Los rankings son instrumentos que comparan la labor y calidad universitaria, se realizan a nivel nacional e internacional. La evaluación de los indicadores se centra en la actividad docente, en la creación de nuevo conocimiento, en el aporte a la sociedad y en la solidez institucional. Sus resultados, destacan la labor de los profesores, estudiantes, profesionales y personal administrativo, por lo que esto es un logro que representa un esfuerzo común de la comunidad universitaria. Existen diferentes mediciones a nivel internacional, cada una con fortalezas y debilidades.

El QS ránking es uno de los más reconocidos y utilizados internacionalmente, el que ha ubicado nuevamente, y por sexto año consecutivo, a nuestra institución liderando a la región de Latinoamérica. La medición considera ocho indicadores con diferentes ponderaciones: reputación académica, reputación entre empleadores, profesores por número de estudiantes, profesores con doctorado, actividad y movilidad internacional, publicaciones por académico, citaciones por paper, red internacional de investigación e impacto web. En la medición de este año, Brasil es el país con más universidades en el ranking (98), seguido de México (64), Colombia (62), Argentina (43) y Chile (40), lo que hay que ponderar por población y número de instituciones. Sin duda, estos resultados deben ser motivo de alegría para nuestro país.

Nuestra política institucional ha sido valorar los rankings en su justa medida. Estos son instrumentos interesantes de comparación de la labor y calidad universitaria tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo, por supuesto que hay áreas e indicadores muy importantes en la vida universitaria que no se evalúan y que son muy relevantes de potenciar, tales como la convivencia universitaria, la interacción entre profesores y estudiantes, el compromiso público de la institución, entre otros. El ranking QS muestra que la principal fortaleza de la UC sigue siendo su reputación tanto entre académicos como a nivel de empleadores, con un puntaje máximo de 100 en cada indicador. Además, la universidad presenta un alto puntaje en red internacional de investigación (99,9) y en los indicadores de investigación: publicaciones por académico (96,1 puntos) y citas por paper (96).

Debido a los escasos recursos que el Estado aporta a investigación e innovación, es muy destacable para nuestras universidades obtener estos lugares de privilegio. La posibilidad de tener algunas universidades de clase mundial depende del apoyo y confianza del país. Es conocido el debate que se ha producido en nuestro país sobre el anhelo de aumentar el aporte en investigación e I+D,-tanto público como privado-, para llegar a ese tan anhelado 1% del PIB que podría ser posible en los próximos años para aumentar la capacidad de investigación a nivel país, y por lo tanto, de todas las instituciones universitarias. Este es un desafío que cada vez se presenta con mayor fuerza y que se renueva al conocer estas evaluaciones internacionales.

A través de estos ránkings, un gran número de estudiantes quieren venir a estudiar a nuestra institución, al igual que profesores e investigadores quienes pueden realizar un trabajo colaborativo que generen nuevos proyectos y posibilidades de interacción, lo que es muy importante para el desarrollo de toda universidad. Junto a estos beneficios, es claro que en los próximos años, estos instrumentos debieran enriquecerse con nuevos indicadores, como son la evaluación de la innovación docente; aspectos que incluyan evaluación de convivencia universitaria y clima laboral, la implementación de políticas de inclusión para estudiantes con menores oportunidades de acceso y para aquellos con necesidades educativas especiales; la transferencia de la investigación a la sociedad a través de patentes y licenciamiento; el desarrollo de la educación continua y la colaboración entre universidades para un crecimiento armónico del sistema. Otro aspecto crucial a evaluar, debiera ser el vínculo de las instituciones con la sociedad a través del aporte a la resolución de problemas acuciantes de nuestro país, así como la vinculación de las universidades con sus egresados y con el territorio y regiones en las que están ubicadas.

Las universidades tienen una gran responsabilidad en aportar al desarrollo de la sociedad, mediante la evaluación permanente de las necesidades del entorno y las vías de aportar a su crecimiento cultural y material, a través del trabajo conjunto de la comunidad universitaria con la sociedad a quien nos debemos. Este es un desafío permanente que nos identifica como universidades en constante búsqueda de la calidad al servicio de nuestras comunidades. Por esto, estas mediciones de calidad nos incentivan a continuar trabajando por un mejor país.