El fin de los males educacionales: ¿En qué está?
En enero pasado se aprobó la ley que pone fin al lucro, el copago y la selección académica. Desde entonces nada especial ha ocurrido. Faltan aún los reglamentos que el Mineduc debe preparar y consultar.
El copago en los colegios privados subvencionados con menor cobro comenzará a eliminarse en 2016. No provoca mayor entusiasmo. Al contrario, autoridades municipales y expertos temen que al disminuir los costos para los padres, incremente el número de aquellos que decidan cambiar a sus hijos desde establecimientos municipales a colegios privados gratuitos.
Unos pocos, poquísimos, colegios privados subvencionados con alto copgago se convertirán en colegios privados íntegramente financiados por los padres. Su número –como era previsible– será mínimo, pues son escasísimas las familias que pueden costear este paso.Paradojalmente, los colegios que tomen esta medida incrementarán el grado de segregación de sus alumnos, justamente lo que se quería evitar.
Respecto al fin del lucro, no se sabe qué ocurrirá cuando se dicte el reglamento que regulará la transformación de colegios constituidos como sociedades comerciales en fundaciones o corporaciones sin fines de lucro. En algún momento se temió que esta norma provocara un masivo traspaso de colegios privados al Estado. Y que el Mineduc se convirtiera en una agencia de adquisición de bienes raíces. A la postre, la ley aprobada sorteó ese riesgo y ahora es menos probable que se vendan y compren colegios o que se cierre un número significativo de ellos. Más bien, la ley demorará en implementarse y si no funciona deberá revisarse.
Por último, el término de la selección académica comenzará a aplicarse gradualmente, partiendo por comunas alejadas y de baja población. Así podrá irse ajustando el algoritmo que manejará las preferencias declaradas por los padres. Si funciona se irá extendiendo su aplicación; si no,tendrá que ser abandonado. El efecto real sobre la selectividad social del sistema será, en cualquier caso, limitada.
En suma, por ahora los únicos efectos reales de la reforma son dos. Por un lado, una difundida incertidumbre que recorre a sostenedores y a las comunidades escolares. Por el otro, una masiva desaprobación de la reforma educacional, como muestran las encuestas de opinión.
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