Publicación del Instituto de Economía Política, Universidad Adolfo Ibáñez
http://www.educarchile.cl/medios/20010830120501.pdf

La capacidad tecnológica de un país en vías de desarrollo puede
entenderse como su habilidad para transferir, adaptar y difundir tecnologías, incluyendo actividades endógenas de I&D las cuales, como acaba de señalar la OECD, “son crecientemente necesarias para entender y absorber conocimiento de manera efectiva”.
Los elementos determinantes de esa capacidad son varios y pueden clasificarse y medirse también de distintas maneras. Aquí consideraremos dos dimensiones básicas, que forman la plataforma nacional de transferencia tecnológica:
• Factores comunes o transversales que proporcionan el cimiento de la plataforma de transferencia.
• Factores específicos que, combinadamente, determinan la amplitud, profundidad y eficacia de esa plataforma.
A su turno, en la primera dimensión se consideran:
a) El stock de capital humano, o sea, el nivel alcanzado por los recursos humanos con quecuenta un país y el stock de conocimiento o grado de sofisticación tecnológica de la población;
b) La dotación científico-tecnológica, determinada por el personal y recursos destinados a labores de I&D;
c) La infraestructura de información y comunicaciones, que proporciona un soporte fundamental para los procesos de transferencia en un mundo de redes electrónicas.
Por su lado, en la dimensión específica se analizan los siguientes factores:
a) Integración global y apertura de la economía, condición para que operen los procesos de transferencia;
b) Adquisición de tecnologías incorporadas, es decir, aquellas que vienen integradas a máquinas o imbricadas con la inversión directa extranjera;
c) Adquisición de intangibles tecnológicos, tales como licencias de uso, conocimiento protegido o derechos de autor;
d) Participación privada en el esfuerzo nacional de I&D, que indica la medida en que el conocimiento es usado económicamente;
e) Vínculo universidad-empresa, uno de los elementos determinantes para la existencia de un sistema nacional de absorción, adaptación y producción de conocimiento técnico.
Para cada uno de los factores considerados se emplea luego un número de “indicadores de desempeño”—38 en total—que ofrecen una medición representativa (proxy) del concepto que se trata de evaluar (por ejemplo, calidad de la educación) o, por lo menos, una medición
correlacionada, en el sentido de que midiendo algo distinto de lo que interesa sin embargo se obtiene información correlacionada con aquello que se desea medir, según un modelo del proceso social o económico pertinente8 (por ejemplo, cuando usamos el PIB per capita como indicador del stock de conocimiento en una sociedad).
El grupo de país de comparación aquí considerado incluye 14 países elegidos por sus características de ubicación geográfica, nivel de desarrollo, tamaño y, en general, relevancia para medir y cotejar la
capacidad de tecnológica de nuestro país. Está conformado por:
• Las tres naciones de mayor tamaño de América Latina: Argentina, Brasil y México;
• Dos países pertenecientes a la primera y segunda generación de naciones en rápida industrialización del sud-este asiático: Corea y Malasia, respectivamente;
• Dos economías en transición de Europa Central con características de tamaño e ingreso per cápita similares a Chile: Hungría y la República Checa;
• Los cuatro países más recientemente industrializados de Europa occidental: España, Grecia, Irlanda y Portugal; y
• Tres países pequeños de alto desarrollo, de los cuales dos— Finlandia y Holanda—son líderes en innovación y, el tercero, Nueva Zelanda, un país de transferencia o “seguidor” en el campo tecnológico.