DEBATES Y COMBATES 29.05.2016
Izquierda Autónoma y las diferencias de fondo en educación: los costos de la maduración política
Jorge, Nataly, Pamela, Karla, Christian y Diego
Jorge Rauld, Nataly Campusano, Pamela Contreras, Karla Huerta, Christian Páez, Diego Iturra. Militantes Izquierda Autónoma y dirigentes estudiantiles.
Desde un punto de vista político, las diferencias que hoy se expresan en el conflicto entre autonomistas, tiene relación con al menos tres elementos que estuvieron presentes durante el proceso de convergencia de Izquierda Autónoma, que no se encuentran comprendidos, a nuestro juicio, en la apuesta política que llevó a sostener la reunión con el MINEDUC la semana recién pasada.
El primer elemento es la falta de resolución efectiva en un diagnóstico sobre la relación entre cierre del conflicto educacional, proceso de reformas y emergencia de un bloque social que se proponga la superación del régimen actual. Quienes impulsaron la maniobra del Mineduc lo hacen sobre la idea fatalista del “ahora o nunca”, plantean que si no se logra una reforma durante este gobierno se trata de un fracaso del movimiento social. En definitiva, asumen el inminente cierre del conflicto si es que no existe una reforma, lo que a la vez pone en serio riesgo la emergencia de una nueva fuerza impulsada por el conflicto educacional. Ahora bien, a esta primera idea, se le contrapone el planteamiento de que conquistar una reforma educacional que efectivamente termine con la herencia neoliberal, requiere de una fuerza político-social amplia y de un conflicto abierto para construirla en un proceso que no puede limitarse a los tiempos y restricciones institucionales. Adicionalmente, está el diagnóstico de que una eventual promesa rota en el ámbito de la reforma educacional, no sería suficiente para cerrar el conflicto, tal como lo demostró hace poco, la paupérrima reforma de carrera docente y anteriormente las manos alzadas de la clase política en el conflicto del 2006, donde algo que se veía como un cierre logró abrir más aún el conflicto social, y por cierto, profundizarlo; por lo que no sería necesario cambiar nuestros términos en pos de una reforma tal como la ha planteado históricamente el movimiento educacional y por tanto la fórmula del autoencierro de “si fracasa la reforma fracasa el movimiento” es totalmente innecesaria.
Un segundo punto de diferencias políticas se encuentra en la explicitación de transformaciones estratégicas sobre el sistema educacional. Estas, que han sido motivo de debate durante años en nuestra fuerza, están ausentes o en segundo plano en la propuesta. Clausurar este debate a través del documento presentado, tratando términos como la desmercantilización de manera reducida al campo de las reformas, sin referirse a cómo esto debe necesariamente contemplar una transformación completa del sistema educacional (no sólo de las universidades) desmantelando las lógicas que lo sustentan como la competencia, la formación de capital humano y la segregación por mencionar algunos, es descafeinar una demanda con profundo sentido ideológico, dejándola indefensa ante la cooptación.
Finalmente, si bien el documento presentado a la Ministra se habla de la necesidad de un pacto social por la educación, una maniobra impulsada por el movimiento de una de las principales voceras de la Confech, por muy legítimo que sea que las organizaciones políticas tengan iniciativa propia, pone en riesgo las relaciones con el resto de los actores del movimiento si no se toma en cuenta la valoración que se hace de los contenidos y formas. Esto lleva a rechazo dentro de los mismos espacios donde nuestra fuerza tiene presencia, como por ejemplo universidades privadas, donde hemos impulsado una política de lucha por la constitución de comunidades universitarias capaces de disputar el control democrático de las instituciones, en miras de asegurar que cumplan con un rol público, lo que fue llamado como nacionalización de las universidades, completamente distinto es lo que se impulsa en la propuesta al MINEDUC.
Las diferencias existentes son mucho más que de forma, no se trata pues de que unos luchan por lo educacional y los otros son electoralistas, el compromiso por la lucha educacional siempre ha estado de manera transversal en nuestra fuerza, pero con miradas políticas distintas, que intentaron converger pero mostraron diferencias en varios puntos, no sólo en educación.La resolución de nuestros problemas orgánicos – y dicho sea de paso, de cualquier orgánica emergente – debe ser en función de salir fortalecidos con un instrumento capaz de impulsar la política comprometida con el movimiento educacional y el protagonismo de las fuerzas sociales. Tenemos certeza de que en esta tarea nos encontraremos tanto con otros actores de la lucha educacional como con aquellos y aquellas que desde otras luchas persiguen un horizonte estratégico común.
Jorge Rauld González, Presidente FEPUCV, Encargado Nacional Izquierda Autónoma Estudiantil, Frente Educacional Izquierda Autónoma.
Nataly Campusano, Presidenta federación UNAB Viña del Mar, Militante Izquierda Autónoma.
Pamela Contreras, Presidenta FEUM, Militante Izquierda Autónoma.
Karla Huerta, Consejera Territorial de Sociales-Teología PUC. Militante Izquierda Autónoma.
Christian Páez, Consejero Académico UAH, Militante Izquierda Autónoma.
Diego Iturra, Presidente Facultad de Ingeniería y Ciencias UFRO, Militante Izquierda Autónoma.
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Andrés Fielbaum explica el quiebre con Boric en la Izquierda Autónoma: “Se instaló una forma de ejecutar política poco democrática y caudillista, y frente a eso nos rebelamos”
Óscar Delbene , El Mercurio, 29.05.2016
L a determinación se zanjó el martes en una reunión que comenzó a las 19:00 horas. En la sede de la Fundación Nodo XXI, un grupo liderado por Andrés Fielbaum, actual vocero de Izquierda Autónoma y ex presidente de la FECh en 2013, recibió el feedback de varias “asambleas” de militantes que se realizaban en paralelo. La opción era unánime: iniciar un camino propio, pero con el mismo nombre. ¿La diferencia? Alejarse de la figura del diputado Gabriel Boric, uno de los fundadores del movimiento, debido a diferencias políticas.
A Fielbaum, lo acompañan otros cuatro de nueve miembros de la mesa directiva; tres de los cinco presidentes de federaciones estudiantiles que lidera el movimiento, entre ellos la FECh; los miembros de Nodo XXI; los ex Surda -grupo que dio origen a Izquierda Autónoma- y todos los ex dirigentes de la U. de Chile.
-¿Cómo comenzó este distanciamiento de Gabriel Boric?
-Se empezó a hacer nítido que había al menos dos maneras distintas de comprender el proceso de construcción de un movimiento político. Diferencias que eran abstractas, pero que luego se tradujeron en decisiones concretas. Tienen que ver con lo que ha sido la forma histórica de construcción del autonomismo, como un proyecto a largo plazo que tiene que situarse en las fuerzas sociales que protagonizan los movimientos que hay en la sociedad. En este caso ha sido importante el movimiento estudiantil, pero por supuesto no es el único. Versus una idea que puede parecer más intuitiva, pero que se queda en el corto plazo. Una idea populista, pero no en el sentido tradicional, sino que en el sentido de intentar aglomerar diversos malestares más allá de que no tengan organización detrás, que sean poco coherentes entre sí, para intentar luego trasvasijar ese malestar en un supuesto mejor desempeño electoral.
-¿Cree que la política que está haciendo Boric es populista?
-Bajo esa acepción de populismo, tiene mucho de eso. Tiene mucho de una prioridad para poder construir de la forma más rápido posible un movimiento con muchos militantes, en muchos lugares, con mucha capacidad electoral, pero con menor nivel de densidad y por lo tanto con mucha mayor fragilidad. Y para nosotros se empieza a hacer muy visible que hay un riesgo grande de que se termine desfigurando el proyecto histórico del autonomismo. Y que lo que se termine construyendo sea un PPD más a la izquierda. Digo PPD adrede, no un PS, una DC, sino un proyecto sin una sustancia, sin orden, solamente con algunas pocas figuras conocidas.
-¿Izquierda Autónoma estaba yendo al caudillismo?
-Tenía un riesgo muy grande de eso. Hay varios episodios que ratifican esa idea de que se estaba instalando una forma de ejecutar política sin pasar por los órganos nacionales, sin pasar por órganos colectivos y, por tanto, poco democrática y caudillista, y frente a eso es que nosotros nos rebelamos.
-¿Qué pasará con Boric y los grupos que lo apoyan? ¿Siguen siendo de Izquierda Autónoma?
-Nosotros reivindicamos la historia del autonomismo, me parece que es evidente lo que nosotros estamos propulsando. Por ejemplo, a nivel de la reforma educacional es coherente con lo que hemos hecho históricamente como autonomistas. Y es por eso que nos sentimos plenamente autonomistas. Más allá de que esas son cuestiones que están ocurriendo todavía. Pero me parece bien claro que esto es Izquierda Autónoma, es lo que siempre ha sido.
-¿Pero qué pasa con el otro sector del movimiento?
-Obviamente no puede haber dos grupos con el mismo nombre. Pero respecto de cómo se van a organizar, hay que preguntarles a ellos. Espero que con el grupo de Boric podamos tener la mejor relación.
-¿Están pensando en convertirse en partido?
-Sin lugar a duda que nosotros estamos caminando a ser un partido. Donde entendemos que el conflicto educacional es el más importante para poder ir transformando este país, pero no el único. Me refiero en términos históricos. En la posibilidad de ir construyendo una voluntad histórica, transformadora, con un proyecto país diferente y con capacidades de ir sumando más y más voluntades.
-¿Qué viene para IA ahora?
-Una de las cuestiones fundamentales es que esto nos permita poder volver a colocar nuestra energía y nuestra acción a lo que nos interesa: el avance de la reforma educacional. Además, empezamos a discutir lo que va a ocurrir en el plano electoral. Vamos a tener una presencia acotada para las municipales en Corral y posiblemente en Tomé. Pero también estamos mirando las parlamentarias.
-¿Han pensado en unirse al Frente Amplio que propone RD?
-Una respuesta tajante es imposible, sin antes haber discutido con ellos. Es fundamental avanzar en los mayores niveles de unidad posible, pero esos niveles de unidad no pueden ser para las elecciones, sino que tiene que ser la unidad para la acción política en general, y bajo ese prisma es que iremos conversando con Revolución Democrática y otras fuerzas.
-¿Y ustedes harían su propio frente amplio?
-En 2013 propugnamos la posibilidad de configurar una lista independiente de dirigentes sociales, y si eso finalmente no fue capaz de articularse, nosotros sí salimos a respaldar públicamente las candidaturas de Giorgio Jackson, incluso las de Camila Vallejo, Karol Cariola y Cristián Cuevas, que iban por dentro de la Nueva Mayoría, pero que expresaban la posibilidad de que lo que estaba ocurriendo con la movilización social empezara a configurarse políticamente. Esa lógica sigue plenamente vigente.
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