MOOCs: Nuevas promesas de la educación a distancia
Por: Soledad González, Investigadora del Centro de Políticas Comparadas de Educación de la UDP, Chile. Eduamericas – Mar, 27/11/2012
La última moda en educación superior son los cursos online masivos y abiertos o MOOC, por su sigla en inglés. Tanta es la expectación que causan, que el New York Times ha declarado al 2012 como “el año del MOOC”. Para los más entusiastas, estos cursos podrían llegar a convertirse en la principal vía por medio de la cual los sistemas de educación superior lograrían hacer frente al desafío de combinar calidad y masividad a bajo costo. Estos cursos prometen entregar masiva y gratuitamente, y a estudiantes de todo el mundo, conocimientos y habilidades clave para mercados del trabajo altamente especializados y exigentes.
Los MOOC son el último gran avance de la educación en línea. Hay diferencias significativas entre el formato más tradicional de educación a distancia y un MOOC, cuyas primeras versiones comenzaron a aparecer recién hace unos cinco años. Estos cursos consisten en videos de menos de quince minutos, intercalados por preguntas y ejercicios cortos para que el alumno pueda ir testeando inmediatamente lo aprendido. Las evaluaciones no están ya a cargo de un profesor ni un ayudante. No pueden estarlo, ya que en un MOOC se matriculan fácilmente más de 20 mil estudiantes. Se trata, en una gran mayoría de casos, de evaluaciones automáticas realizadas por programas computacionales. En cursos de áreas humanistas o de las ciencias sociales que requieren de redacción de ensayos y artículos se suelen utilizar formas de evaluación entre pares. Y la diferencia más importante: la gran mayoría de MOOCs son gratis y sólo algunos ofrecen certificados. Esta última cuestión es un punto crucial que muchos proveedores están todavía resolviendo.
Entre los pioneros y, hasta ahora, actores más relevantes de esta incipiente industria se encuentran algunas de las universidades más importantes de los Estados Unidos. Aunque es posible encontrar MOOCs en muchos lugares, tres plataformas aparecen hoy como líderes. Fundada por dos profesores de la Universidad de Stanford, Coursera ofrece 197 cursos de 33 universidades de los Estados Unidos. En menos de un año de operación cuenta hoy con 1.9 millones de alumnos inscritos. La mayoría de los cursos en Coursera tienen fechas de inicio y término a la manera tradicional.
También con orígenes en Stanford, Udacity ofrece 18 cursos disponibles en todo momento a los estudiantes interesados. En su debut, el curso Introductionto Artificial Intelligencetuvo una matrícula de 160 mil alumnos de 190 países del mundo.
Por último, edX, el único de los tres grandes sitios que no tiene fines de lucro, es una iniciativa liderada por el MIT y Harvard y a la que se ha unido la Universidad de California, Berkeley y la Universidad de Texas. Actualmente ofrece 8 cursos, pero se espera que a mediados de 2013 ofrezca entre 20 y 30.
Pero no sólo de Estados Unidos proviene todo este movimiento. Desde España, por ejemplo, UNED abierta cuenta con dos cursos en su nueva plataforma de cursos online masivos y abiertos. Basado en Irlanda, ALISON ofrece cursos básicos y de habilidades para el trabajo enfocados, pero no limitados, a la adquisición de competencias digitales y de tecnologías de la información.
Como usualmente sucede con el surgimiento de nuevas tecnologías, la aparición de los MOOCs genera, al mismo tiempo, entusiasmo y temores. Quizás la aspiración más importante entre los fundadores y promotores del formato sea la de llegar a todas las personas motivadas e interesadas en aprender, sin importar cuán remoto o desaventajado sea el lugar donde se encuentran. Inmediatamente, sin embargo, aparecen quienes temen que el formato MOOC, dado su bajo costo, llegue a reemplazar a las universidades menos selectivas que atienden a las clases medias y bajas, quedando la experiencia universitaria tradicional sólo para la elite.
Para las instituciones de educación superior, el desarrollo de los MOOC promete una manera de disminuir costos y, aunque no está claro cómo llegarán a generar utilidades, una oportunidad de negocios. Algunos académicos lamentan, sin embargo, la pérdida de algunas instancias críticas del aprendizaje como son las discusiones y debates en clases y la interacción cara-a-cara entre profesores y alumnos. Advierten también sobre potenciales debilidades pedagógicas que pueden perjudicar a los alumnos.
Otro ámbito de la contienda sobre los MOOCs tiene que ver con la calidad de los aprendizajes de los alumnos. ¿Pueden estos cursos promover la adquisición de conocimientos y habilidades permanentes? Sobre la modalidad de educación a distancia las investigaciones hasta ahora concluyen que los aprendizajes adquiridos en ese formato son al menos de la misma calidad que los adquiridos en el formato presencial. Los cursos de formato híbrido que combinan la modalidad online con la presencial serían inclusomás efectivos que los cursos únicamente presenciales.
Para los curiosos e intelectualmente motivados, los MOOC representan una oportunidad novedosa y a ratos deslumbrante de acceso al conocimiento en una variedad de ámbitos: desde introducción a la improvisación musical hasta lenguajes de programación. Participar de un MOOC podría ser una alternativa razonable y atractiva para aquellas personas interesadas en perfeccionarse y adquirir conocimientos específicos. En ciertas industrias incluso, podrían llegar a ser altamente valorados, toda vez que completar uno de estos cursos indique claramente que el candidato posee ciertas habilidades y destrezas concretas. En un entorno que requiere cada vez más de un constante aprendizaje y donde la presión por mantener vigentes nuestras capacidades es enorme, vale la pena estar pendientes del desarrollo de esta prometedora última moda.
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