“La tecnología permitirá que los universitarios construyan sus títulos con partes de asignaturas”
El asesor del MIT Eric Grimson asegura que muchos grados introducirán partes ‘online’
Este experto en los cursos masivos MOOC afirma que habrá grados ‘a la carta’
Asesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts, el científico canadiense experto en informática Eric Grimson (Estevan,1953) ha impulsado desde una de las instituciones de educación superior con más prestigio de mundo los denominados cursos MOOC, siglas en inglés de Masive Open Online Course (cursos masivos abiertos). Grimson habla de cómo la tecnología va a revolucionar en un futuro próximo la educación mucho más de lo que imaginamos. Desde la forma de acercase el profesor al alumno hasta la programación de los propios títulos oficiales para introducir contenidos online. Con un objetivo en el horizonte: que sea totalmente personalizada y cada vez más eficaz. Es decir, una educación que miraría más hacia lo que al final sabe el titulado y no tanto en qué título o incluso dónde ha estudiado. Grimson ha impartido una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid, centro que va a implantar un programa de cursos MOOC, junto a la Carlos III, en el que participará la Escuela de Periodismo UAM/EL PAÍS. El MIT ofrece una veintena de estos cursos abiertos, por los que han pasado tres millones de estudiantes desde que sacaron los primeros, en 2012, explica Grimson. La apuesta de este centro puntero por este tipo de formación se ha traducido en una inversión de 30 millones de dólares (25 millones de euros) en crear la plataforma para ponerlos en marcha y de siete más (5,7, de euros) en cada curso nuevo que ofrecen.
Pregunta. ¿Cuál es la principal característica que diferencia los MOOC del resto de los cursos online?
Respuesta. Hace una década, muchos cursos online consistían únicamente en un programa de lecciones, no había interacción, ni feedback… Cuando los MOOC han empezado realmente a ser exitosos ha sido cuando los estudiantes podían resolver problemas, responder preguntas, y realmente comprobar cómo avanzaba su aprendizaje. En la actualidad, los MOOCS pueden responder preguntas y a gran variedad de cuestiones, pueden ser de matemáticas o sobre cómo escribir códigos informáticos, y tienen un feedback al instante. En los cursos online tradicionales no pueden hacer eso. Esa es la gran diferencia. Esa cualidad de que el estudiante pueda recibir una respuesta inmediata esté donde esté del mundo es el mayor valor de estos cursos.
El mayor paso que se va a dar, que ya ha empezado, es que muchas universidades van a cambiar sus títulos para adoptar las ventajas de las herramientas online, lo que hará los grados más personalizados”
P. Pero el título que se da en estos cursos no es el mismo que se da en el curso presencial de esos mismos centros de prestigio, como el MIT, Harvard…
R. Esa es una cuestión importante. Nosotros dejamos esa decisión a cada universidad. Pero el MIT no ofrece un título en sus cursos online. Damos a los alumnos de los MOOC un diploma que certifica que han completo el curso, pero no un título. La razón es que pensamos que el título debe ser fruto de un aprendizaje que implique unas, la interacción con los profesores, con los otros estudiantes, etcétera.
P. ¿Realmente logran estos cursos online hacer que el acceso a la educación sea más democrático, como señalaba su filosofía cuando se crearon hace seis años?
R. Eso lo deciden las compañías, pero hemos visto que muchos estudiantes nos han asegurado que les ha servido para encontrar trabajo.
P. ¿Y qué opina usted de que sea así?
R. Creo que se pueden ver muchas universidades que han cambiado a un modelo en el que sí dan un título con cursos online, pero MIT probablemente no debería hacerlo porque creemos que una parte de nuestra educación tiene que ver con acudir al campus con otros estudiantes, con todo lo que eso implica, y eso es difícil de hacer online. La Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, acaba de empezar a ofrecer algún título.
Sería muy útil trasladar el modelo de los MOOCS a algunas partes de la educación primaria y secundaria, especialmente para formar o actualizar los conocimientos de los profesores en algunas materias”
P. Un aspecto que está en los genes de los MOOCS es el objetivo de hacer que el acceso a la educación sea más democrático. ¿Cree que lo han conseguido?
R. Sí. Le pongo un ejemplo. Puse en marcha un MOOC sobre introducción a la informática, se ofreció cuatro veces y se apuntaron 250.000 personas de todos los países del mundo, menos tres. Si estudiantes que están Mongolia, en India o en Bulgaria pueden realizar un curso de MIT, eso es algo realmente bueno. Y es en gran medida la razón por la que los hacemos. Hay muchos jóvenes brillantes alrededor del mundo que nunca tendrán la oportunidad de asistir a una buena universidad estadounidense porque no tenemos la capacidad para ello. Pero si podemos darles la oportunidad de tener la experiencia que realizar un curso de MIT, es estupendo. Para la democratización de la educación esto es importante.
P. ¿Cómo verifican que los estudiantes apuntados están realmente siguiendo el curso y que han alcanzado el nivel de aprendizaje exigido para darles el diploma?
R. Es un aspecto muy importante. Estamos buscando diferentes maneras de hacerlo. Una de ellas es que pedimos a los alumnos que acudan a un lugar concreto a realizar el examen, en Estados Unidos tenemos la prueba denominada SAT, y hay centros por todo el mundo en los que se puede hacer, por lo que estamos usando ese sistema. Muchas empresas de tecnología son ya capaces de verificar identidades con un sistema de reconocimiento facial o de iris, quizás utilicemos este sistema en un futuro cercano.
P. Usted ha mencionado en diversas ocasiones que existe el peligro de que los gobiernos usen este tipo de cursos online para abaratar el gasto en educación en Estados Unidos.
Los MOOCS pueden responder preguntas y a gran variedad de cuestiones, pueden ser de matemáticas o sobre cómo escribir códigos informáticos, y tienen un feedback al instante. En los cursos ‘online’ tradicionales no pueden hacer eso. Esa es la gran diferencia”
R. Hay una preocupación con el coste de la educación y muchas personas han insinuado que los MOOCS pueden ser una manera de abaratar la educación. Pero un ejemplo son los centros en los que estudian adolescentes que han obtenido bajas y los que se usan MOOCS para dar una educación de más calidad y ayudar a los profesores, tienen una formación mejor por lo que pagan. Pero sobre si los MOOCS harán que la educación sea más barata, aún lo no sabemos, tendremos que ver cómo evoluciona todo esto en el futuro.
P. ¿Sería útil trasladar el modelo de los MOOCS a algunas partes de la educación primaria y secundaria?
R. Totalmente. Y ya lo estamos viendo en algunas partes de Estados Unidos. En algunos Estados se están impartiendo ya decenas de clases en los centros de secundaria en las que se utilizan los MOOCS, y van en aumento, pero no solo para enseñar a los alumnos sino también a los profesores. Hay un programa, por ejemplo, de lenguaje informático, llamado Scracht, diseñado para niños pequeños, que usan unos cinco millones de niños en el mundo. Pero muchos docentes de los colegios de primaria no se sienten cómodos utilizando este programa porque no lo han estudiado. Entonces, Harvard y el MIT han creado un curso para profesores sobre cómo enseñar usando Scracht. Muchas universidades en Estados Unidos están pensando cómo diseñan materiales para profesores de colegios de pequeñas poblaciones que les permitan estudiar online cómo impartir nuevas asignaturas o que les permitan actualizar sus conocimientos adquiridos hace 10 o 20 años. Creo que los MOOCS van a cambiar la forma en la que los profesores estudian las asignaturas que imparten.
P. ¿Cuál va a ser el siguiente paso que puede dar la tecnología para la educación?
R. Creo que el mayor paso que se va a dar, que ya ha empezado, es que muchas universidades van a cambiar sus títulos para adoptar las ventajas de las herramientas online pero también las ventajas de hacer los grados más personalizados. Esto podría permitir que los estudiantes en el futuro dijeran ‘voy a coger un tercio de esta clase y la mitad de esta otra’, lo que va a ser un desafío para las universidades, pero también que la educación sea mejor para los estudiantes porque son ellos los que van a poder crear los propios títulos, a base de escoger partes tendrán una formación más personalizada, con la existencia de títulos flexibles.
P. ¿O sea, que esto puede hacer que la educación sea más eficaz?
La Universidad va a tener que enfrentarse a nuevos retos. No hay un solo camino para formarse, por ejemplo, como informático, quizás puede haber un centenar de maneras distintas, y desde luego va a ser un sistema mucho más eficaz”
R. Desde luego, una educación mejor para los estudiantes, la Universidad va a tener que enfrentarse a estos retos. No hay un solo camino para formarse, por ejemplo, como informático, quizás puede haber un centenar de maneras distintas, y desde luego va a ser un sistema mucho más eficaz.
P. ¿Es la mayor utilidad de los MOOC como complemento una vez se tiene un título superior o integrados dentro de la carrera?
R. Me gustaría distinguir los MOOCS de los SPOC (Small private online curses). Tanto MIT, como Harvard o Standford estamos usando SPOCS para cambiar la forma de enseñar a los alumnos. En el MIT tenemos 50 en marcha actualmente. Con este sistema, la mayor parte del tiempo que los estudiantes pasan con el profesor están haciendo preguntas, trabajando en problemas y en soluciones. Esto lo separamos de los MOOC, que son una forma de ofrecer formación en todo el mundo.
P. ¿Qué pueden acceder los MOOCS por la educación en los países en desarrollo, donde una gran parte de la población tiene acceso a la tecnología como usuario, a móviles, tabletas, ordenadores…?
R. Son lugares en los que los MOOC tienen un gran potencial, solo acabamos de empezar. Ya hay 64 universidades de Estados Unidos que ofrecen estos cursos. La mayor concentración de estudiantes procede de EE UU, lo que no es sorprendente, pero la segunda es desde India. Los MOOC tienen, por tanto, la oportunidad de ayudar a los alumnos inteligentes de los países en desarrollo a tener una educación de calidad. Por eso, hay muchas fundaciones en todo el mundo trabajando en este sentido. Pero, en conclusión, en el MIT no vamos a cambiar nuestros cursos, no son fáciles y no todo el mundo que los empieza los acaba porque nuestro trabajo no es educar el mundo, y sería bonito, pero nuestro trabajo es transmitir que si alguien está interesado en formarse en ciencia y tecnología tenemos cursos exigentes, pero si tienes la capacidad y el deseo puede estudiarlos gratis con los MOOC.
P. ¿Es esto el principio de un nuevo tipo de aprendizaje con la tecnología en el centro de todo?
R. Las herramientas digitales, no solo los MOOCS, tienen el potencial de cambiar la forma en la que se enseña en las universidades, e incluso en los institutos de secundaria e incluso quizás en los colegios de primaria.
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