La designación del primer gabinete del nuevo gobierno es, ante todo, un potente hecho comunicacional. Es comunicación política en su expresión más pura. Es la Presidencia visual en acción, desplegando su imagen como equipo; la nueva elite gubernamental.
El contexto -el Museo de Historia Natural- y el propio discurso del presidente electo, buscaron subrayar la continuidad histórica del proceso en curso. Decían: Chile es más antiguo que sus gobiernos y el que asumirá el próximo mes de marzo hunde sus raíces en esa tradición. Como gusta decir al joven presidente electo, él se sube sobre los hombros de los líderes progresistas que lo precedieron. El evento de ayer impuso calculadamente ese tono; aquí no hay una ruptura, no se va por la confrontación.
En cuanto al diseño político del gabinete nominado ayer, además de sus componentes de paridad, juventud de su núcleo e intento de expresar diversidad, aquel trajo consigo una novedad central; la ampliación del abanico ideológico del futuro gobierno hacia la centroizquierda. Es una muestra de elemental realismo; de ser un gobierno de minoría pasa a ser, ahora, un gobierno de semi mayoría, a cambio de flexibilizar el purismo ideológico-programático.
Lo anterior se ve ratificado por el nombramiento más inesperado y de mayor peso dentro del gabinete: el del ministro de Hacienda. Su inevitable centralidad marca también un rasgo de realismo; incluso más, uno de filiación histórica con la ex Concertación. Ya se verá con qué éxito e impacto.
Las palabras de Boric, pronunciadas al enmarcar los nombramientos, confirmaron el mensaje central de cordura que presidió la ceremonia en los jardines del Museo, evitando transmitir cualquier exceso.
Resta saber cuál es el grado de cohesión que podrá tener este equipo donde coexisten diversas izquierdas y cuál su habilidad para asegurar la gobernabilidad del país en circunstancias adversas, como sin duda enfrentará el nuevo gobierno. La insistente apelación al cumplimiento del programa, por parte del PC, es una indicación del temor que siente este partido de verse rodeado por el nuevo realismo. Pero elude el hecho de que, aún antes de comenzar el gobierno, ya hay dos versiones del programa (vuelta 1 y 2). Y aún falta que la segunda, la más votada, se confronte con la situación real de la sociedad y la economía. Ahí se jugará la suerte de este primer gabinete.
José Joaquín Brunner
Académico UDP y exministro
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