Tres años llevaba en tramitación la iniciativa que logró una aprobación unánime en su primer paso en la Cámara de Diputados, pero que terminó enredándose en el Senado hasta llegar a una comisión mixta que este lunes botó el corazón del proyecto al rechazar los artículos que establecían la obligatoriedad. Parlamentarios aseguran que no tiene impacto porque ya está consagrado en la Constitución.
Un duro enfrentamiento protagonizaron el gobierno con los senadores de la oposición tras el rechazo en comisión mixta del proyecto que establecía el kínder como obligatorio. La iniciativa llevaba tres años de avance legislativo y buscaba materializar la reforma constitucional presentada en 2013, durante el primer mandato del Presidente Sebastián Piñera.
La expectativa del Ejecutivo era sumar la iniciativa a la nómina de leyes aprobadas durante esta administración, que ha planteado como uno de sus ejes la educación temprana.
“Es incomprensible que parlamentarios de oposición rechacen proyecto de Kínder Obligatorio que lo aprobamos unánimemente en la comisión y la Cámara”, señaló el vocero de gobierno, Jaime Bellolio, tras la votación.
A su turno, el ministro de Educación, Raúl Figueroa, manifestó: “Una vez más las necesidades de los niños se dejaron de lado. Senadores y diputados de oposición rechazan proyecto. Lamentable ver cómo destruyen un consenso de gobiernos anteriores, primando las diferencias políticas por sobre el futuro de los niños de Chile”.
La propia presidente del Senado, Yasna Provoste, salió a responder públicamente a las críticas del Ejecutivo, acusando que la iniciativa de ley era insuficiente. “Ministro, nada peor que el autoengaño. Su proyecto, como es usual de este gobierno, era un buen titular con un mal contenido”, le dijo al titular de Educación”, afirmó la senadora DC.
En la misma línea se pronunció el presidente de la comisión de Educación, senador Jaime Quintana (PPD): “Ministro, eso pasa cuando se gobierna para imponer titulares sin agendas de fondo. Incomprensible es que un gobierno desfondado nos ande acusando por Twitter”.
La comisión mixta que en última instancia analizaba el proyecto enviado por este gobierno el 25 de septiembre 2018, votó en contra todos los artículos que fijaban la obligatoriedad del segundo nivel de transición en educación parvularia, o sea el kínder. El proyecto previamente había sido aprobado por unanimidad en la Cámara de Diputados, pero cuestionado por el Senado llevándolo a Mixta.
Puesto en votación el paquete de la iniciativa que establecía la obligatoriedad se rechazó por 5 votos. Votaron en contra los senadores Quintana, Provoste, y los diputados Juan Santana (PS), Camila Rojas (Comunes) y Víctor Torres (DC), y la abstención del senador Carlos Montes (PS).
Con esta decisión el proyecto quedó vacío de su espíritu inicial y se terminaron aprobando normas transitorias como la que destina $ 2.000 millones para mayor infraestructura y otra que solicita información estadística. Los parlamentarios que votaron en contra recalcan que no habrá ningún impacto final.
“Hace once años se aprobó en la Constitución que el kínder sería obligatorio, y desde esa fecha el Estado se ha dispuesto políticas con ese fin, y hoy tenemos matriculados en kínder entre 93 y 97% de los niños, entonces es prácticamente obligatorio porque están todos adentro. Este proyecto es solo una tozudez del gobierno”, recalcó el senador Montes.
La oposición argumenta dos puntos fundamentales para sustentar su rechazo al proyecto.
Primero, que no se puede obligar a las familias cuando no existe la suficiente disponibilidad de aulas en zonas aisladas, y al mismo tiempo el gobierno ha ajustado programas que iban en esa línea.
“Este es un falso debate porque no tiene que ver con la obligatoriedad, sino con el acceso y aquí hay un conjunto de programas de Integra que iban en esa dirección y han disminuido, y el gobierno durante toda esta tramitación no ha podido demostrar lo contrario”, acotó Provoste.
Quintana, en tanto, recordó que en Lonquimay, por ejemplo, había un kínder que estaba a 15 km distante por lo cual no se podía obligar a las familias a llevar a los niños en el invierno, “¿qué pasa con ese 3% que no está yendo a la escuela?, es porque no hay oferta. Hoy, en contexto de pandemia, cuando el ausentismo escolar ha aumentado, claramente no es el momento de obligar, sino más bien de crear oferta educativa para territorios donde hoy no existe”.
Y la otra justificación para ir en contra del articulado era que se fijaba una subvención para que los privados crearan esta oferta, en detrimento de lo público. “Se busca privatizar y escolarizar esta etapa formativa, pero además, se establece una barrera de entrada para la educación básica a los niños y niñas de sectores rurales, a quienes hoy el Estado no le entrega ninguna garantía de acceso si es que las familias no cuentan con los recursos”, remarcaba el diputado Santana.
Durante la sesión, el ministro Figueroa expresó su preocupación por las determinaciones adoptadas por la Mixta: “El proyecto está totalmente desmembrado a esta altura. Lo lamento muchísimo porque se había hecho un esfuerzo para llegar a un consenso de lo importante que era el kínder y establecer mecanismos para que la obligatoriedad no fuera en perjuicio, sino en beneficio de los hogares”.
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