¿Se logra superar el modelo educativo neoliberal? Carta abierta al programa de la candidatura de Gabriel Boric
por Luis Felipe de la Vega 2 octubre, 2021
Luis Felipe de la Vega es Investigador educativo de Centro de Estudios Saberes Docentes de la Universidad de Chile. Los resultados que se presentan en esta columna fueron desarrollados en el marco del proyecto Fondecyt Iniciación 11190496
No se ven en su programa alusiones explícitas a la educación particular pagada ni tampoco a la particular subvencionada, que en el ámbito escolar concentra la mayor parte de la matrícula, logro alcanzado como resultado de las reglas del juego actuales del sistema. ¿De qué forma este programa modifica esta situación? ¿Es posible superar el modelo neoliberal en educación sin considerarlo en los planes de un próximo gobierno?
En un período de intenso debate público que domina la agenda, nos encontramos en un inédito escenario en que se estarán discutiendo en paralelo los contenidos de la nueva Constitución y las prioridades del próximo gobierno. Pese a su relevancia, hasta ahora ha sido llamativa la ausencia de la discusión sobre educación. Por esta razón, desde el Centro Saberes Docentes de la Universidad de Chile hemos querido realizar estas cartas abiertas a las candidaturas presidenciales, buscando analizar, pero sobre todo requerir de mayor información sobre los contenidos de sus programas en este ámbito. Ciertamente, para poder interpelar a una candidatura se requiere como condición de base disponer de un programa, razón por la cual estas cartas se destinan únicamente a quienes han publicado este instrumento.
El programa de Gabriel Boric considera cinco grandes puntos, orientados a enfrentar las consecuencias educativas de la pandemia, la transformación del paradigma educativo dominante, ajustes en el marco normativo para la superación del enfoque neoliberal, reformas al sistema de educación pública y fortalecimiento del rol y la carrera de trabajadores y trabajadoras de la educación.
Detrás de estos cinco puntos se declara la aspiración de “superar definitivamente el modelo educativo neoliberal”, es decir, se plantea un propósito de transformación profunda no solo de mecanismos, sino que de objetivos y sentidos del sistema educativo. Frente a esta expectativa, en el programa se ven estrategias que pudieran sintetizarse en un robustecimiento del involucramiento y participación de quienes están inmersos en los procesos educativos, aumento de financiamientos basales y mejoras y profundizaciones en procesos y políticas ya existentes (por ejemplo, de la Nueva Educación Pública o la carrera docente).
Frente a esta situación, nos preguntamos, ¿son estos cambios suficientes para la superación del modelo educativo neoliberal? Por ejemplo, se indica que se eliminará el Simce y se reemplazará por un nuevo sistema de evaluación orientado a los aprendizajes y las comunidades. Sería interesante conocer en qué sistema en concreto se está pensando y qué diferencias existen con los procesos que ya se están implementando, en un contexto en que la eliminación del Simce ya no parece una medida rupturista ni transformadora, toda vez que el propio gobierno actual de derecha ha prescindido los últimos dos años de esta medición.
Es cierto que esta medida no se ha tomado “desde la convicción”, sino a partir de las circunstancias del contexto social y sanitario, sin embargo, se ha dispuesto de un sistema de evaluación formativa de los aprendizajes para el uso interno de los establecimientos educacionales que además ha sido muy bien recibido por los actores del sistema. Desde esta perspectiva, la eliminación del Simce, o al menos del rol protagónico que hoy tiene en la arquitectura del sistema de aseguramiento de calidad, no parece tener el impacto transformador en el funcionamiento del sistema que hubiera tenido hace un par de años, en que hubo movimientos sociales y académicos que pedían la eliminación de esta prueba. Aún más, la candidata Yasna Provoste también incluye esta medida en su programa.
Otra pregunta que nos surge viene desde el punto que el programa dedica a las transformaciones del marco legal para la superación del enfoque neoliberal. El programa más que nada describe cambios normativos que permitan el financiamiento basal a las instituciones educativas del nivel parvulario y escolar, eliminando, por ejemplo, la subvención por asistencia (también propuesto en el programa de Provoste). Se indica que este proceso será gradual, lo que motiva a preguntarse, ¿qué tan gradual? O ¿de qué dependerá la gradualidad?
Otra pregunta asociada sobre los financiamientos basales es: ¿qué “tan basal” sería el financiamiento?, en otras palabras, ¿qué cubriría de los gastos de las instituciones educativas? y ¿cómo se financiaría lo no basal? ¿Con las subvenciones ya existentes? Hay antecedentes relevantes recientes que considerar aquí, específicamente cuando se inició la política de gratuidad en la educación superior, la que cuenta actualmente con un gran respaldo ciudadano y la acogida general de las instituciones educativas. Sin embargo, ciertamente las ha puesto en apuros en términos financieros, evidenciando que el presupuesto disponible está lejos de lo necesario para sostener la calidad de los procesos formativos, investigación y vinculación con el medio que la sociedad espera de los planteles de educación superior. Considerando lo anterior, cabe preguntarse si el cambio de financiamiento, en caso de no disponer de suficiente presupuesto, termine perjudicando a las mismas comunidades educativas, impidiendo el despliegue de los proyectos educativos que estarán realizando en un marco de fomento de su participación.
El programa incluye, además, un conjunto de ajustes al Sistema de Educación Pública y al Sistema de Desarrollo Profesional Docente que pudieran calificarse como mejoras al sistema, pudiendo inferirse que ambos procesos son valorados y validados por esta candidatura. No se vislumbran transformaciones profundas en estos ámbitos en el apartado de educación de la propuesta del candidato presidencial.
Finalmente, no se ven alusiones explícitas a la educación particular pagada ni tampoco a la particular subvencionada, que en el ámbito escolar concentra la mayor parte de la matrícula, logro alcanzado como resultado de las reglas del juego actuales del sistema. ¿De qué forma este programa modifica esta situación? ¿Es posible superar el modelo neoliberal en educación sin considerarlo en los planes de un próximo gobierno?
El propósito de esta interpelación es aportar a la visibilización de mayores antecedentes que ayuden a responder este tipo de inquietudes. Creemos que estos debates favorecen una mejor visualización de los programas y de sus alcances e invitamos respetuosamente a participar de ellos.
¿La educación en un lugar secundario? Carta abierta al programa de la candidatura de Sebastián Sichel
por Luis Felipe de la Vega 15 octubre, 2021
Luis Felipe de la Vega es Investigador educativo de Centro de Estudios Saberes Docentes de la Universidad de Chile. Los resultados que se presentan en esta columna fueron desarrollados en el marco del proyecto Fondecyt Iniciación 11190496
La revisión de estos contenidos profundiza la preocupación respecto al rol de la educación como eje de Gobierno de la candidatura de Sebastián Sichel. No se ven ideas orientadas a mejorar o transformar el sistema educativo, independientemente de que estas sean más cercanas a la derecha o a la izquierda, quedando la impresión que se espera más bien seguir administrándolo así como está. El problema es que ya tenemos suficiente información en cuanto a que, si seguimos así, no es posible esperar mejoras más allá de las que ya se han conseguido. ¿Qué debemos esperar quienes creemos en la relevancia social de la educación si esta candidatura es elegida?
La presente corresponde a la segunda carta abierta que hemos escrito a las candidaturas presenciales en relación con sus propuestas en el ámbito educativo. Tal como indicamos en la misiva anterior, desde el Centro Saberes Docentes de la Universidad de Chile nos hemos planteado como propósito analizar los propósitos declarados por las candidaturas presidenciales y, sobre todo, hacer preguntas que permitan profundizar o reflexionar sobre sus planteamientos. En esta ocasión abordaremos el programa del candidato Sebastián Sichel.
Revisamos reiteradas veces el sitio web del candidato de Chile Podemos + para concluir –con estupor– que actualmente no se presentan propuestas relacionadas con educación. Es probable que exista alguna explicación razonable al respecto, sobre todo viendo que en su equipo programático participan personas como Sylvia Eyzaguirre, que en esta ocasión está a cargo de la temática medioambiental. Sin embargo, no deja de ser llamativa la ausencia del abordaje de la educación, incluso en sus ideas estrellas presentadas en la sección “Programa” del sitio web. Lo más cercano en cuanto a áreas de contenido estaría en la sección Infancia, cuyo eslogan reza “Ningún niño se queda sin pensión de alimentos”.
Considerando lo anterior, no queda sino preguntarse cuál es la relevancia que tendrá la educación en un eventual Gobierno de Sebastián Sichel. ¿Significa que en esta candidatura no se estima que este ámbito tenga un rol central para la sociedad chilena? ¿O es que se está haciendo un diagnóstico positivo de la realidad actual de la educación, que implica dar continuidad a los procesos que actualmente están en marcha?
Frente al fracaso mencionado en la búsqueda en el sitio web, recurrimos al programa presidencial del candidato que está disponible en el sitio web de Servel, asociado a las elecciones primarias. Las últimas tres páginas de este documento refieren a educación. Ellas son encabezadas por el propósito de “Fortalecimiento de la educación pública de calidad: poner en el centro a los profesores, profesoras y educadoras”. Luego de este título se describen cuatro áreas de acción, la primera referida a la carrera profesional docente y directiva, la segunda a la convivencia escolar y desarrollo socioemocional, dentro de la cual se hacen también menciones a los Liceos Bicentenario, la educación parvularia y la educación técnico profesional.
Revisamos reiteradas veces el sitio web del candidato de Chile Podemos + para concluir –con estupor– que actualmente no se presentan propuestas relacionadas con educación. Es probable que exista alguna explicación razonable al respecto, sobre todo viendo que en su equipo programático participan personas como Sylvia Eyzaguirre, que en esta ocasión está a cargo de la temática medioambiental. Sin embargo, no deja de ser llamativa la ausencia del abordaje de la educación, incluso en sus ideas estrellas presentadas en la sección “Programa” del sitio web. Lo más cercano en cuanto a áreas de contenido estaría en la sección Infancia, cuyo eslogan reza “Ningún niño se queda sin pensión de alimentos”.
En el primero de los temas se plantea la idea de acelerar la plena implementación de la ley conocida como de “Carrera Docente” (20.903) y agregar una carrera para directivos de instituciones escolares. En el segundo se propone un Plan nacional de desarrollo de habilidades socioemocionales pospandemia, un fondo “Innova Convivencia 2.0” y ampliar en 100 el listado de Liceos Bicentenario.
Deteniéndonos a esta altura del programa, creemos que es posible confirmar el juicio previo respecto de la ausencia de una mayor ambición en relación con el rol de la educación en el programa de esta candidatura. Las acciones propuestas implican una continuidad de los procesos actuales, considerando la agregación de algunas iniciativas de corte programático, mas no una estrategia de política educacional, propiamente tal. En este escenario surgen, en primer lugar, preguntas respecto a temáticas que están ausentes, tales como la arquitectura normativa, el financiamiento, la evaluación, el rol de las comunidades educativas, de las instituciones que forman parte del Sistema de Aseguramiento de Calidad, entre muchas otras. ¿El silencio en relación con estas temáticas implica que no se espera abordarlas?
El aspecto anterior parece relevante de ser considerado, teniendo en cuenta que el propio programa en otras secciones utiliza recurrentemente los términos “equidad”, “inclusión” o la frase “nivelar la cancha”. ¿No se debe nivelar la cancha en educación? La evidencia empírica ha indicado permanentemente que sí y que la estructura del sistema educativo no hace sino potenciar las desigualdades, vinculando estrechamente el logro educativo a la condición socioeconómica.
Los Liceos Bicentenario responden a una idea de cómo enfrentar la desigualdad educativa. Dejemos por un momento de lado las múltiples críticas que pueden hacerse al aporte de esta iniciativa para enfrentar el fenómeno de la desigualdad y observemos las cifras asociadas al despliegue esperado de este programa en el próximo período presidencial. Se espera incorporar 100 nuevos establecimientos con este sello, menores a los 140 que incluyó el Gobierno actual. Un 70% de lo realizado en la actual implementación da cuenta de que no parece haber una vocación expansiva de los Liceos Bicentenario. ¿A qué se debe? ¿Son o no entonces la forma en que desde la derecha se espera enfrentar la desventaja educativa de quienes se educan viviendo en condiciones socioeconómicas desfavorables?
Asimismo, no se ve otra medida que la Carrera Docente (actualmente ya en implementación) y Directiva en relación con estos actores educativos. ¿Es suficiente para pensar que “se puso en el centro” a profesoras y profesores y que así se fortalecerá la educación pública?
La segunda parte de la revisión del programa mantiene el foco programático, buscando incluir una división de educación parvularia en la Agencia de Calidad de la Educación, un banco de recursos pedagógicos y un “programa especial para niños con capacidades diferentes” en este nivel educativo. Asimismo, se menciona que la educación técnico profesional debiera abrir más trayectorias de desarrollo y disminuir barreras de acceso a las mujeres, sin detallar cómo se enfrenarían estas situaciones. Lo que sí se indica es que daría continuidad y mantendría la gratuidad en los CFT estatales.
La revisión de estos contenidos profundiza la preocupación respecto al rol de la educación como eje de Gobierno de la candidatura de Sebastián Sichel. No se ven ideas orientadas a mejorar o transformar el sistema educativo, independientemente de que estas sean más cercanas a la derecha o a la izquierda, quedando la impresión que se espera más bien seguir administrándolo así como está. El problema es que ya tenemos suficiente información en cuanto a que, si seguimos así, no es posible esperar mejoras más allá de las que ya se han conseguido. ¿Qué debemos esperar quienes creemos en la relevancia social de la educación si esta candidatura es elegida?
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