“No basta con las medidas puestas en el sistema sanitario, no basta con la transformación de camas adultas a pediátricas, no basta con el traslado de pacientes (…). Para cuidar a la ciudadanía, y en particular a los niños, como gobierno tenemos que trabajar en conjunto con otras carteras para coordinarlo”.
Así justificaba la ministra de Salud, María Begoña Yarza, la decisión conjunta con el Mineduc, dada a conocer el 14 de junio, de adelantar las vacaciones escolares de invierno y extender el receso total a 25 días. La medida, que arranca este jueves, se tomó porque en ese momento se observaba una explosiva ocupación de las camas críticas pediátricas.
Y es que, de acuerdo a las cifras entregadas en ese momento por la Subsecretaría de Redes Asistenciales, había un total de 599 camas complejas en las unidades pediátricas, de las cuales 518 estaban en uso, es decir, un 87% a nivel nacional. Pero, además, hace dos semanas se veía con preocupación que el 48,1% de las muestras para virus respiratorios resultaran positivas, con el sincicial siendo el más diagnosticado (46,6%).
Por ese entonces, además, se avizoraba que la situación se iría poniendo más crítica y, según comentaban desde Salud, el peak llegaría tres a cuatro semanas más adelante. Así, la idea de adelantar y extender el receso invernal buscaba descomprimir la red sanitaria. Era una apuesta que se jugaba todo a que la presión en la red -pocas veces vista- se mantendría.
¿Cómo es la situación actual a horas de que arranque el nuevo receso?
Esta semana se informó que la ocupación de la UCI pediátrica es igual que hace dos semanas, con un 87% de las camas en uso, mientras que la ocupación UTI aumentó de 85% a 86% desde el viernes pasado. Además, según han informado desde Salud, el virus sincicial sigue predominando y la vigilancia epidemiológica dice que está presente en todas las edades, con casi un 30% de presencia en menores de cuatro años, quienes son los que tienen riesgo de consecuencias más graves.
“Aún no hemos pasado el peak de casos, lo que nos hace tener que redoblar las medidas”, recalcaba el martes pasado Cristóbal Cuadrado, subsecretario de Salud Pública.
Eso sí, la ministra Yarza dijo este miércoles que “no hay ningún niño que se va a quedar sin respuesta sanitaria, sin una cama crítica si eso es lo que requiere. Estamos ad portas de llegar al punto crítico; creemos que las próximas dos semanas serán de mayor circulación viral, eso teníamos como predicción”.
Así, por ejemplo, María Paz Soto, directora médica de Clínica Bupa Santiago, expone que en su recinto han observado un aumento de la circulación de virus respiratorios desde la segunda semana de abril y que a partir de la primera semana de mayo se registró un crecimiento exponencial de sincicial, principalmente en menores de cinco años, con un alza de hospitalizaciones por bronquiolitis. Esto ha generado que hayan incrementado de cuatro a 13 las camas UPC, con la complejización de camas médico-quirúrgico asociadas. “Desde el inicio de la contingencia de invierno la ocupación ha sido del 100% y diariamente recibimos solicitudes de, al menos, cinco camas pediátricas de otros centros”, asegura.
Mientras, Karen Apablaza, coordinadora de la urgencia pediátrica de Clínica UAndes, asegura que la ocupación de la UCI y UTI pediátrica en su recinto es sobre el 90%. “Las últimas dos semanas hemos visto una baja en el número de consultas al día en la Urgencia, pero no ha disminuido la tasa de hospitalización. Los pacientes que más se están hospitalizando son por bronquitis o neumonías secundarias a virus respiratorio sincicial y metapneumovirus”.
Situaciones como las anteriormente descritas, insistió la ministra Yarza, deberían verse mejoradas a partir del receso escolar que comienza este jueves. “Vamos a tener un quiebre en transmisión viral. Con este receso anticipado lo que esperamos es que los papás cuiden a los niños, eso significa actividades al aire libre, con circulación de aire, que no vayan a centros con aglomeración de personas”, dijo.
Con todo, los actores de los establecimientos educacionales se siguen organizando contra el tiempo para esta semana distinta.
“El viernes tendremos un consejo, pero aún no se ha informado de nada para ver qué pasará la próxima semana”, dice, por ejemplo, Patricio Ancán, profesor del Instituto Nacional.
Por su parte, Elizabeth Arce, directora de Educación de la Corporación de Melipilla, cuenta que en su comuna los colegios aún están realizando una encuesta a padres y apoderados, “viendo quiénes tienen la necesidad de enviar a sus hijos”, así como qué alumnos necesitan recibir alimentación. Para esto, la instrucción es armar turnos dependiendo de la cantidad de estudiantes que asistan.
“En todos los colegios el turno principal va a ser con el equipo directivo”, detalla. Y aun cuando cuenta que tiene un colegio donde solo un estudiante asistirá, en los otros donde irá una mayor cantidad de estudiantes se dieron instrucciones sobre quiénes tienen que ir llenando los turnos: primero el equipo directivo, luego voluntarios, luego asistentes de aulas sin hijos pequeños o personas a su cuidado. “Se les dijo a los directores que fueran priorizando”.
En Puente Alto, en tanto, cuentan que de acuerdo al número de estudiantes que informarán que asistirán se ve la cantidad de funcionarios necesarios para conformar turnos éticos, los que son voluntarios, incluyendo asistentes de la educación y docentes. A todos ellos se les compensará esa jornada con un mediodía o un día entero durante el segundo semestre. Todo fue acordado con el Colegio de Profesores.
Además, detallan que aún están a la espera de la información de Junaeb sobre la modalidad de entrega de alimentación, y que si hay padres que necesiten dejar a sus hijos en los colegios deben informarlo para “en conjunto buscar la forma de atenderlos”.
“Tenemos como indicación que las escuelas deben estar abiertas. Si vemos que hay efectivamente apoderados complicados, vamos a tener que contratar personal durante ese periodo”, dice Daniela Torres, secretaria de la Corporación de Salud y Educación de la comuna, quien cuenta que organizar todo esto ha sido “complejo desde el punto de vista que las orientaciones de Mineduc y Junji, que todavía no baja ciertas indicaciones, las han ido cambiando y son bastante amplias. Al final optamos por tomar decisiones propias”.
Los turnos son la norma. Tal es el caso de Estación Central, donde directores y asistentes de la educación darán la alimentación en modalidad de turnos. En Providencia, en tanto, abrirán su ‘Guardería Pro’, que funcionará desde el 4 al 8 de julio y será para 150 alumnos entre kínder y sexto básico de los establecimientos municipales y que tienen padres complicados con su cuidado. Los cupos, en este caso, ya se llenaron.
Para el caso de los estudiantes desde séptimo básico hasta cuarto medio, antes de salir de vacaciones cada colegio se comunicó con padres y apoderados de quienes reciben diariamente la alimentación Junaeb preguntándoles si requerirán el servicio estos días extras. Para esas jornadas se organizó que asistentes de la educación y personal de cocina se hagan cargo de la entrega.
Asimismo, desde Quinta Normal la alcaldesa Karina Delfino cuenta que durante esa semana tendrán todos los establecimientos abiertos, en horario normal. “Lo que hicimos fue conversar con los padres, apoderados y centros de padres de cada escuela para determinar una proyección de asistencia de esta semana, que es muchísimo menor a lo habitual”, dice. Y agrega: “Se dispusieron equipos de directivos, docentes y asistentes de la educación acordes a la cantidad de alumnos proyectados, con turnos éticos, que nos permitirán realizar la atención y cuidado de los niños y niñas que concurran esa semana”.
Mientras que desde la Coordinadora de Colegios Particulares Subvencionados (CCPS), su secretario general, Hernán Saldaña, asegura que como agrupación han tenido “que manejar el malestar de la comunidad educativa” y que la resolución definitiva les llegó “recién este martes”.
¿Qué complicaciones en específico ven en la medida que comienza este jueves? La alimentación parece ser el punto donde sus colegios asociados coinciden. “Hemos hecho encuestas sobre cuántos niños van a ir al colegio para que sean cuidados y cuántos van a almorzar”. Así, detalla que en una de esas encuestas, que respondieron 400 personas, solo siete niños irán a almorzar y tres necesitan cuidado. “Los padres están optando por no mandar a los niños al colegio, con lo que se va a perder una cantidad de comida enorme y muchos recursos fiscales”.
¿Y los apoderados? Felipe Varela, director de la agrupación Mi Derecho a Educar, asegura que estos días serán “un daño enorme que, según hemos visto, nace de una descoordinación del gobierno”, antes de agregar que los ganadores son “un grupo muy menor de profesores que presiona constantemente por este tipo de medidas que disminuyen la carga de trabajo”, y que los perdedores son “los niños, las familias para las cuales no es fácil organizar la logística y, también, una mayoría de profesores que quieren hacer bien su trabajo”.
En todo caso, no son los únicos molestos. Si incluso el Colegio de Profesores tuvo su primer choque de opiniones con la actual cartera de Educación. Hace un tiempo, el presidente de la gremial, Carlos Díaz, ya había dicho hecho saber su molestia: “No somos guardería y reiteramos e insistimos en ello. Esto de que hay que venir porque hay que cuidar probablemente a algunos niños no está en nuestro contrato de trabajo. Y tampoco dar almuerzo a los estudiantes”.
Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores Metropolitano, ahonda: “Por parte de los empleadores hay interpretaciones muy distintas de la aplicación de la medida. Lo que uno aprecia es mucha improvisación. Es un problema desde el punto de vista pedagógico y personal. El gran inconveniente de esta medida, que desde el punto de vista sanitario es justificada, es la información errática, porque el objetivo de disminuir la circulación de virus se ha relativizado bastante”. Y cierra: “Hay colegios que prácticamente estarán teniendo clases casi normales en esa semana, lo cual es absolutamente inadecuado”.
Como sea, desde el Mineduc se defienden. “Ante una medida excepcional y de emergencia como esta, decidimos informar con tiempo a las familias cuál era la decisión principal, la que no ha cambiado”, dice el ministro Marco Antonio Ávila, quien agrega que la misma “se trata de una suspensión de cinco días que se adicionan a las vacaciones con el objetivo de responder a la compleja situación sanitaria provocada por la alta circulación viral y ocupación de la red asistencial”. Esto, asegura, “fue anunciado con la debida antelación y durante estos días hemos estado ajustando la normativa y conversando con sostenedores y directivos para aclarar las dudas”.
Y aunque cuenta que la semana pasada enviaron a sostenedores orientaciones específicas para estos días, dice también que esta medida “evidentemente implica un desafío para el sistema escolar, que hemos intentado abordar con claridad para despejar las dudas, pero insistimos en que se trata de una medida de emergencia que busca resguardar la salud de los niños y niñas para así luego mantener las clases presenciales en el segundo semestre”.
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