Niños mendigando educación de calidad
Señor Director:
Como si ya no fuera suficiente lo indigno e inhumano que para los niños y niñas pobres significa recibir una educación parvularia y escolar pública de pésima calidad, ahora nuestra clase política quiere más indignidad e inhumanidad para esos niños: que mendiguen “cupos” de educación de calidad a los sectores más ricos de la sociedad. Y que los pocos pobres así “afortunados” se eduquen en ambientes valorativos diferentes de aquellos que propugna una educación pública laica, equitativa, diversa, inclusiva y de calidad.
Porque de eso tratan, finalmente, las diferentes propuestas en torno a una “ley Machuca”: que de la educación de los pobres se encargue “la caridad” de los privados, porque el Estado —abandonando su responsabilidad— ha mostrado ser incapaz de ofrecerles educación pública de calidad comparable, condenándolos a la pobreza, marginalidad y exclusión. Es un mundo al revés, en que todo valor pierde sentido ético. Así, pasamos de la industria de la educación a la industria de la pobreza. Callarlo sería hacernos cómplices de este macabro diseño social.
VÍCTOR PÉREZ VERA
Exrector de la Universidad de Chil
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