¿Acuerdo nacional?
La pregunta correcta no es si se necesita un acuerdo político, sino si es posible.
La necesidad es evidente. Enfrentamos una pandemia que tensiona al límite nuestro sistema de salud. Una parte significativa de la población está confinada. La parálisis económica amenaza el sustento de las familias. Reinan el temor, la inseguridad y la incertidumbre.
La sociedad civil, el Estado y especialmente los sectores público y privado de la salud realizan un esfuerzo extraordinario por salir adelante: frenar la pandemia, ganar tiempo para los servicios de urgencia, atender enfermos graves, distribuir alimentos, sostener a distancia la educación, suplir el ingreso del trabajo con bonos y subsidios, y mantener el orden y la convivencia alterados por la distancia social, la desesperación y las conductas violentas que irrumpen en la ciudad.
Hasta aquí, la sociedad ha resistido. La institucionalidad no se ha desplomado ni paralizado. El gobierno ha ido abordando con efectividad la complejísima crisis que debe administrar. Los municipios se han convertido en una vital red de apoyo. Y los sistemas básicos que soportan la existencia -con las limitaciones conocidas- funcionan asegurando una precaria normalidad.
La política, en tanto, a cargo de partidos, parlamentarios y clase opinante -de la cual depende la posibilidad de un acuerdo que serviría para llegar con integridad al otro lado del abismo- no parece estar en condiciones de generarlo. Se ha enclaustrado en sus trincheras y disputa sobre nimiedades. No hay generosidad frente a la dificilísima misión del gobierno ni una oposición a la altura de la tarea. Los liderazgos disponibles son débiles. Falta visión de país y concertación de voluntades.
Lo realista entonces es guardar un sano escepticismo frente a la contribución que los agentes políticos pueden hacer en la actual coyuntura. Por imprescindible que resulta un amplio acuerdo ante la emergencia, la política no es capaz de materializarlo. Por eso debe ponerse toda la esperanza en los agentes decisivos: sociedad civil, sistema de salud y gobierno. Los opositores debemos al menos demostrar esa actitud.
José Joaquín Brunner
Académico UDP, exministro
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