Estudiar en una universidad pública este curso es más caro, la crisis económica persiste y encima las becas se han reducido. Ante este panorama, la demanda para estudiar una carrera o un máster está perdiendo fuelle. Según los primeros datos provisionales de los rectorados, este curso que acaba de comenzar los alumnos se han matriculado de menos asignaturas, se ha detectado una “fuerte caída” de la demanda de másteres y en general hay un descenso, por primera vez en años, del número total de universitarios en el sistema público, que ha perdido más de 5.000 matrículas.
La Universitat de València el curso pasado tuvo 45.090 alumnos y este año ha experimentado una reducción de un 5% al alcanzar los 42.747. Fuentes del rectorado atribuyen este descenso a varios motivos. Por un lado, admiten que la crisis afecta a los alumnos y a sus familias, que han comprobado en sus bolsillos los efectos de la subida de las tasas. La matrícula de los títulos de grado, que ya se incrementó el año pasado en un 33%, este curso ha subido un 1%. Y el precio de los másteres ha aumentado un 10%, con lo que se pagan unos 2.750 euros. Desde la Universitat también reconocen que la caída de alumnos se puede atribuir a que están acabando los planes de estudio de las antiguas licenciaturas, que eran de cinco años, y se están implantando los grados, que son de cuatro.
La Universidad de Alicante ha registrado un ligero descenso de matriculados, unos 500 alumnos menos en el campus de Sant Vicent del Raspeig. Este año se han matriculado 20.666 alumnos de grado, 1.800 de doctorado y 1.300 en másteres. Según fuentes del rectorado de Alicante, la principal pérdida de alumnos está en los másteres: hay 400 menos. En la Universidad Politécnica de Valencia también ha bajado la demanda de másteres, al pasar de 2.777 a 2.674 matriculados.
La elevada matrícula y las dudas de que cursar un máster suponga una garantía de empleo han podido causar esta significativa pérdida de alumnos. De hecho, en la provincia de Alicante, los ciclos formativos, la conocida como Formación Profesional, se han llenado de alumnos licenciados y mayores de 35 años. Son personas que se iniciaron en el mercado laboral tras estudiar en la universidad, que han perdido el trabajo y ahora buscan un perfil más técnico. En algunos institutos de Alicante el 40% del alumnado tiene más de 35 años y en su currículo atesora ya alguna licenciatura o máster. Según los datos que facilitó la consejera de Educación, María José Català, al inicio de curso, la matrícula en FP aumentó un 8,9%. El ciclo de FP más demandado es el de grado medio de Cuidados Auxiliares en Enfermería, seguido del de Cocina y Gastronomía. Este es el quinto año de aumento de la FP, que ha pasado de 45.000 a 84.000 matrículas.
En la Politécnica de Valencia el número de universitarios matriculados también desciende, de 35.309 a 34.141. El descenso más significativo, y lógico, es el de las diplomaturas, licenciaturas e ingenierías que se están extinguiendo con la implantación de nuevos grados. La Politécnica el curso pasado tenía matriculados en ciclos 14.045 universitarios, y este año 9.530. Los alumnos de doctorado también bajan en 713, al pasar de los 2.727 del curso 2012-13 a los 2.014 del curso 2013-14; por el contrario, aumentan los matriculado en los nuevos grados en 4.163 (de 15.760 a 19.923).
La Universitat Jaume I de Castellón atribuyó directamente la pérdida de un 8,69% de alumnos este curso al “impacto de la subida en un 33% de las tasas académicas” y a la reducción de becas. Y la Universidad Miguel Hernández, la más joven y pequeña de las cinco públicas valencianas, es la única que logra crecer. Según el rectorado, el curso pasado tuvieron 11.766 alumnos de grado, y este curso son 12.041. Había 1.242 matriculados en másteres y este curso son 1.393.
Una matrícula más meditada
Otra tendencia que se está consolidando es que los alumnos se lo piensan varias veces antes de matricularse de las asignaturas. Las tasas que se pagan por segundas y terceras convocatorias, es decir cuando se suspende y se repite curso, también se han disparado y ahora se penaliza a los universitarios que arrastran asignaturas pendientes. El precio del crédito en primera matrícula oscila, en función del grado de experimentalidad de la carrera, entre 13 y 20 euros; para la segunda matrícula entre 28 y 44 euros; para la tercera entre 70 y 92 euros y para los alumnos que suspendan por cuarta vez la asignatura cuesta entre 81 y 123 euros. Esto ha provocado que la mayoría de los alumnos se matriculen de menos asignaturas, y escojan solo aquellas que consideran que aprobarán sin dificultades.
La consecuencia es que, por ejemplo, en la Universitat de València el número de créditos matriculados, es decir de horas por asignaturas, ha bajado un 13%. Si el año pasado cada alumno tenía una media de 67 o 68 créditos por curso este año ha bajado a 56. En la Politécnica hay un 5% menos de créditos matriculados, y en el campus de Alicante si la media el curso pasado fue de 55 créditos por alumno ahora ha bajado a 53.
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