SEÑOR DIRECTOR

Lo primero que se requiere es restablecer el pacto democrático quebrado. Las instituciones han sido sobrepasadas. La violencia se ha tomado parte de las ciudades. Procesos básicos de la sociedad están en vilo. Hay un estado de emergencia. En medio de todo esto, la TV y las redes sociales difunden la imagen de un colapso de la política y los políticos. “Que se vayan todos”.

Es sorprendente la débil conciencia que la propia clase dirigencial tiene sobre este quiebre y sus consecuencias. Parece estar más interesada en “explicar”, o justificar, la violencia que en reafirmar su absoluta incompatibilidad con un orden democrático. Se muestra desunida, cacofónica, vacilante en sus juicios de la situación, empecinada en el cálculo de ventajas inmediatas. En vez de favorecer la gobernabilidad prefiere discurrir ante las pantallas sobre los sucesos de última hora.

En seguida cabe abordar un nuevo pacto social. El Presidente ha dado el primer paso. Ahora hay que recorrer juntos el camino. Debe evitarse el atolondramiento; el exceso de asuntos; la falta de focalización; la confusión entre metas de plazo corto, mediano y largo; las promesas sin respaldo financiero y, sobre todo, volver a alentar una espiral de expectativas.

Es imprescindible tomar decisiones de mejoramiento social inmediato pero, a la vez, concordar en una perspectiva de mediano alcance que sea realista. No podemos repetir los errores que hicimos en 2014, cuando adoptamos múltiples medidas pro equidad y un incremento de los tributos, pero que ahora reconocemos carecían de una correcta priorizacion, diseño, financiamiento e implementación.

En suma, hay por delante tres desafíos fundamentales: restablecer el pacto democrático interrumpido, concretar un pacto social efectivo y rearticular un pacto dirigencial que se ha deshilachado.

José Joaquín Brunner

Académico UDP, exministro