El proyecto Más Saber América Latina presentó, este martes 6 de mayo, los resultados del estudio regional, que tuvo como objetivo: mejorar la comprensión de las relaciones entre think tanks y universidades en América Latina, producir evidencia para el fortalecimiento de capacidades de la investigación de política pública y proveer lecciones para la colaboración efectiva entre think tanks y universidades en la región. El evento se desarrolló en el centro de convenciones Eugenio Espejo de la ciudad de Quito.

El proyecto de investigación fue ejecutado por un consorcio conformado por Grupo FARO, centro de investigación ecuatoriano, y el Centro de Políticas Comparadas de Educación, centro de investigación de la Universidad Diego Portales de Chile con el apoyo financiero del International Research Development Center – IDRC, a través de  su iniciativa Think Tank www.thinktankinitiative.org.

Resultados de la Investigación

Metodología

El estudio comprende nueve investigaciones cualitativas en distintos países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay, cada uno abordando al menos tres estudios de caso sobre la relación entre centros de investigación (think tanks) y universidades; un estudio regional cualitativo y cuantitativo (análisis webométrico y bibliométrico) sobre la producción de conocimiento en la región y los vínculos entre centros de investigación (think tanks) y universidades.

Marco Conceptual

El proyecto se basa en un enfoque sistémico en el que el “sector de generación de conocimiento de políticas públicas” (AusAid) es analizado como un ecosistema en el que coexisten e interactúan distintos actores. También considera el concepto de “knowledge regimes” (Campbell y Pedersen) que es útil para entender el lado de la oferta de la investigación social y los factores principales que determinan el tipo de unidades de investigación que hay en cada país.

Reflexiones

• América Latina tiene el enorme desafío de incrementar su capacidad de producir conocimiento. Pese a representar 10% de la población mundial, la región produce sólo el 2,3% del conocimiento científico que se genera globalmente.

• Elevar los niveles de producción de investigación en todos los ámbitos, no sólo tendrá beneficios para el fortalecimiento de las comunidades académicas regionales y los procesos de innovación tecnológica, sino que también contribuirá a la elaboración de mejores políticas públicas en beneficio de la ciudadanía.

• La investigación ya no es sólo evaluada en términos de su excelencia académica y consenso disciplinario, sino también en función de su aplicación práctica, eficacia y relevancia pública.

• Los think tanks y universidades se distinguen de otros actores que también buscan influir en los asuntos públicos (como los gremios, redes activistas, etc.) por realizar acciones de incidencia basadas en evidencia proveniente de investigaciones académicas.

• En la Región hay 11.120 proveedores de educación terciaria, de los cuales 3.518 son reconocidos como universidades o instituciones equivalentes y se contabiliza un total de 638 think tanks en América Latina y el Caribe.  Las alianzas entre estos actores potenciarán su capacidad de vincularse con redes internacionales de generación y difusión de conocimiento.

Hallazgos

• El vínculo entre think tanks y universidades es bajo.
• Las relaciones entre estos actores son des-institucionalizadas, informales, desarticuladas y basadas en las personas.
• Existe un conflicto entre los diferentes enfoques: las universidades se enfocan en la publicación de investigación teórica en artículos en revistas indexadas, los think tanks en generar investigación aplicada que publican en documentos breves (policy briefs).
• Factores que promueven la colaboración:
  • Personas en común en las instituciones
  • La comunicación de resultados e información
  • Las redes
  • Capacidades complementarias
  • Espacios de diálogo compartidos

• La falta de colaboración se da por:
  • Diferentes enfoques: universidades que se conciben solamente como entes educativos no buscan colaborar con think tanks
  • Sistemas burocráticos
  • Escasa demanda de investigación
  • Diferentes medidores de éxito: publicaciones en revistas indexadas, vs. Incidencia en políticas públicas
  • Escasez de recursos económicos y humanos y competencia por ellos

Recomendaciones

• Establecer mapas del campo de producción de conocimiento, con una descripción densa de su composición, sus vínculos, sus redes y circuitos de producción, y la circulación y uso del conocimiento.
• Desarrollar redes de políticas públicas, policy networks compuestas por todo tipo de organizaciones públicas, privadas y voluntarias.
• Visibilizar el trabajo de los think tanks pues todavía permanecen como actores invisibles en la sociedad latinoamericana.
• Apoyar más iniciativas orientadas a realizar investigación conjunta en el ámbito de la “investigación aplicada a políticas públicas”, que al momento no es visible a la mayoría de los donantes.
• Promover reformas fiscales que generen incentivos para empresas que hagan donaciones a proyectos de investigación en políticas públicas.
• Construcción de espacios más o menos institucionalizados que permitan encuentros periódicos entre think tanks y universidades, como los Foros Públicos Integrados que aglutinan, a think tanks, universidades, medios, hacedores de políticas y sociedad civil.
• Crear revistas centradas en el conocimiento científico aplicado al ámbito de las políticas públicas en América Latina.
• Crear y fortalecer programas de formación de especialistas en políticas públicas y reflexionar sobre las estrategias para recapturar a los cerebros fugados.
• Seguir estimulando la demanda y perseverar en la construcción de mecanismos que faciliten el “nexo” entre investigadores y decisores.
• Favorecer encuentros, organizar seminarios para discutir la producción de ambas instituciones, promover publicaciones “mixtas”.
• Promover el intercambio regional entre investigadores en el ámbito de las políticas públicas.