo primero es que las personas que están involucradas se pronuncien, porque lo que ha aparecido los deja mal a ellos, a la institucionalidad y a la Presidenta electa.
¿Está de acuerdo con la crítica de Gabriel Boric que la Nueva Mayoría estaría “administrada por la vieja Concertación”?
-En términos de composición, la Nueva Mayoría está administrada en un 80% por los mismos de antes. Desde la gobernante, los ministros y otros. Incorpora al PC y la Izquierda Ciudadana. Tiene parte de la vieja y nueva administración. No es un juicio, es una constatación.
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