“La política de los liceos Bicentenario ha demostrado ser exitosa”, asegura el subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, quien añade que el sello de estos recintos —60 actualmente y llegarán a ser 300 al término del Gobierno— es una “cultura de altas expectativas y una convicción de que, con un trabajo serio y bien focalizado, se pueden alcanzar muy buenos resultados”.

—Esas características son similares a las que tienen los liceos tradicionales. ¿Se podría decir que los Bicentenario se están transformando en los nuevos emblemáticos?

—Los liceos Bicentenario han logrado un prestigio en el sistema que hace que las familias los reconozcan y los identifiquen como vehículos concretos para que sus hijos puedan acceder a mejores oportunidades. Y por eso nos parece que es importante que la fórmula del éxito de esos liceos se transmita al resto del sistema. Porque aquí no se trata de que son exitosos porque accedan necesariamente a mayores recursos, lo son porque tienen una cultura de altas expectativas que es perfectamente replicable en el resto del sistema.

El subsecretario añade que “es importante que los liceos emblemáticos, que son un símbolo concreto de las posibilidades que ofrece una buena educación pública, puedan recuperar el nivel que históricamente han tenido”.

—¿Qué diferencia a los Bicentenario de otros recintos públicos?

—Su esencia radica en una combinación virtuosa entre el compromiso del sostenedor, el esfuerzo de las familias, el liderazgo directivo y la presencia permanente de los docentes en torno al cumplimiento de un mismo objetivo. En el caso de los ya existentes, está muy marcado por la excelencia académica.

—¿La idea es que a futuro todos los liceos funcionen como un Bicentenario, o abarcar un mayor número?

—Nuestro gran objetivo es que todo el sistema educacional alcance los más altos estándares de calidad y eso significa poner el foco del Mineduc en las posibilidades de desarrollo de todo el sistema. La política de los Bicentenario promueve ciertos establecimientos para facilitar que en ellos se genere una cultura que nosotros deseamos se expanda a todo el sistema.

—¿Estima que el gobierno anterior no desarrolló con la fuerza necesaria esta política?

—Lamentablemente durante el gobierno anterior el foco del debate educacional no estuvo centrado en lo que ocurre en los establecimientos, sino que en cambios estructurales. Inevitablemente significó dejar de lado la preocupación por lo que debe pasar dentro de los colegios, por eso hemos señalado que el objetivo de este Gobierno es volver el foco de la política pública a la sala de clases.

—¿No se centraron en el tema de la calidad o no quisieron implementar más los liceos Bicentenario?

—Creo que, en general, hubo una falta de foco en la calidad durante el gobierno anterior y específicamente a lo que se refiere a los liceos Bicentenario. A mi juicio, también hubo un cierto sesgo en contra de una política que el tiempo demostró que merecía una mayor atención del ministerio.

Los elegidos

Los futuros 40 Bicentenario se eligieron entre 271 propuestas, y Figueroa asegura que los escogidos —todos de educación técnico profesional (TP)— tienen una vulnerabilidad cercana al 82%.

—¿Qué exigencia tendrán estos liceos?

—Se busca que tengan buenos resultados pedagógicos, no por ser TP significa que los aprendizajes deban ser dejados de lado.

Así, el subsecretario detalla que se deberán asegurar prácticas con el sector productivo y además tener una buena articulación con la educación terciaria y las empresas.

—En términos académicos, ¿se les pidió un rendimiento mínimo en pruebas estandarizadas?

—Se les exige mantener ciertos resultados en el Simce de 2° medio. El desempeño de hoy se espera que lo mantengan, y los que tienen una proyección de alcanzar mejores resultados, lo mejoren.

—¿Qué pasará los que no logren continuar con sus promedios?

—Cada establecimiento firma un convenio con el Mineduc donde se compromete al cumplimiento de ciertas metas, tanto de resultados como de procesos, y se les da un tiempo para que puedan alcanzarlas y mantenerlas. Si no lo hacen, pierden el sello bicentenario.

Perfil socioeconómico. El promedio de vulnerabilidad en los 40 colegios que se convertirán en Bicentenario es 82%

Promedio Simce. En 2° medio el promedio de sus alumnos en Lenguaje es 242 puntos y 252 en Matemática, bajo el promedio nacional.

Matrícula: La cantidad promedio de estudiantes que van a estos establecimientos es de 802 alumnos. En total, se beneficiará a cerca de 32 mil jóvenes.