En Francia, la reforma del college unique establecida en 1975 buscaba reemplazar la escuela secundaria, altamente elitista, por una enseñanza única que ofreciera la misma calidad de enseñanza a todos los estudiantes, con el fin de minimizar las diferencias sociales.
Sin embargo, la reforma tuvo efectos contraproducentes: la política no produjo mayor equidad educacional e incrementó la segregación social y étnica en el sistema educacional francés. La explicación, de acuerdo a los investigadores Felouzis, Fouquet-Chauprade y Charmillot, es que diferentes actores sociales reaccionaron y tomaron acciones estratégicas, que llevaron a diversas formas de competencia escolar y selección, que perpetuaron o incrementaron la segregación.
El paradójico caso de Francia es uno de los incluidos en el libro Understanding school segregation . Patterns, Causes and Consequences of Spatial Inequalities in Education (Comprendiendo la segregación escolar. Patrones, causas y consecuencias de la desigualdad espacial en educación, Bloomsbury Academic), editado por los investigadores Xavier Bonal del GEPS de la Universidad Autónoma de Barcelona y Cristián Bellei del CIAE de la Universidad de Chile , que ofrece un profundo análisis sobre el actual debate acerca de la segregación escolar en diversos países de Europa y América. De acuerdo a los editores, este debate demuestra el dinamismo de este campo académico y da luces sobre las complejidades involucradas en identificar apropiadamente tanto las causas como las consecuencias de la segregación escolar. “El libro entrega poderosas razones para considerar la segregación escolar como un problema altamente relevante, que debe ser una prioridad en las agendas de política educacional”, dicen Bellei y Bonal.
El libro -que cuenta con la colaboración de 21 autores, quienes estudian los casos de Argentina, Bélgica, Brasil, Chile, España, EE.UU., Francia, Holanda, Perú y Reino Unido-, examina los patrones y los efectos de la segregación escolar en cada país. Una conclusión general es que ésta debe analizarse en su más amplio contexto, incluyendo las características históricas y de la sociedad en las que se insertan los sistemas escolares, junto a sus características institucionales. Por ejemplo, un aspecto considerado es hasta qué punto la segregación escolar es producida o incrementada por dinámicas de mercado más o menos explícitas en los sistemas escolares. Un valor del libro es precisamente que incluye casos de sistemas muy privatizados y con elección de escuela, y otros donde la educación pública es dominante y los alumnos son distribuidos según su lugar de residencia.
Otro aspecto importante analizado son las consecuencias negativas de la segregación sobre la equidad educacional, especialmente porque afecta el desempeño de los alumnos más desaventajados, pero también por sus efectos sobre la capacidad de todos los estudiantes de desarrollar capital social y tejer redes de amistad interculturales; en último término, los autores señalan que la segregación escolar empobrecería la idea misma de democracia que los estudiantes adquieren.
El libro también recoge y sistematiza las diferentes políticas que directa o indirectamente han abordado la segregación escolar en los diferentes países. Sin embargo, pocos gobiernos han implementado políticas efectivas para reducirla. Según los autores, “alterar los modelos escolares, haciendo que escuelas de elite acepten alumnos más desaventajados o de minorías étnicas son decisiones que enfrentan resistencia de parte de diferentes sectores de la comunidad educacional, como padres, directivos escolares e, incluso, docentes”.
En este sentido, los académicos Bellei y Bonal sostienen que no hay recetas únicas para frenar la segregación. “La interacción entre factores internos y externos al campo educacional produce escenarios únicos de segregación escolar, que engendra inequidades de diferente naturaleza e intensidad. El fuerte carácter contextual del fenómeno justifica la ausencia de una única y universal solución. Reducir la segregación en Ámsterdam requiere diferentes medidas que en Santiago, Lima o Barcelona”, concluyen.
Fuente: Comunicaciones CIAE
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