El laberinto de los SLEP
Por José Joaquín Brunner, Académico. Facultad Educación UDP
El ministro Nicolás Cataldo ha comunicado su decisión de atender la petición de los alcaldes de las comunas del SLEP Manquehue (comunas de Lo Barnechea, Vitacura, Las Condes, Providencia y La Reina) de retrasar la implementación hasta el 2029. ¿Procederá de la misma forma con todas las comunas que lo soliciten? ¿Con cuáles sí? ¿Hay criterios preestablecidos de pausa o aceleración? Hasta el 2029, ¿por qué? ¿Sería posible pensar en 2033 o 2039? Lo más probable es que de seguir desordenándose el proceso no habrá reforma ni contrarreforma sino una mayor fragmentación del sistema escolar público estatal en perjuicio de los estudiantes y sus familias.
El traspaso de colegios desde los municipios a los SLEP penetra en un laberinto cada vez más profundo, volviéndose imposible acertar con la salida.
Algunos SLEP están francamente en crisis, como el de Atacama, que aún no logra salir adelante. Otros varios tienen serios problemas según muestran los informes del propio Mineduc, de la Contraloría y de autoridades locales a lo largo del país.
En algunos casos, como ocurrió con el traspaso de los colegios municipales previsto en Chiloé, se buscó adelantar el proceso, lo que no resultó. En otros casos, como el SLEP Licancabur (zona norte del país) y el de Maule Costa, se decidió pausar por un año su puesta en marcha.
Ahora mismo, el Ministro del ramo, Nicolás Cataldo, ha comunicado su decisión de atender la petición de los alcaldes de las comunas del SLEP Manquehue (Lo Barnechea, Vitacura, Las Condes, Providencia y La Reina) de retrasar la implementación hasta el 2029. ¿Procederá de la misma forma con todas las comunas que lo soliciten? ¿Con cuáles sí? ¿Hay criterios preestablecidos de pausa o aceleración? Hasta el 2029, ¿por qué? ¿Sería posible pensar en 2033 o 2039?
Mientras tanto, se acaban de poner en marcha los SLEP de Punilla Cordillera (región de Ñuble), Iquique, Aysén y Magallanes, respecto de cuyos avances sería interesante conocer la opinión de los colegios comprometidos en este complicado proceso. Sobre todo, conocer la opinión de los directores y las comunidades escolares involucradas.
Entre tanto, el Mineduc envió al Congreso un proyecto de ley que busca parchar y enderezar el laberinto, por la vía de sancionar a los municipios mal comportados y de aumentar la centralización del Servicio tornando más vertical y burocrática la línea de mando. ¿Alguno quizá habría preferido pausar? ¿U optar derechamente por permanecer donde está?
Adicionalmente, se suma otra encrucijada al interior de este embrollo. Se trata de las deudas previsionales de los municipios envueltos en estos procesos de traspaso de colegios, las que vienen a complicar aún más el plan de renovación de este sector de la educación pública. ¿Estamos creando una nueva “deuda histórica” con los docentes municipales?
La verdad es que, tal como vamos, solo nos adentramos más y más en el laberinto de los SLEP. Y el más confundido allí dentro parece ser el propio Mineduc que debería ser el encargado de orientar los traspasos y de encontrar una salida. El riesgo es conocido: terminar con un nuevo Transantiago, esta vez en el sistema de transporte de colegios de un lado a otro.
En vez de unir esfuerzos y buscar caminos de solución de fondo, la oposición, por su lado, se aprovecha de esta confusión—y de varias otras similares—y comienza a hablar de una contrarreforma, como si fuese posible volver atrás, olvidando además los problemas de los sostenedores municipales.
Lo más probable es que de seguir desordenándose el proceso no habrá reforma ni contrarreforma sino una mayor fragmentación del sistema escolar público estatal en perjuicio de los estudiantes y sus familias que allí están matriculados.
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