Desavenencias en 3 niveles
“Lo que está ocurriendo en las derechas es un verdadero sismo ideológico”.

Sin embargo, el actual desorden de las derechas tiene raíces más profundas. En dos niveles adicionales.
El primero es el nivel de las estrategias políticas y maneras de ser y hacer oposición. Es la antigua dicotomía de palomas y halcones, transaccionales y excluyentes, pragmáticos y doctrinarios. En Chile esta dicotomía llega tan hondo como distinguir entre una derecha cobarde (“cobardita”, se usa en España) y una derecha del coraje, lo cual busca otorgar significado moral a este clivaje.
Desde el primer día del gobierno de Boric esta brecha recorre a las derechas, separando a su ala tradicional de un ala radical, intransigente, que va expandiéndose. Sin duda, la instancia máxima de esta separación se dio con la aprobación de la reforma previsional. Se habló de un verdadero parteaguas, sin pensar siquiera por un momento que aquella convenía al país. Otro ejemplo fue el rechazo del texto constitucional acordado por un comité plural de expertos por parte de las derechas extremas.
Lo cual nos lleva al siguiente nivel de profundidad; una división ideológica —de filosofía e ideas políticas, de visiones de mundo, creencias y sentimientos morales— entre al menos dos agrupamientos; la derecha convencional, Chile Vamos, que reúne a los grupos derivados de la derecha histórica, y la nueva derecha de Republicanos y de Nacional Libertarios, ambos con una pretensión rupturista y de nuevos planteamientos y estilos políticos.
De manera similar al cuadro de las derechas europeas (Alemania, Austria, España, Francia, Hungría, Inglaterra, Italia), de EE.UU. y América Latina (Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador), también en Chile aparece una derecha radical o extrema, con sus propias especificidades nacionales. Lo que está ocurriendo es un verdadero sismo ideológico que transforma la autocomprensión de las derechas, sus diagnósticos, programas, perfiles y utopías.
Cada vez resulta más débil el apoyo a ideales liberal-democráticos de tipo “piñerista”, con una visión de gobernabilidad basada en el gerencialismo y un pluralismo tolerante. A su derecha emergen ahora, en disputa, corrientes de nacionalismo autoritario revanchista y expansivo de estilo Trump; anarcocapitalismo de inspiración libertaria que busca desatar los espíritus animales y la motosierra antiestatal; de conservadurismo moral-patriótico y democracia protegida; y corrientes centradas en los componentes de seguridad interior del Estado y líderes que prometen un orden panóptico de vigilancia y castigo (buquelismo).
El quiebre de las derechas tiene tres niveles de profundidad, será difícil de superar y limita severamente su oferta de gobernabilidad.
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