Juan Manuel Zolezzi Rector U. de Santiago
“Fue un error adelantar el inicio de la gratuidad para 2016 y ponerla en la Ley de Presupuestos”
Aunque respalda la reforma a la educación superior, Zolezzi critica al gobierno.
por Daniela Muñoz, La Tercera, 27 de agosto de 2015
Pese a que ayer las 16 universidades del Estado dieron su respaldo conjunto a la implementación de la gratuidad a partir de 2016, hay voces críticas a la forma como el gobierno ha liderado la discusión. El rector de la U. de Santiago, Juan Manuel Zolezzi, pese a respaldar el fondo de la reforma a la educación superior critica los reiterados cambios de criterio.
¿Qué le parecen los últimos errores del Mineduc en la gratuidad?
Me deja muy intranquilo. Pienso que no responde a una planificación bien hecha, ni a un análisis correcto, ni a una participación de gente que tiene muy claro este tipo de tema. Por ejemplo, nunca se ha consultado a ciertos actores que son importantes, el mismo Cuech o Cruch. He sido enfático, he dicho siempre que el tema debió resolverse primero con las universidades del Estado y después haber avanzado al resto de las instituciones. Ahora, no creo que haya mala intención, pero sí errores que hay que reconocer que se han cometido. Ese efecto desorienta a las personas. ¿Cómo evalúa lo que pasó con el último documento sobre la reforma?
Yo vi ese documento previamente a que se hiciera público, esa propuesta no se le consultó a nadie igual que la que entregaron antes del cónclave y eso no es bueno. Yo creo que cometieron un grave error subir, bajar un documento, decir una cosa y otra. Son errores que cuestan caro públicamente y que pueden perjudicar la reforma. Yo no conozco la reforma, y tengo la esperanza que no esté mal aunque el primer documento no me gustó porque era muy liviano. Hay una cadena de equivocaciones. Y creo que el gobierno se ha farreado tener el respaldo de universidades prestigiosas y eso es lamentable.
¿Adelantar la gratuidad no era buena fórmula y debió esperarse una ley con marco regulatorio?
Yo creo que no se debió haber incluido la gratuidad en este momento, se debió haber hecho con más calma quizás, mejor pensado, porque además el compromiso de la Presidenta Bachelet era llegar al 70% el 2018 y entonces para qué dispararse a los pies si aún quedaba tiempo.
¿No había necesidad?
Alguna necesidad debió haber habido. ¿Cuál es? No sé
¿Subir en las encuestas?
No lo sé. Pero fue un error adelantar el inicio de la gratuidad y ponerlo en la Ley de Presupuestos.
¿Había necesidad en las instituciones?
No, porque estábamos funcionando. Salvo las instituciones que nosotros reconocemos, estatales y del Cruch, que están en condiciones bastante críticas en regiones.
Pero gratuidad no es para resolver problemas a ellas, es para estudiantes…
Exactamente. Para resolver esos problemas tiene que haber otro tipo de financiamiento.
¿Y por qué cree que se adelantó la medida?
No creo que la necesidad haya sido universitaria o de los CFT porque había un mecanismo de becas y créditos que estaba funcionando. Pero ya que se hizo, hay que seguir adelante, aunque creo que ha interferido negativamente con lo que es la reforma a la educación superior.
Hay quienes dicen que poner la gratuidad en una glosa presupuestaria es sólo cambiar el nombre de las becas actuales ¿Le parece?
Si uno piensa que la gratuidad en el fondo va a favorecer al 50% más vulnerable uno debería pensar que muchas de estas personas están cubiertas por becas o créditos, salvo que están cubiertas hasta el arancel de referencia. Uno podría pensar que no es más que es reemplazar una cosa por otra, pero lo que tiene valor es el cambio conceptual. Si este país quiere cambiar a gratuidad o establecer que la educación es un derecho, tiene que cambiar el concepto de suministrar recursos a la demanda por suministrar recursos a la oferta. Aunque es un tema complejo, no estoy disponible a aceptar todo tipo de errores, ni muchos errores.
¿Por qué considera un error poner la gratuidad en la ley de presupuestos?
Porque está el riesgo de que se perpetúe algo no regulado. Mi gran temor es que la práctica se haga ley. Tú no puedes resolver un problema estructural en la Ley de Presupuestos. El financiamiento de las instituciones no pasa sólo por la gratuidad.
El rector de la UC, Ignacio Sánchez, dijo que no entrarán a la gratuidad sino se aclaran criterios ¿Comparte esa opinión?
Creo que las universidades privadas en Chile han tenido muchas posibilidades de obtener recursos del Estado tradicionalmente, y ellos tendrán que evaluarlo en su mérito. Para nosotros como universidades del Estado no es una opción, estamos comprometidos con lo que el Estado tenga que llevar adelante. Ahora, instituciones que sientan que en alguna medida les puede dañar tienen que evaluarlo muy bien y para evaluarlo muy bien, comparto eso con el rector Sánchez, los criterios tienen que estar absolutamente claros, desde el principio y hasta el final. No pueden ir cambiando cada vez que haces una evaluación. Ahora, lamentablemente nos estamos acercando a un período que todas las universidades empiezan a hacer su presupuesto y en ese sentido él tiene razón.
¿Si de usted dependiera preferiría no entrar ahora a la gratuidad?
Para mí no es opción. No es que no pueda hacerlo, podía hacerlo, pero estoy absolutamente convencido de que es importante y de que las reglas van a a estar claras en algún momento, el Estado tendrá que resolver el problema y por último tendrá que compensar en algún momento.
¿Le preocupa que tras la discusión de la Ley de Presupuestos se desvirtúe la gratuidad?
Temo que sí. Que vamos a tener una situación muy compleja en el presupuesto de este año, a lo cual se le va a sumar la gratuidad. La discusión va a ser mucho más ideologizada que hasta ahora. Uno no entendería que gente que cree en el Estado no asumiera que las universidades del Estado necesitan un respaldo fuerte
Pero tenemos críticas desde la Nueva Mayoría
Lamentablemente como ha quedado demostrado en Chile, hay personas que responden a intereses y en eso los políticos no son excepción.
¿Le preocupa la postura de la DC?
No sólo de la DC, me preocupa el actuar de parlamentarios del PS, del PPD. No le podría pedir a alguien de la UDI que respaldara esto, incluso puedo pedirle a algunos de RN, pero no puedo asumir que ellos van a hacerlo, pero uno esperaría que la NM sí tuviera los compromisos con el fortalecimiento del Estado.
¿Hay muchos integrantes del oficialismo en el “negocio de la educación”?
Me parece que eso es así y no digo nada nuevo. Nadie está obligado a ser consecuente con el programa de gobierno, pero no puede ser que por intereses que desconozco cuáles sean, seamos capaces de tragarnos un cocodrilo.
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“Error muestra la desprolijidad con que se está trabajando”
El presidente del G9 estimó que se debe seguir adelante con los planes de iniciar acceso a la gratuidad en 2016. “Sería complejo defraudar las expectativas de los jóvenes”, señaló.
Tania Merino Macchiavello, 27 de agosto de 2015
[email protected]
A través de un documento firmado por el jefe de la División de Educación Superior, Francisco Martínez, el Ministerio confirmó a los rectores Cruch la reposición de las condiciones de acceso a la gratuidad planteadas en el cónclave de la Nueva Mayoría, el 3 de agosto.
Con esto, el organismo dio un paso atrás respecto del documento publicado en la web institucional el pasado jueves, en que se rebajaban de cuatro a tres los años de acreditación, pero se sumaba investigación como criterio de exigencia, y en el que, además, se permitía la participación de sociedades comerciales, siempre que estas no pudieran nombrar más allá del 10% del directorio de la institución.
“Hemos escuchado a la ministra reconociendo que era un documento de trabajo interno, que no debió haberse subido a la página y tenemos que asumirlo de esa manera… Me parece bien que se reconozca que hubo un error porque provocó gran inquietud”, manifestó el rector de la Universidad de Concepción y presidente del G9, Sergio Lavanchy.
Sin embargo, agregó, lo ocurrido “demuestra la desprolijidad con que se está trabajando, porque alguien no puede llegar y subir algo a la página si no tiene control responsable del tema, que en este caso corresponde al Ministerio y particularmente el Jefe de la División de Educación Superior. Si va a subirse algo, debería él dar el visto bueno”.
¿Gratuidad 2016?
Los continuos cambios, así como también el cálculo a utilizar para la cobertura de la brecha entre arancel y real han generado divisiones en el mundo político y académico y algunas voces ya proclaman que se debe prorrogar la puesta en marcha de la gratuidad.
Sin embargo, para Lavanchy resulta complejo pensar en retardar el beneficio, pensando en los jóvenes que serán favorecidos.
“Ha habido voces que han planteado eso, que dado este conjunto de descordinaciones, de anuncios, lo más conveniente sería tomarse un tiempo e incluso postergar el inicio de la gratuidad, pero lo veo complejo porque hay muchas expectativas. Hay 230 mil estudiantes a quienes se ha dicho que serían beneficiados”, manifestó.
Respecto del anuncio de la ministra Delpiano sobre aplazar la presentación de el o los proyectos de ley para diciembre, Lavanchy se mostró de acuerdo. “Prefiero que se le dé todo el tiempo necesario para elaborar un buen proyecto”, afirmó.
“Soy partidario que si se va a hacer una reforma tan fundamental a la educación sea haga con el tiempo necesario. Todas estas urgencias, justamente, son las que producen que haya un ambiente de confusión, de poca certeza respecto de lo que va a resultar respecto de aplicar la gratuidad en 2016”.
Por el momento, la prioridad para el titular UdeC y cabeza del G9 es establecer con claridad los parámetros de financiamiento y los montos para la discusión de la ley de Presupuesto.
“Mi posición es que en este mes y medio que queda para definir el presupuesto de la nación, trabajar el Ministerio con todas las entidades que están involucradas y, por supuesto, el Consejo de Rectores, ir trabajando y definiendo el tema de las transferencias lo más ajustado posible a los requerimientos de las universidades para acceder a la gratuidad”.
Lavanchy participó ayer por la tarde en la reunión del G9 y para hoy está citado a una nueva sesión del Consejo de Rectores, una que adquiere ribetes de particular relevancia porque en ella se definirán la respuesta que entregará el organismo que agrupa a 25 universidades, 16 estatales y las 9 privadas tradicionales, a la propuesta del Ministerio de Educación.
En el encuentro también se discutirá la posición de algunas instituciones, como la Pontificia Universidad Católica de Chile, que ya anunciaron que, de no aclararse los criterios, no se sumarán a la gratuidad.
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El derecho de todos y todas: Chile necesita una nueva educación pública
por Valentina Saavedra 26 agosto 2015
Hace pocos días nos enteramos de la nueva definición del gobierno para determinar las Instituciones de Educación Superior que serán gratuitas. Ayer se retractaron de dicha información, lo que vendría siendo algo así como el sexto anuncio del gobierno desde el 21 de mayo, es decir, en solo tres meses. Tanta vacilación solo nubla el debate, pues es muy difícil discutir sobre la educación que queremos cuando el propio gobierno que fue electo con la educación como su principal bandera parece no tener idea hacia dónde quiere encaminar su reforma. El problema no es menor, pues lo que está en juego es una de las reformas más esperadas por la sociedad chilena; mantenerse en el camino trazado hasta ahora y hacer oídos sordos a las demandas sociales, es la receta perfecta para seguir acrecentando la desconfianza en la política y la propia crisis gubernamental.
Los anuncios de gratuidad del gobierno tienen un triste hilo común: mantener una lógica de mercado en educación pero metiéndole más plata, en lugar de terminar con el mercado y construir un sistema de Educación Superior. Digamos las cosas claras: la propuesta del gobierno no es más que un aumento de voucher para algunos estudiantes que anteriormente no tenían; un traje a la medida para los dueños de la educación, donde ninguna Universidad requerirá hacer un cambio relevante en su funcionamiento. Asegurando que todos los rectores que hayan pataleado lo suficiente queden dentro de la gratuidad, incluso aquellos que hace algunos años estaban contra ella, en lugar de definir cómo queremos que sean las Universidades e institutos chilenos y, en función de eso, construir la reforma. ¿O es que estamos conformes con universidades estatales aisladas, sin una articulación orientada hacia Chile y que priorizan facultades con investigaciones “rentables”?
¿Queremos hacer gratuita a la Universidad Diego Portales, donde hasta hoy su rector es elegido por una junta directiva sin ningún control democrático, o a la Universidad Católica, que expulsa a profesores por sus posturas políticas? ¿Qué tiene que ver con mejorar la educación el permitir que haya sociedades comerciales en los espacios que controlan las universidades? ¿Queremos seguir financiando las instituciones tal como están o impulsar su transformación?
¿Queremos hacer gratuita a la Universidad Diego Portales, donde hasta hoy su rector es elegido por una junta directiva sin ningún control democrático, o a la Universidad Católica, que expulsa a profesores por sus posturas políticas? ¿Qué tiene que ver con mejorar la educación el permitir que haya sociedades comerciales en los espacios que controlan las universidades? ¿Queremos seguir financiando las instituciones tal como están o impulsar su transformación?
La gratuidad solo tiene sentido en un sistema educacional distinto al de hoy, donde la educación pública pase a ser la regla general. Para ello, en el documento Principios Fundamentales para una Nueva Educación Pública (www.quechiledecida.cl) proponemos que se elabore una Estrategia Nacional de Desarrollo para la Educación Superior Pública entre los actores sociales, institucionales y el ministerio sectorial, que permita planificar el futuro de la educación hacia las necesidades del país. Esta orientación a futuro sólo la podrán realizar instituciones públicas, es decir abiertas a la deliberación y escrutinio de la democracia. En este sentido, parece mínimo que sus principios y estructura básica sean discutidos por la sociedad civil a través de organismos regionales y nacionales.
Hoy las instituciones estatales ofrecen presencia nacional, estatutos legales y formas de control que permiten orientar la acción estatal hacia un nuevo sistema educacional. También instituciones privadas que quieran contribuir en esta labor adhiriendo al estatuto público de gobierno y la Estrategia Nacional de Desarrollo deberían ser admitidas a colaborar. Finalmente, las instituciones privadas que mantengan juntas directivas, estatutos privados y orientación definida sin subordinación a los intereses nacionales definidos democráticamente, deben ir reduciendo su matrícula gradualmente mientras se expande la matrícula pública, entregando mecanismos a esos estudiantes para entrar al sistema público y no se vean perjudicados por la irresponsabilidad de los dueños de su educación.
El Mineduc tiene hoy una oportunidad. Vuelve a existir un espacio de diálogo con los estudiantes, donde nuestra voluntad para llegar a un acuerdo sigue plenamente vigente, pues entendemos que es necesario salvar la reforma de los vaivenes que arriesgan hacerla naufragar. Frente a las dudas del gobierno, el movimiento social cuenta con una serie de reivindicaciones históricas y coherentes.
Por lo mismo, plebiscitaremos entre los estudiantes la propuesta del gobierno una vez que esta sea conocida en su forma definitiva, pues creemos que la visión y la potencia de los actores de la educación es clave para empujar una reforma a la altura de los sueños de nuestro país, y también para despejar el humo y hacer explícito cuando nos intentan mostrar un aumento de financiamiento como una gran reforma educacional.
Este miércoles 27 volveremos a salir a las calles de Chile. Porque, pese a los largos años de lucha, si de algo estamos seguros es de que no bajaremos los brazos mientras la educación siga ofertándose en el mercado como si fuera cualquier banal producto. Una transformación a la educación necesita partir por la educación pública, y es esa bandera la que defenderemos con nuestra movilización.
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