Paulo Santiago, experto en educación de la OCDE: “El mercado tiene que ser regulado, porque sino, tiene efectos perversos”
por CARLA GONZÁLEZ 9 junio, 2018
Hace unos días el portugués Paulo Santiago, el jefe de Asesoramiento e Implementación de Políticas Públicas de Educación de la OCDE, estuvo en Chile para presentar, en un seminario de la Universidad Católica, un resumen -con el análisis y recomendaciones- de los dos informes realizados por el organismo internacional a las políticas públicas educativas chilenas implementadas durante los últimos quince años. Para el experto, avanzar y alcanzar grandes cambios en nuestro sistema educativo “es un proceso que toma tiempo”.
-¿Cuáles diría usted que son los desafíos de la institucionalidad que se desprenden de las recomendaciones de los dos informes realizados por la OCDE?
-Ha habido cambios muy significativos en términos de la regulación de la educación en todos los niveles, desde la educación escolar hasta la educación superior y se trata de avances importantes que sirven para dar un marco de acción para todos los actores del sistema educativo. Aquí lo que cambia efectivamente es la oportunidad para diseñar una dirección común para todos estos actores, donde cada uno de ellos defina su contribución y su perfil dentro del sistema y donde además exista una búsqueda de consensos para exactamente ir en la misma dirección y asegurar que el servicio y los fondos públicos en educación sean utilizados con la intención de alcanzar los objetivos públicos. Entonces, si hablamos de desafíos en estos momentos, será la implementación y asegurar que los objetivos sean alcanzados. La Reforma Educacional envió el mensaje de que el mercado tiene un rol y que éste tiene que ser regulado porque, si no, tiene efectos perversos. Por lo tanto, enviar la señal de que hay que regular y poner a los diferentes actores al mismo nivel de actuación es algo importante. También habla de la necesidad de profesionalizar la educación, que es un poco el mensaje que envían los servicios locales de educación, pero claro, con la atención de que no se puede perder la importancia del apoyo de proximidad a la escuela.
Otro aspecto tiene que ver con dar respuesta a la diversidad cada vez más grande de alumnos en el sistema educativo, asegurar que los docentes estén preparados para esa diversidad y para realizar clases heterogéneas, para que desarrollen sus capacidades y ser capaces de dar una docencia más individualizada y seguir con la política de diferenciar los recursos educativos de acuerdo con las necesidades de los alumnos y las escuelas.
-Chile está sobre la media del continente, pero está lejos del promedio de la OCDE ¿cuál es su análisis?
-Es necesario tener en cuenta que, en relación a otros países de la OCDE, el punto de partida de Chile es distinto. Acá hay un déficit educativo en relación a otros países de la organización que es significativo y tomará tiempo y generaciones el poder disminuir la brecha. Pese a eso, ha habido avances significativos: la cobertura ha aumentado significativamente, los resultados han mejorado en el panorama de Pisa y, al mismo tiempo, hay una mayor igualdad de oportunidades y en ese sentido, la equidad del sistema educativo ha mejorado en los últimos años.
-¿Qué es lo que falta entonces?
-Hay que desarrollar las capacidades locales y también hay una necesidad de asegurar que las familias den valor a la educación y más apoyo a sus niños; eso aumenta las expectativas para todos los estudiantes. En esa línea, hay medidas muy importantes que han sido tomadas, por ejemplo, existe la conciencia clara del concepto de desventaja educativa: los estudiantes no están todos en las mismas circunstancias y eso los afecta en su capacidad para alcanzar su potencial. El sistema ya reconoció esto y ya cambió su manera de distribuir recursos de acuerdo a estas necesidades. Eso es un reconocimiento importante y se está invirtiendo en la desventaja educativa.
Existe también una inversión grande en los profesores, los actores más importantes dentro de las escuelas. Hay muchas políticas a nivel docente que fueron desarrolladas, pero avanzar toma tiempo porque estamos hablando de mejorar la educación de los profesores, pero el tema es que ya hay muchos que necesitan mejoramiento a nivel de su desarrollo profesional. Inevitablemente el cambio toma tiempo, sobre todo aquellas políticas de desarrollo de capacidades locales, de los docentes y directores, pero la estructura y las políticas fundamentales para desarrollar esa capacidad ya están en pleno desarrollo.
-¿Cuál es a su juicio el rol de la educación pública y cómo está se debería fortalecer?
-Hay que distinguir entre lo que es la educación que proveen las instituciones estatales y la que entregan las privadas y entender que lo que importa realmente son los resultados de todas las escuelas. Lo fundamental son los resultados sociales y el impacto social de la inversión pública en educación y que los objetivos sean alcanzados.
En ese sentido, lo realmente importante es poner a las escuelas públicas en un nivel en que puedan actuar y competir de igual manera. Entonces, es destacable el trabajo por regular la forma en cómo interactúan las diferentes instituciones y la contribución más importante fue asegurar que los establecimientos públicos tengan los mismos medios para poder desarrollar la calidad de su educación tal como lo hacen los privados. Se trata de poner a todas las escuelas al mismo nivel para poder desarrollarse y proveer de servicios educativos. Entonces, claro que es importante hacer crecer a la escuela pública, pero más en el sentido de ponerla en términos de actuación al mismo nivel de regulación que les permita tener los mismos medios para educar a los alumnos como lo hacen las privadas.
-¿Qué políticas de segunda generación necesita nuestro país para seguir avanzando?
Hay un conjunto de políticas que pasan mucho por el desarrollo de las capacidades, por ejemplo, tener mejores docentes, contar con directores que puedan tener mayor grado de autonomía para desarrollar dinámicas dentro de la escuela y así potenciar el aprendizaje. Además, asegurar que la evaluación docente contribuya a la mejora de la labor de los profesores, a los cuales se subieron los salarios y se espera que haya candidatos de mayor potencial que entren en la docencia. Hay entonces todo un conjunto de mecanismos, incluso a través de los apoderados, es decir, hay un mejor nivel de educación de los papás, por lo tanto, se espera que en el futuro eso también va a contribuir en los alumnos, por consiguiente, se espera que la mejora siga.
-¿Cuál es el rol de los padres y apoderados para influir en el concepto de calidad y cómo puede ayudar el sistema escolar para que tengan un rol activo en el proceso?
La idea es entregar una información más sofisticada, tal como lo hace hoy la Agencia de Calidad de la Educación, y que permita a los apoderados reaccionar y contribuir en el aprendizaje de sus propios hijos. Y claro, después está todo el aspecto de participación social en el desarrollo de la propia escuela, donde se encuentren medios para que los apoderados puedan contribuir en distintas instancias, incluso en aquellas relacionadas con la validación de ciertas actividades como el desarrollo del Programa de Mejoramiento Escolar.
-Y, finalmente, ¿cuáles es la línea a seguir para continuar avanzando en calidad con equidad?
Además de la importancia de atraer personas con gran potencial para la actividad docente, hay que dar continuidad al trabajo de desarrollar las capacidades de cada uno de los establecimientos. Se sabe que es algo que toma mucho tiempo y que no da resultados inmediatos, por lo tanto, toda la inversión en asegurar que se trate a los docentes como profesionales y que la dirección de las escuelas se lleve a cabo con mayor autonomía. Hay que dar continuidad a esa política sabiendo que no habrá resultados inmediatos, pero mientras más capacitados estén los agentes locales, mayores respuestas pueden dar a las instituciones de política a nivel central y cambiar lo que pase en el aula.
Otro aspecto tiene que ver con dar respuesta a la diversidad cada vez más grande de alumnos en el sistema educativo, asegurar que los docentes estén preparados para esa diversidad y para realizar clases heterogéneas, para que desarrollen sus capacidades y ser capaces de dar una docencia más individualizada y seguir con la política de diferenciar los recursos educativos de acuerdo con las necesidades de los alumnos y las escuelas.
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