A propósito de una entrevista del senador Carlos Montes
Junio 30, 2014

Texto de mi carta publicada hoy por El Mercurio a propósito de una entrevista del Senador Montes.

Cartas
Lunes 30 de junio de 2014

Reforma educacional

Señor Director:

Concuerdo con el senador Montes en varios aspectos de su entrevista publicada ayer, como que el ministro de Educación “ha cometido errores bien importantes en el lenguaje”; que debe “hacer ajustes y precisiones en el enfoque” de sus reformas; que “la mayoría de los colegios que aparecen legalmente con fines de lucro no tienen lucro” (sic); que “hay mucha gente con miedo en materia educacional: los apoderados y los dueños de los colegios están con miedo; los alumnos, algunos, no saben para dónde viene la cosa…”.

En varios otros asuntos comparto, asimismo, las preocupaciones del senador; por ejemplo, que es necesario tener una agenda y una carta de navegación; que las reformas deben atender al sentido común de la gente y no imponerse de arriba hacia abajo, sin preguntar a las escuelas lo que ellas requieren, y que “está incubándose un problema” -con múltiples aristas, agrego yo- a propósito del diseño y gestión de los proyectos y medidas que impulsa el Gobierno en materia educacional.

Discrepo con el senador, en cambio, cuando señala que algunos, yo entre ellos, no nos habríamos preocupado “cuando estaba en deterioro tan fuerte la educación pública”. Lo he hecho continua y consistentemente hace mucho tiempo, mostrando que la educación subvencionada y regulada por el Estado, tanto municipal como privada, necesita mejorar sustantivamente para asegurar una efectiva igualdad social de oportunidades de aprendizaje. Para ello se requiere compensar desigualdades desde la cuna, establecer una red de jardines infantiles de alta calidad, elevar la efectividad de las escuelas -su gestión, desempeño docente, clima cultural, vínculo con la comunidad- e invertir significativamente más en profesores, directivos y procesos pedagógicos.

Por otra parte, debo señalar que, a mi juicio, la educación nacional no ha sufrido, como él señala, un deterioro durante las últimas décadas, sino que ha progresado en cobertura, equidad y resultados, como muestra la evidencia internacional comparada. Otra cosa es que falte mucho aun por hacer para alcanzar los estándares que anhelamos.

Avanzar hacia objetivos más ambiciosos solo será posible conjugando el esfuerzo de todos los actores dentro de nuestro régimen mixto de provisión. Sin duda, este puede fortalecerse mediante reformas bien diseñadas e implementadas, como estoy seguro espera el senador Montes tanto como lo deseo yo.

José Joaquín Brunner

Carlos Montes, senador (PS):
“Los apoderados y los dueños de los colegios están con miedo”

Parlamentario plantea reparos a la compra de colegios y afirma que ha faltado diálogo con el Ministerio de Educación. También sostiene que el eje articulador de la reforma educacional debe ser la enseñanza pública.  

Macarena Vega; El Mercurio, 29 de juniop de 2014

Hasta la elección en que derrotó a Soledad Alvear (DC) y se convirtió en senador por Santiago Oriente, en noviembre pasado, Carlos Montes era mencionado por muchos personeros oficialistas como una de las cartas que barajaba la Presidenta Michelle Bachelet para el Ministerio de Educación.

El senador socialista es reconocido por su interés en la materia y por su cercanía con el mundo estudiantil. Antes de plantear sus puntos de vista frente a la reforma educacional realiza una precisión. “Todo esto quiero circunscribirlo en algo muy importante: yo creo que el país ha quedado sorprendido de que en ciento y tantos días el Gobierno, que dijo vamos a hacer transformaciones profundas, las haya puesto en marcha”, afirma.

-Con la perspectiva de estos cuatro meses, ¿le gustaría haber sido ministro de Educación?

-Nunca me sentí carta segura ni nada por el estilo. Pero en todo caso creo que para cualquiera que sea ministro de Educación es tremendamente complejo, tremendamente difícil porque es un momento de transformaciones estructurales después de un modelo que lleva 34 años y que está no solo en la institucionalidad sino que está en la cabeza de mucha gente que cree que es así como deben funcionar las cosas.

-¿Quién era su candidato?

-No voy a opinar sobre eso. Pero me sorprendió Nicolás Eyzaguirre porque él no ha estado en el tema, no lo conocía. Es muy inteligente, sabe muchas cosas, pero bueno, aquí está ahora, está metido a la cabeza de este caballo chúcaro.

-Eyzaguirre ha sido criticado en estos meses, entre otras cosas, por el uso del lenguaje…

-Creo que ha cometido errores bien importantes en el lenguaje, o sea, hacer una referencia a los “patos malos” de los alumnos de ciertos lados… En fin, ha habido distintas cosas que espero que muy pronto terminen.

-¿Solo en el lenguaje?

-Si usted me quiere preguntar si yo creo que él tiene que hacer ajustes y precisiones en el enfoque, yo creo que sí (…) porque en algún momento se entendió que primero eran las reformas en estos conceptos generales, en la organización del sistema, en desmercantilizar…

-¿No es así?

-La vida está demostrando que hay que hacer las cosas simultáneamente: los cambios al lucro; empezar a discutir la nueva institucionalidad, el nuevo sistema de financiamiento de la educación pública, y ver la política nacional docente. Y, en tercer lugar, hay que estar en las escuelas empujando el aprendizaje de los niños.

-Se ha indicado que el proyecto de fin al lucro, copago y selección en la educación escolar no se comunicó bien. ¿Coincide con ese diagnóstico?

-No es un problema comunicacional. Es un problema también de pulir el enfoque, porque usted no puede entrar a cuestionar la lógica de un sistema sin empezar a avanzar en generar alternativas para mover y desarrollar esta nueva educación pública. Creo que se puso un énfasis muy parcial: decir que hay que terminar con el lucro, y (presentar) una serie de artículos para ver cómo se iban a comprar colegios. Desde siempre he pensado que eso no es una buena idea. El lucro hay que terminarlo, pero no necesariamente el camino es comprando los colegios. ¿Por qué? Hay que comprar colegios de acuerdo a lo que se requiera para fortalecer la red pública si hay zonas donde no hay colegios, y tener una facultad para poder negociar y ponerse de acuerdo. Pero si hay otras zonas donde hay un excedente de colegios particulares subvencionados, ¿por qué se va a hacer cargo el Estado de esos colegios? Es absurdo.

-¿No hay que enfocarse en ese aspecto?

-Agrego una cosa: yo estoy convencido de que la mayoría de los colegios que aparecen legalmente con fines de lucro no tienen lucro. Porque tener lucro significa tener un excedente muy alto y retirarlo como utilidad, y la mayor parte de los colegios no tienen eso. Es imposible que un colegio de menos de 500 alumnos tenga lucro, por ejemplo. Antes de tomar una medida así, desde mi punto de vista, habría que determinar cuáles realmente tenían lucro.

-¿Por qué el Mineduc no lo advirtió?

-Creo que aquí faltó más debate político sobre cuáles eran las transformaciones estructurales que había que hacer y cuál era la estrategia de las transformaciones. Faltó más debate. No fue bueno que los partidos políticos no opinaran en ese momento. Además, la otra discusión es cuál es el concepto de educación y de calidad de educación. No podemos seguir con este concepto de educación y de calidad de educación, el Simce no puede ser lo que se entiende por educación y al que le va bien aparece como buen colegio. Aquí lo que importa es cómo se desarrollan los niños.

“Está incubándose un problema”

-Parte de la Nueva Mayoría se ha centrado en la necesidad de fortalecer la educación pública.

-Hoy mucha gente grita, pero pocos se preocuparon cuando estaba en deterioro tan fuerte la educación pública, y eso se lo digo con mucha fuerza a José Joaquín Brunner, a Mariana Aylwin y al cardenal Ricardo Ezzati.

-El jueves pasado, el Gobierno anunció una “agenda corta” para fortalecer la educación pública, luego de que parlamentarios reclamaran que los colegios municipales habían sido relegados frente a otros cambios, como el fin del lucro, el copago y la selección ¿Fue un triunfo frente a La Moneda?

-Creo que se puso en evidencia un vacío en el diseño. Que (la educación pública) estaba en la cabeza para el futuro, pero si esto no iba simultáneo resultaba incomprensible. E incluso tengo que reconocer que parte de la derecha lo entendió así también. No puede ser que ya estemos en el 30 y tantos por ciento de la matrícula.

-¿Lo entendió así el ministro Eyzaguirre?

-Así es la vida política: uno avanza en ciertas cosas y tiene que ir asumiendo las distintas voces, sobre todo del frente propio y de la sociedad, porque esto surgió de todos lados. Y terminó siendo una tremenda amenaza para lo otro, porque hay mucha gente con miedo en materia educacional: los apoderados y los dueños de los colegios están con miedo, los alumnos, algunos, no saben para dónde viene la cosa, porque se plantearon las cosas de una manera que no iba acompañada de otras medidas.

-¿Una amenaza?

-Yo he visto en colegios públicos que hay muchos apoderados que dicen “como va a ser gratis, ¿a qué colegio particular subvencionado voy a cambiar a mi hijo?”. Y en los colegios particulares subvencionados dicen “como esto va a ser gratis, ¿por qué voy a pagar la cuota del financiamiento compartido?”. Entonces está incubándose un problema. Todo este movimiento que hay no es responsabilidad de la derecha, es un problema que se desencadenó producto de cómo fueron percibiéndose las cosas.

-¿Por qué esperar a la presión de sus partidarios para realizar anuncios en materia de educación pública?

-Se dan explicaciones que a mí no me convencen, como “¿qué sacamos con apurar la educación pública si no hemos cambiado la lógica del sistema?” Bueno, yo no creo en eso. Lo que pasa es que se han hecho muchos esfuerzos para atrás en la educación pública, durante todos los años de la Concertación. Mucho era pedaleo en banda porque había una lógica general de las cosas que tendía a atentar contra su desarrollo (…) Yo estoy realmente convencido de que podemos pegar un salto en educación pública si se puede ir al centro del meollo, si es que se ordenan todos los factores y si lo transformamos en una gran tarea nacional.

-¿Eyzaguirre está dando las señales correctas?

-Yo quiero ver que en este anuncio de la educación pública haya un ajuste en la manera de entender los cambios en educación. Ojalá que sea así. (Pero) hay que pensar mucho que la reforma educacional tiene que ser de abajo para arriba, desde la escuela, esto lo digo porque he visto algunos borradores por ahí donde de nuevo se les ocurre pensar todo de arriba para abajo. De hecho lo del jueves es bien de arriba para abajo: los planes, los fondos, ¿y quién le ha preguntado a las escuelas lo que requieren? Además la relación con los municipios de ese plan hay que precisarla, hay que negociar que cada peso de estos planes nuevos vaya a la escuela, y que no se enrede y salga por el lado.

-El presidente de la DC, Ignacio Walker, habló de un área gris en los colegios con copago de entre $42 mil y $83 mil pesos. ¿Qué pasa con esos 250 colegios?

-Le diría a Ignacio Walker que no lo vi nunca preocuparse cuando fueron 170 colegios particulares pagados que sacaron la cuenta de que les convenía más venirse al financiamiento compartido. Respecto a que habría un área gris, creo que hay colegios a los que tiene que dárseles un período de transición para definir su proyecto. Eso no significa que el Estado los tenga que comprar. En el fondo aquí falta reconocer que el mecanismo de compra de colegios no es la reforma, porque eso es lo que generó mayor confusión. Yo personalmente creo que ese artículo hay que modificarlo completamente y hacer una facultad bajo determinadas condiciones. Ese es mi punto de vista y sé que es minoritario.

”Faltó más debate político sobre cuáles eran las transformaciones estructurales que había que hacer y cuál era la estrategia. No fue bueno que los partidos no opinaran en ese momento”.

”Falta reconocer que el mecanismo de compra de colegios no es la reforma, porque eso es lo que generó mayor confusión (…) Creo que ese artículo hay que modificarlo completamente”.

”Estoy convencido de que la mayoría de los colegios que aparecen legalmente con fines de lucro no tienen lucro”.

 

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