María Victoria Peralta, Premio Nacional de Educación: “El nuevo Gobierno tiene la gran oportunidad, con mucho trabajo, de hacer un cambio bastante profundo”
Especialistas del área instaron a flexibilizar la resolución del Ministerio de Educación sobre las clases presenciales obligatorias. Además, plantearon revisar la institucionalidad y el foco desde una perspectiva academicista.
Natalia Palma, 22 de enero 2022 10:03 hrs.
Este viernes, en la presentación de su gabinete, el presidente electo se refirió a la educación donde advirtió un aumento de las brechas de la desigualdad de conocimientos producto de la falta de clases presenciales. Por esta razón, Gabriel Boric indicó que buscarán los acuerdos que permitan el regreso a las aulas de los estudiantes.
Desde marzo próximo, el Ministerio de Educación será liderado por Marco Antonio Ávila (Revolución Democrática). Este profesor de Castellano y Magister en educación en innovación en educación de la Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez (UCSH) estará a cargo de llevar adelante las políticas del sector en un contexto donde los impactos de la pandemia aun están presentes.
La actual administración fijó para el próximo 2 de marzo el retorno a clases presenciales obligatorias, a dos años de que la pandemia irrumpiera en el país, dando paso a la educación y el trabajo a distancia. El titular del Mineduc, Raúl Figueroa, ha defendido fuertemente la iniciativa y afirmó que aquellos establecimientos que incumplan la resolución arriesgan multas de hasta 1.000 UTM.
Por otra parte, según reportó el Mineduc en un informe elaborado en conjunto con el Banco Mundial, los alumnos podrían perder hasta el 88% de los aprendizajes de un año en caso de no ir a clases presenciales por un período de 10 meses, siendo los más perjudicados los estudiantes de menores recursos, quienes podrían perder un 95%, mientras que los de mayores recursos, un 64%.
Sin embargo, los desafíos por acortar las brechas de aprendizaje y las insistencias por regresar a la presencialidad contrastan con la actual situación epidemiológica del país, en la que incluso esta semana se superó el récord de nuevos contagiados y casos activos, en medio de la propagación de la variante Ómicron.
Frente a esta situación, el académico del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile, Juan Pablo Valenzuela, consideró que la resolución sobre la obligatoriedad del regreso a las aulas debe ser monitoreada “en la medida que la situación sanitaria lo permita. No puede ser una medida tan de piedra”.
Además, planteó como esencial dar una señal en el país de “por un lado, abrir todos los establecimientos y que requerimos que los niños y niñas asistan a las escuelas y jardines infantiles” y agregó que “en la medida que el sistema, la sociedad, las actividades económicas y también de servicio de todo tipo están funcionando en forma relativamente normal, la educación es prioritaria. En ese contexto, se entienden las palabras del presidente electo que hace suya la orientación de la Unesco y de Naciones Unidas cuando dice que las escuelas deben ser las últimas en cerrar y las primeras en abrir”.
Por ello, sostuvo que en el contexto del 2022 los desafíos están puestos en cerrar brechas de aprendizaje “con estrategias desde el punto de vista del conjunto de los estudiantes, para grupos focalizados, para conocimiento, condiciones socioemocionales críticas de por medio y prepararnos para fortalecer un contexto que podría ser híbrido, es decir, cómo aseguramos que todos los estudiantes, todos los asistentes de la educación, de los educadores y educadoras de párvulos cuenten con los dispositivos básicos para tener una adecuada conectividad, y también los dispositivos suficientes para poder enseñar y aprender a distancia”.
La académica de la Universidad Central y Premio Nacional de Educación, María Victoria Peralta, señaló que “creo que todos estamos un poco atrasados porque hemos puesto todas las fichas en que 2022 iba a ser presencial, sin tener mucho antecedente de eso. Deberíamos tener un sistema armado de tipo híbrido o de e-learning definitivo porque quizá después de esta variante venga otra y, aunque no venga, creo que el sistema está armado para que ciertos tipos de aprendizajes se hagan desde el hogar y todo lo que tiene que ver con formación humana, valores, se hagan presencialmente”. De modo que destacó como esencial la preparación de los establecimientos educacionales.
Asimismo, manifestó que “pienso que el nuevo Gobierno tiene la gran oportunidad, con mucho trabajo sí, de hacer un cambio bastante profundo en materias educacionales. Hay que revisar instituciones que tenemos, quizá tanto sus componentes y sus formas de proceder no son las más adecuadas, porque eso es lo que va orientando las políticas del sector”.
Respecto a la propuesta del futuro presidente Gabriel Boric sobre la construcción de un nuevo currículum de educación, Peralta enfatizó en la necesidad de cambiar el foco desde una perspectiva academicista y confiar, en cambio, “en el niño, en su curiosidad, en su inteligencia, en su capacidad para aprender, para investigar. Esos son los grandes ‘cómo’”.
En tanto, el profesor e investigador de la facultad de Educación de la Universidad Católica, Ernesto Treviño, aseveró que la resolución de abrir las escuelas “es muy importante y lo que el próximo Gobierno tendrá que diseñar muy bien van a ser las medidas de aforo, de apoyo para clases híbridas, de rotación entre los estudiantes que van alguna vez y otra vez no, de manera que la mayor parte pueda tener asistencia, aunque no sea diaria durante el primer semestre”.
En ese sentido, comentó que “me parece que debería eliminar esta idea de la asistencia obligatoria y las multas a las escuelas. Ahí se tiene que establecer una lógica de cooperación y creo que hay hacer un llamado muy particular a las comunidades educativas, muy especialmente al Colegio de Profesores, para buscar fórmulas por el bienestar de los estudiantes”.
Además, apuntó a repensar el sistema con que se evalúa a los alumnos, a propósito de los resultados arrojados por la Prueba de Transición (PDT) que dio cuenta de un alza de un 9% en el promedio de notas de enseñanza media (NEM) en el contexto de pandemia.
“Estamos acostumbrados a las evaluaciones sumativas que, además, tienen consecuencias de carácter punitivo. La PDT, la PSU, la PAA tienen esta lógica de competencia y a mí me parece que lo que tenemos que hacer es combinar con aún más elementos los procesos de admisión”, expresó.
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