La encrucijada que enfrenta el movimiento estudiantil: Duras autocríticas tras fallida marcha y agenda dominada por hechos delictuales
La poca adhesión a la movilización del miércoles, la quema de buses y los dichos de Gabriel Boric no jugaron a favor de los estudiantes, que este año enfrentan un escenario mucho más complejo que el 2011, con un Congreso enfocado en las elecciones municipales y sin la fuerza y tensión que venía de las multitudinarias tomas. Por eso, el 8 de agosto podría marcar un punto de inflexión e impulsar la búsqueda de nuevas fórmulas para capitalizar el alto apoyo ciudadano que aún mantienen sus demandas. Punto para La Moneda que salió con toda su orquesta a arrebatarles legitimidad a los dirigentes estudiantiles.
por Claudia Urquieta Ch., El Mostrador, 10 de agosto de 2012
El ex presidente de la FEUC, Giorgio Jackson, lo calificó como un “remezón”. El vocero de Gobierno, Andrés Chadwick, destacó que por primera vez los estudiantes “asumen que la violencia está ligada a sus demandas”, mientras el vespertino La Segunda situaba al movimiento en su editorial como en un “punto crítico”.
Las reacciones fueron diversas y nada positivas luego de la movilización convocada por los secundarios el pasado miércoles. Se habló del día negro para el movimiento, de un error, de un punto de inflexión y en palabras del ex líder de la FEUC, de la necesidad de ver “qué cresta estamos haciendo mal”.
No ayudaron las imágenes de tres buses incendiados en medio de la escasa adhesión a la movilización ni los dichos del presidente de la FECh, Gabriel Boric, que acusó un montaje en torno la quema de los buses, señalando que la verdadera causa de la violencia radicaba en la incapacidad de dialogar del gobierno, dando caldo de cultivo a las autoridades y a algunos medios para situar al movimiento en el banquillo de las críticas, que no vinieron sólo desde sus detractores.
El propio Jackson rechazó la convocatoria, calificándola de “bastante ansiosa”, “mal articulada” y “descontextualizada”, destacando que el escenario actual es muy diferente al de 2011 y recalcando la necesidad de “hacer una introspección entre cuáles son las formas de llegar a la ciudadanía (…) no sé a quién se le puede pasar por la cabeza que quemar un bus puede ayudar al movimiento estudiantil”.
Lo cierto es que este año los estudiantes no han logrado capturar la agenda en los niveles alcanzados en 2011, porque tal como señalaba el fundador del colectivo político “Revolución Democrática”, el contexto de hoy es distinto: más adverso al año anterior, con un Congreso remando en dirección opuesta a las demandas estudiantiles y un marco en que la movilización en las calles, que los ha posicionado y legitimado, no cuenta con el ingrediente de presión que aportaban las multitudinarias tomas de liceos y universidades.
Pese a todo, los estudiantes aún cuenta con un capital primordial: el apoyo ciudadano. Pero eso no garantiza el éxito y, en opinión de diversos expertos, todo apunta a que es hora de buscar nuevas fórmulas para no perder lo alcanzado.
Movimiento 2.0
En opinión del sociólogo Alberto Mayol, “todo movimiento social debe ser capaz de incrementar su capacidad de organización. Esa es la única condición para que su capacidad y probabilidad de éxito aumente”. En este caso, asegura, “ya se logró producir un espacio público, impulsar el debate e instalar el tema educacional en la agenda del país, además de movilizar a la mayor parte de los jóvenes, con un tremendo nivel de aprobación que hoy supera más del 80% en los menores de 39 años, según una encuesta de la Universidad Diego Portales”.
Mayol asegura que esa es la fase 1.0 del movimiento. “La estrategia del año pasado ya se ganó. Ahora hay que ganar en una instancia superior, de mayor organización, lograr dar cuenta del poder del movimiento desde el punto de vista de a cuánta gente es capaz de movilizar, no en marchas solamente, sino en actividades que permitan debatir, discutir y proponer las modificaciones al sistema educacional y en hacer uso del principio de eficacia de la desobediencia civil”.
Y de esta forma alcanzar el “movimiento 2.0, que consiste en aumentar la capacidad de organización a tal punto que haya un funcionamiento del principio de eficacia, de lograr hacer cosas, que no van a acontecer obviamente esperando que las autoridades hagan lo que ellos quieren exactamente. Sino en hacer lo que el otro debiera hacer que consideras legítimo”.
Por ejemplo, detalla, “todo el movimiento deja de pagar la Universidad y así se da de facto educación gratuita, porque no puedes reprobar a todos los estudiantes del país. Necesitas protocolos firmados, trabajo hecho, se requiere mucha organización, contactos y compromiso”.
Para Mayol los dichos de Boric son “claramente un error. Es imprescindible entender que el problema de la violencia hay que enfrentarlo, y no depende de justificaciones históricas para que exista. En suma hubo un error estratégico, pero es solucionable”.
Según él, es importante entender que la estrategia del gobierno es “asumiendo que no tendrá de vuelta la legitimidad para sí mismo, entonces que nadie la tenga: la Concertación no la tiene y en el caso del movimiento hay que destruirlo como sea”. Por ello, los estudiantes “necesitan salir de la puerta del movimiento hacia afuera. En la interna pueden hacer un buen trabajo, pero de la puerta hacia afuera lo logrado en este año debe ser infinitamente mayor”.
Francisco Figueroa, ex vicepresidente de la FECh, coincide en que “el gobierno elige no reconocer al movimiento como actor y así evitar que estemos articulados”.
Por eso, señala que la estrategia que deben mantener es “no cejar en el intento de que a través del diálogo se avance en reformas necesarias, ni renunciar a incidir en el Parlamento, evitando lo que no queremos y logrando lo que queremos. En un año electoral la derecha quiere conservar el apoyo de su voto duro y la Concertación ve que es un movimiento muy autónomo, por lo que le da la espalda”.
Figueroa destaca que la vía institucional no se ha desechado. Pero “lo que más debiera preocupar parece ser el despliegue de lo social, marchas masivas, aún si al mundo político se les olvidó muy fácilmente el 2011. Hay que preguntarles a ellos ¿por qué razón el PPD se desordena a la hora de votar la Reforma Tributaria? ¿Por qué a la hora de aprobar el informe del lucro la Concertación se desordena? Esas cosas deberían explicarlas a la sociedad.
El error de Boric
En tanto, el académico de la Usach Jaime Retamal, considera que “no hay ninguna posibilidad en el Congreso, cooptado por poderes fácticos, institucionales y por la carrera presidencial de Golborne, Allamand y Bachelet. Por eso queda por replantear el problema a la ciudadanía y el sentido del movimiento rearticulándolo en la calle, con una buena estrategia comunicacional, con buenas ideas. Yo lo veo apuntando a las próximas elecciones presidenciales”.
Retamal rechaza los dichos de Boric, que califica como un “error total. Boric tiene que aprender a sintonizar con la ciudadanía y comprender que a veces la ideología está detrás del sentido común. Por eso, asegura, “es necesario buscar una fórmula no violenta de movilización, de tal manera que la violencia del Estado y carabineros parezca totalmente absurda”.
Por lo mismo, espera “que los dirigentes tomen conciencia de que es necesario replantearse, reformularse y elaborar estrategias mucho más inclusivas que no generen malestar o mala impresión en la ciudadanía. El movimiento es lo que es por el gran apoyo ciudadano, pero si continúan con acciones que conllevan violencia desde el inicio, no va resultar. Porque esto es una batalla comunicacional, no sólo de convicciones, y en ese sentido el miércoles lo hicieron muy mal”.
En todo caso, dice no creer que la movilización del miércoles “marque un punto de inflexión, porque fue llamada por los secundarios y hace rato han mostrado signos de descoordinación. Deberían hacerse más responsables a la hora de convocar y gestionar movilizaciones”.
Por su parte, el cientista político de la UDD Gonzalo Müller, señala que “si el año pasado con los primeros brotes de violencia hubo preocupación, el cambio de postura de justificar la violencia fue un error, porque cayeron en el juego de violentistas que buscan, a través de la fuerza, cambios sociales, por lo que creo que perdió legitimidad al menos el liderazgo que pretendía Gabriel Boric”.
Según Müller, “eso se ve claro en las reacciones del presidente de la Feuc, Noam Titelman, o de Giorgio Jackson, que condenaron abiertamente la quema de buses y tomaron distancia de su posición. Hicieron control de daños y se dieron cuenta de que se estaba poniendo en riesgo la legitimidad de las demandas del movimiento”.
El académico señala que “creo que deberían replantearse. La tarea del segundo año es más difícil que el primero. Deben sorprender y hay medidas muy costosas como tomas o paros prolongados, porque han tenido que reenfocar sus demandas. Por ejemplo, porque el CAE, que fue un motor de las movilizaciones, ya no existe. Entonces el sobreendeudamiento ya no es una carta que pueda motivar a muchos. Y las demandas más políticas, que pueden ser legitimas, son menos convocantes”.
Necesidad de reinventarse
El diagnóstico del presidente de la Feuc, Noam Titelman, es que “evidentemente 2012 fue un año distinto. Lo hemos visto el primer semestre en que insistimos tratando de presionar yendo al Parlamento. Para el segundo semestre debemos recuperar la fuerza del movimiento y exigir que se escuchen planteamientos y que se abran espacios para discutirlos”.
El estudiante de Ingeniería Comercial y Letras Hispánicas, explica que “se nos han cerrado todas las puertas de la institucionalidad, por lo que es muy importante darle una vuelta al movimiento, sobre todo para que se proyecte en el tiempo. Tenemos una tremenda responsabilidad: recibimos un movimiento estudiantil empoderado y acreditado, por lo que es fundamental mantener este alto apoyo para avanzar”.
En su opinión, “este año nos ha costado reencantar a la gente. Tenemos que volver a los temas que le hacían sentido, como el endeudamiento, el lucro y recuperar la esperanza y la convicción de que es posible cambiar el actual sistema a uno más justo”. Titelman agrega que “los movimientos tienen que reinventarse para seguir vigentes”.
En cuanto a la movilización del miércoles, considera que su éxito se “evalúa según el impacto de acercarnos al objetivo. Si este era volver a posicionar el tema de la educación, lamentablemente no se logró porque cada dos segundos que se habló de educación, hubo 20 segundos que se habló de violencia. Por eso es importante ver que se puede movilizar de otra manera y apuntando al foco central: la educación”.
Titelman asegura que tienen a su favor “el apoyo intacto de la gente. Pero es importante que no se diluya y nos permita seguir construyendo las bases del movimiento y darle proyección política y social”.
El tema, asegura, es cómo “materializar este apoyo frente a una institucionalidad que no ha querido darle cabida”, fórmula que están evaluando. “Una forma es que les cueste el voto a los políticos. Están demasiado acostumbrados a la indiferencia de algunos o a lealtad de los duopolios de la Concertación y la Alianza. Queremos que sientan que si quieren ganar las siguientes elecciones les va a costar más”.
Este sábado, se realizará una reunión de la Confech en Ercilla, IX Región, la que según Titelman es “extremadamente importante”, ya que se discutirán los pasos a tomar y que incluirán cómo enfrentar lo que queda del año.
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