Reforma de la Complutense
Julio 29, 2017

La Complutense salva sus facultades pero tendrá 90 departamentos menos

El rector no renuncia a dejar los 26 decanatos a 17 pero retrasa los tiempos

El ambicioso plan del rector de la Complutense Carlos Andradas de restructurar su campus se ha quedado a medias. Finalmente, sus 26 facultades no se convertirán en 17, como se planteaba en el borrador de su proyecto de hace un año, con el que se pretendía reorganizar los recursos y ahorrar un 1% del presupuesto. Pero en el Consejo de Gobierno -participado por profesores, alumnos y personal de administración y servicios-, celebrado hoy martes, sí ha logrado que los 184 departamentos se conviertan en 94 (casi la mitad) con un gran respaldo: 42 votos favorables, frente a 2 abstenciones y 2 votos en contra.

La Complutense habla en una nota de prensa de “reagrupación” de departamentos -habrá 90 menos- con el propósito de fortalecerlos para ser más potentes, impulsar la actividad investigadora, acabar con la segmentación de las áreas de conocimiento, tener mejor interlocución con el rectorado, mejorar la docencia o fomentar la cooperación interdisciplinar entre los centros. Por ejemplo, los seis departamentos de Economía Aplicada y seis de Sociología pasarán a ser 2, y los cuatro de Bioquímica y Biología Molecular se concentran en uno.

Andradas reconoce que con la fusión de centros puede seguir habiendo reinos de taifas, pero recuerda que los informes los emite el departamento y se verán obligados a llegar a un acuerdo. Cuando se produzca la fusión, el catedrático más longevo quedará de funciones como director de departamento mientras se elige el definitivo.

Pero el rectorado no renuncia a aglutinar facultades. Aunque Andradas, en conversación con este diario, afirma que hay que ir “poco a poco”, porque es “un proceso largo y laborioso y hay que dejar las cosas asentadas, que haya sosiego”. En el primer cuatrimestre del próximo curso se organizará la parte administrativa y la reestructuración entrará en vigor en el curso 2018-2019. El rector reconoce las reticencias al cambio “porque hay una parte emocional que pesa mucho, historias larvadas de los departamentos de generaciones enteras, pero creemos que deben primar los criterios académicos y científicos”.

El rector siempre ha insistido en que quería que los profesores dedicasen menos tiempo a la gerencia y más a dar clase y a investigar. Con menos departamentos el papeleo será menor y el campus calcula que habrá una recuperación de personal equivalente a 80 profesores a tiempo completo. Además, habrá que buscar un nuevo destino al personal de administración y servicios sobrante, pero Andradas explica que con la crisis muchos de estos puestos no se han renovado tras la jubilación por lo que hay en estos momentos departamentos sin atención administrativa.

El plan del equipo de gobierno, que se ha llevado a cabo en otras grandes universidades como la de Barcelona, contó desde el principio con voces autorizadas que mostraron su descontento. En las páginas de opinión de EL PAÍS se cruzaron tribunas de pensadores contrarios a que Filosofía se fusionase con las filologías -hablaban incluso de “golpe letal”-  y el propio rector. Los filósofos Fernando Savater, José Luis Pardo o Manuel Cruz argumentaron entonces que una facultad integrada carecería “de toda posibilidad de planificación propia, de acceso a los recursos necesarios y de esa visibilidad pública que una materia amenazada requiere para su simple supervivencia”. Andradas recordó en su respuesta que, por ejemplo, Cambridge y Oxford sustituyen el departamento por la Facultad de Filosofía, por la Escuela de Artes y Humanidades o en Harvard existe un departamento de Filosofía en la Faculty of Arts and Sciences.

En respuesta al plan de restructuración se llegó a crear la Plataforma para la Reestructuración de Departamentos en la UCM contraria a esta, pues temían una “pérdida de memoria histórica y la raigambre cultural”. Y hubo incluso alguna concentración junto a alumnos, pero el movimiento no fue masivo. De resultas, al menos por el momento, Enfermería y Óptica no se fusionan con Medicina o Ciencias Geológicas con Biológicas.


La Complutense reducirá sus facultades de 26 a 17

Los detractores del plan de reestructuración del rector critican que centros como Filosofía quedarán “sin entidad ni influencia” al ser reagrupados

La Universidad Complutense de Madrid, el campus presencial más grande de España con 80.000 estudiantes y 5.000 profesores, va a pasar de tener 26 facultades a 17. El rector Carlos Andradas, que lleva un año en el cargo, pretende reorganizar los departamentos y dotar “de más agilidad a la universidad”. Los detractores de su plan consideran que reagrupar centros como el de Filosofía en otros le harán perder influencia académica.

La propuesta del rector, que ya ha trasladado a los decanos, supone por ejemplo crear una gran facultad de Ciencias de la Salud. De esta forma, las facultades de Enfermería y Odontología se agruparían con Medicina. “Estamos estudiando cómo hacerlo, porque podría ser demasiado grande y estar desequilibrada respecto a otras”, señala el rector. Estadística podría juntarse a Matemáticas, Comercio y Turismo a Ciencias Económicas y Empresariales, Geológicas con Biológicas y Filosofía con Filología. Estas ya comparten edificio. “No se puede relacionar titulación con facultad. Eso ha quedado obsoleto”, señala Andradas.

En el caso de Documentación, su propuesta oscila entre integrarse en Ciencias de la Información o en otra facultad. “Está muy unida a las nuevas tecnologías, ya veremos”, sostiene Andradas. Pasarán de 185 departamentos a entre 75 y 80.

LOS SINDICATOS DESINFORMADOS Y CAUTELOSOS

Los sindicatos CCOO y UGT se muestran “muy indignados” de enterarse por terceros del “cambio de estructura radical” en la Complutense. Reclaman diálogo con los agentes sociales y se muestran abiertos a negociar. “Sabemos que hay que adaptar las estructuras a las nuevas necesidades, pero hay que contar con nosotros, decirnos lo que se quiere hacer”, se lamenta Juana Nieto, la responsable de UGT en la Complutense. “Por ejemplo, 400 de los 1.700 plazas de PAS (Personal de Administración y Servicios) están vacantes de propiedad. Entonces, si hay una reforma ¿se pierden? Nos tienen que contar”. Jesús Escribano, de CCOO, opina en el mismo sentido: “Nos tienen que dar garantías de estabilidad laboral. No hemos visto un papel en el que diga si mejora la docencia o el servicio. Estábamos esperando debatir sobre la eliminación de departamentos, y nos encontramos que también de centros”.

El rechazo a la medida ha llevado a la creación de la Plataforma para la Reestructuración de Departamentos en la UCM, formada por personal de distintas facultades. “Está en juego la conservación del valor, la memoria histórica y la raigambre cultural de esta universidad”, explica la plataforma en un comunicado en el que señalan directamente que estas nueve facultades se van a suprimir. Andradas rechaza que se vayan a producir cierres o pérdidas de titulaciones y, sobre Filosofía, añade que no siempre han estado como ahora: “María Zambrano o Aranguren daban clase en nuestra facultad de Filosofía y Letras, o yo estudié en la facultad de Ciencias”.

El rector ha querido transmitir en las distintas reuniones que su propuesta no supone una amenaza para el futuro de la Complutense frente a lo que temen quienes están en contra. “Se perderán titulaciones, ya no habrá titulados en Filosofía sino filólogos con especialidad en Filosofía”, considera Eva Aladro, profesora de Ciencias de la Información y representante de la plataforma, que considera que la reestructuración de la UCM se ha hecho por “criterios industriales”. “Lo que no da dinero, no se mantiene”, valora.

EL EJEMPLO DE BARCELONA

Los cambios a los que aspira la Complutense son similares a los que emprendió en abril de 2015 la Universidad de Barcelona (UB). El Consejo de Gobierno del mayor centro educativo catalán aprobó la fusión de facultades —pasaron de 18 y una escuela a diez grandes áreas o estructuras académicas— y redujeron a la mitad los departamentos. Son medidas que entran de lleno en el debate sobre la racionalización de las facultades españolas que defendía, entre otros, el anterior ministro de Educación, José Ignacio Wert (PP).

“Estamos de acuerdo en una reestructuración de departamentos, pero tienen que ser restructuraciones realmente científicas y académicas”, opina Rafael V. orden, decano de Filosofía, y que no se limiten a medidas de ahorro que se pueden afrontar de otras formas distintas, que no afecten de este modo tan importante a la organización de actividad docente “. Y pone un ejemplo: “Desaparecería la facultad de Filosofía, referente como institución no solo a nivel español sino de América Latina”.

La plataforma teme que esta reestructuración suponga también pérdida de personal y que no se repongan los puestos de los docentes y administrativos que se vayan jubilando. “Quiero dejar absolutamente claro que los estudios no se van a ver afectados si no es para mejor y que el personal no se va a ver afectado. Lo que vamos a hacer es cambiar la forma en la que estamos organizados para hacer la universidad más dinámica, más flexible y adecuada a las necesidades”, replica Andradas, que asegura que necesitarán más personal.

Lo que sí admite es que serán otros perfiles orientado a nuevos campos en los que la Complutense va “muy atrasado” como en márquetin o nuevas tecnologías. Y recuerda que ya se han aprobado las nuevas plazas: 196, de las que 103 para son para personal de administración y servicios y otras 93 para personal docente e investigador.

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