Si hablamos de sello, es que sea una subsecretaría convocante: que estén las puertas abiertas para todo tipo de instituciones y que no haya alumnos de primera o segunda clase”.
La clave es hacer los cambios (a la admisión) con la debida prudencia… porque tienen un impacto en los jóvenes que deben prepararse de una determinada manera”.
La ley corta pierde eficacia cuando ves la declaración de los rectores, y gran parte de ellos dice que no va a cobrar el 100% del arancel. Creemos que la interpretación legal que nosotros hicimos es la correcta”.
En la medida en que seamos capaces de proveer buena información al sistema, eso puede implicar una mejor toma de decisiones, e impacta en la calidad”.
Creemos que se puede sacar adelante. Me costaría mucho pensar que no se quisiese beneficiar a estos alumnos por simplemente querer incorporar desde el primer día a quienes están en universidades”.
Aún no recibe la chaqueta roja que lo distinguirá en terreno como miembro del gabinete, pero Juan Eduardo Vargas cuenta que la prenda ya está en preparación. Será la primera confeccionada para un subsecretario de Educación Superior.
El ingeniero comercial —hasta la semana pasada, jefe de la División de Educación Superior (Divesup)— fue considerado, por largo tiempo, como el candidato natural para el cargo. Sin embargo, su llegada a la repartición, que por ley debía partir el 1 de agosto, pareció estar en duda cuando trascendió que, en La Moneda, el nombre que sonaba era el de Carlos Williamson.
“Nunca hubo un nombre oficial”, enfatiza el subsecretario, y añade: “Estoy tremendamente agradecido de la confianza que el Presidente me ha depositado”.
Vargas llega a un cargo con una agenda llena de cambios por ejecutar, muchos de ellos dispuestos por ley y que, en los próximos años, modificarán en buena parte el panorama de la educación superior. Afirma que quiere instalar una subsecretaría con “puertas abiertas” a todos, sin distinciones: “Que no haya alumnos de primera o segunda clase, y lo mismo con respecto a las instituciones”.
—¿Hoy existen sesgos? ¿Se podría decir que hay rectores que son más escuchados que los de planteles técnico-profesionales, por ejemplo?
“La ley les da un cierto papel a algunas universidades, en particular a las del Consejo de Rectores (CRUCh), y eso está perfecto. El tema es que como hacedores de política pública no dejemos de lado a otras instituciones”.
Y añade: “Los institutos profesionales (IP) y centros de formación técnica (CFT) congregan a más de medio millón de estudiantes y es importante poner eso arriba de la mesa. Hay un grupo enorme de jóvenes a los que la política pública, por distintas razones, no ha tomado en consideración lo suficiente”.
Un debate con más voces
El subsecretario encabeza ahora los dos comités que se crearon para modificar el acceso a la educación superior. Este año, por última vez, la Prueba de Selección Universitaria (PSU) estará en manos del Sistema Único de Admisión, que a su vez depende del CRUCh.
En adelante, será la subsecretaría la que liderará la transición hacia las nuevas formas de ingreso para el mundo técnico-profesional y el universitario.
—¿Cuáles son los efectos de que la admisión esté, ahora, en manos del ministerio?
“Bajo ningún punto de vista esto es borrón y cuenta nueva, hay una expertise de la que vamos a ser herederos. El Demre, de hecho, va a seguir siendo el proveedor del sistema por un plazo prudente de tiempo que tendremos que definir. Desde ese punto de vista, hay que llamar a la tranquilidad.
“Ahora, ¿qué es lo positivo de la incorporación de la subsecretaría? De alguna manera, se abre un poco el espacio para que haya miradas adicionales a las que existían típicamente, que eran las de los rectores (del CRUCh). Estamos conformando grupos de asesores que nos van a proveer de insumos para llevar a la discusión y empujar el sistema hacia las mejoras que creemos debieran darse y que son, en general, bastante consensuadas”.
—¿Qué tipo de cambios tienen en mente?
“Si hablamos de la PSU, existe un consenso en que tiene que haber ciertos cambios que vayan más en la línea de tratar de medir competencias. Sobre la prueba de Matemática se ha dicho —y los expertos en general están de acuerdo— que abarca demasiados contenidos, que sería recomendable una suerte de división. Por lo demás, hay que considerar que los alumnos de los liceos técnicos no ven todo lo que se pregunta, y eso es una injusticia.
“En la prueba de Lenguaje se dice que trata de medir habilidades de escritura, y no lo hace de buena manera. Somos partidarios de eliminar algunos ítems y medir la escritura aparte”.
La misma multiplicidad de miradas que destaca Vargas en el cambio al sistema de admisión se buscará replicar en otras instancias. El subsecretario anticipa que convocará a los planteles a reuniones, con el objetivo de avanzar a una mejor coordinación: “Los rectores se juntan, una vez al año, congregados por otra institución que no tiene que ver con la educación, y está bien. Pero no puede ser que no se junten convocados por el Mineduc. Eso lo vamos a hacer”.
—¿Le tocará ir a las reuniones mensuales del Consejo de Rectores?
“Mi política es tratar de ir la mayor cantidad de veces que pueda. No siempre voy a poder, pero sí tiene que estar ahí un representante del ministerio, que será la jefa de la División de Universidades, Camila Cortez. En la medida que pueda, me interesa. Se dan buenas conversaciones y dinámicas con los temas”.
Pero advierte que su diálogo será “no solo con el CRUCh. Aquí no hay sesgos”.
Financiamiento: una discusión abierta
Vargas enfatiza que quiere poner el foco en la calidad. “Una de mis aspiraciones es que la discusión la tornemos hacia temas que son, a mi juicio, mucho más relevantes, como son la calidad, el acceso, la tasa de permanencia y la titulación oportuna”, plantea (ver recuadros).
Pero sabe que el debate sobre el financiamiento será intenso. Sobre todo, para abordar los efectos de la gratuidad.
Pese a los numerosos reclamos de varias instituciones, el diagnóstico hecho por el Ministerio de Hacienda sobre el impacto de la política fue claro. “Las universidades del CRUCh están mejor, igual o levemente mejor que antes, en promedio”, dice. Las privadas, en cambio, resultaron ser las más perjudicadas en sus finanzas.
Con todo, el subsecretario afirma que la instancia para abordar las inquietudes en torno al beneficio será un grupo más pequeño —integrado por algunos rectores convocados por el Mineduc—, donde se verán propuestas concretas. Esto, eso sí, considerando que las prioridades del Gobierno en educación están, principalmente, en el nivel preescolar y que el presupuesto siempre es acotado.
“Con eso en mente, perfecto. La mejor disposición para conversar, pero entendiendo también que hay un límite”, zanja.
Otra instancia clave será la comisión de expertos que fijará los nuevos aranceles regulados, cruciales para las instituciones, ya que determinan cuánto reciben del Estado por cada alumno beneficiado por la gratuidad.
El viernes, el grupo se reunió por primera vez con Vargas.
—¿Hay manera de llegar a definiciones que resulten razonables?
“La ley dice que tenemos que calcular los aranceles de manera tal que reflejen los costos de impartir una carrera (…) Ese es un desafío enorme.
“Hay una parte de la ley que, de alguna manera, nos permite tener una cierta esperanza respecto de que esto finalmente sea una contribución al sistema: dice que el cálculo se puede hacer por grupos de carreras (similares).
“Lo que no queremos es que esto cause un perjuicio al sistema de educación superior, eso sería terrible”
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Confirma que es una persona que ya tenía trayectoria suficiente para hacerse cargo de este desafío”.
PRESIDENTE DE VERTEBRAL Y RECTOR DEL IP Y CFT SANTO TOMÁS
No hay ninguna razón, salvo querer ser arbitrario, para privilegiar a unas instituciones por sobre otras”.
RECTOR U. DEL DESARROLLO
Hasta ahora, hemos observado que el Mineduc ha tenido una mirada de universidades de primera y segunda categoría”.
RECTOR UC DE LA SANTÍSIMA CONCEPCIÓN
Positivamente fueron recibidas las primeras definiciones del subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, quien expresó ayer en entrevista con “El Mercurio” su voluntad de dar un sello convocante a su labor en la repartición y escuchar “sin sesgo” a los planteles, más allá de que pertenezcan o no a entidades como el Consejo de Rectores (CRUCh).
En esa línea, Vargas aseguró que “hay un grupo enorme de jóvenes a los que la política pública, por distintas razones, no ha tomado en consideración lo suficiente”, en referencia al mundo técnico-profesional.
Juan Pablo Guzmán, rector del Instituto Profesional (IP) y Centro de Formación Técnica (CFT) Santo Tomás y presidente de Vertebral —asociación que reúne a 22 IP y CFT acreditados—, afirmó que su postura inclusiva y foco en planteles técnicos “son muy buenas noticias”. “Es muy abierto en cuanto a la comprensión de los actores y ámbitos de la educación superior, lo que confirma que es una persona que ya tenía trayectoria suficiente para hacerse cargo de este desafío”, destacó Guzmán.
Su par de la UC de la Santísima Concepción, Christian Schmitz, llamó a “celebrar esta perspectiva de igualdad”. El rector —que es miembro del CRUCh— apuntó que, previamente, han visto diferencias hacia los planteles. Por ejemplo, “al instaurar un consejo asesor de la ministra, lo cual deja fuera varias de nuestras casas de estudios que tienen connotación regional y tamaño significativo”.
Aunque Schmitz coincidió en el énfasis en la calidad que planteó Vargas, hizo hincapié en que, “sin perjuicio de ello, el financiamiento es de gran relevancia, sobre todo para universidades regionales (…) Es fundamental reponer en el presupuesto del próximo año los fondos basales para aquellas que tienen su casa central en regiones”.
Un nuevo trato
En las universidades privadas que no integran el CRUCh, ven que las palabras de Vargas marcan un hito en la relación con el Mineduc. “En el gobierno anterior fue escandaloso (…) Era una cosa realmente difícil de creer, que cada vez que los rectores de universidades privadas queríamos hablar con la ministra ella no tenía agenda”, aseguró el rector de la U. del Desarrollo, Federico Valdés.
A juicio del directivo, “este gobierno ha mostrado una disposición a tratar a todas las universidades en forma equitativa”. El rector de la U. Mayor, Rubén Covarrubias, añadió que los dichos del subsecretario marcan “un cambio radical en la forma de mirar el sistema”.
También fue valorada la propuesta de la nueva autoridad ministerial, de convocar a los planteles a reuniones organizadas por la propia cartera. “Me parece excelente, es una demostración de que el subsecretario tiene muy claro cómo llevar adelante este tremendo desafío que tiene. Esta ley, que va a definir la educación superior quizás por todo el siglo, tiene que partir bien”, señaló el rector de la U. Central, Santiago González.
Su par de la U. Autónoma, José Antonio Galilea, coincidió: “Comparto su proposición de convocarlas a todas, sin distinción de ninguna naturaleza y generar así un mejor diálogo y coordinación. Por lo demás, no deben existir diferencias que puedan terminar afectando a los estudiantes que se forman en instituciones diversas”.
En materia de financiamiento, los rectores de la UDD y la U. Mayor valoraron que el subsecretario enfatizara que los recursos son limitados y que las prioridades están en la educación preescolar. “Está bueno que quienes participamos del sistema entendamos que el presupuesto para el sistema de educación superior no va a crecer”, planteó Valdés. Covarrubias, en tanto, sostuvo que es “una visión realista”.
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