Análisis y opiniones en torno a la propuesta ministerial.
La U. del Mar y las puntas de lanza de la Educación Superior chilena
Pablo Soto, Director Ejecutivo Centro de Estudios FECh (CEFECh), El Mostrador, 11 de junio de 2012
Al igual que en las discusiones relativas a la distribución del ingreso, es fácil hacer trampas mediante el uso de las cifras agregadas. Tal como se ha discutido sobre si los cerca de 17 mil dólares de ingreso per cápita son o no tan per cápita en realidad, el aumento de la cantidad de personas que comienzan estudios superiores (uno de los indicadores más vociferados como medida de nuestro supuesto desarrollo económico y social) por sí solo, lo único que indica es que más hogares tendrán que pagar por los aranceles educativos más caros del mundo.
Lo anterior a estas alturas no es novedad. La “cuestión” de la Educación Superior en Chile ha desencadenado procesos de movilización social de masas inéditos en nuestra historia reciente, y hay elementos para pensar que el conflicto real al interior de las instituciones recién comienza. Esto, debido a que la coyuntura relativa a la crisis que atraviesa la Universidad del Mar aporta nuevos antecedentes para pensar que el tamaño real de este problema es más grande y profundo de lo que se piensa.
En efecto, la renuncia del Rector de la Universidad del Mar, el abogado Raúl Urrutia, hace unos días permitió el destape de la cara más grosera del problema: mientras se mantienen deudas salariales y previsionales, los dueños se pagan una suma cerca a los 600 millones de pesos a través de sus propias sociedades inmobiliarias. Esto se suma a otros problemas ya descritos en una serie de artículos, sobre todo en relación a su oscuro proceso de acreditación, cuyo único resultado fue la garantía de un ingreso de 3.500 millones de pesos provenientes de los estudiantes que ahora podrían postular al Crédito con Aval del Estado (CAE).
Lo relevante desde el punto de vista económico y social no es solamente el hecho de que una institución presente ostensibles irregularidades, sino el hecho de que es posible considerarlas como una norma para el segmento institucional que es el mayor responsable sobre la dinámica del sistema en su conjunto: las instituciones no tradicionales (formadas con posterioridad a 1981) y no selectivas (aquellas donde el puntaje PSU promedio es inferior a 550 puntos).
Dentro de lo anterior, destacan instituciones con una gran capacidad expansiva en su matrícula tales como Universidad de las Américas, la Universidad San Sebastián, la UNIACC, la Universidad Santo Tomás, la Universidad Autónoma, la Universidad Tecnológica de Chile INACAP, la Universidad Central y la ya mencionada Universidad del Mar.
Además, son instituciones en las cuales ya han sucedido escándalos que nos dicen que algo huele mal. Escándalos como el ocurrido recientemente con la UNIACC, los intentos de compra de la U. Central el 2011 que gatillaron movilizaciones de sus estudiantes, los conflictos de interés como el rol del Consejo Nacional de Educación en el proceso de acreditación de la Universidad de Las Américas el 2008, o por motivos que se relacionan con la honestidad clasista de nuestra élite académica, como las declaraciones del ahora ex Decano de la Facultad de Arquitectura sobre la “cultura y sofisticación de sus estudiantes” en la Universidad San Sebastián.
Por un lado, más allá del escándalo, es necesario recalcar que las instituciones mencionadas anteriormente concentran una suma de 161.020 estudiantes, lo cual constituye el 70% del total de este mercado y donde el costo de estudiar un año (matrícula más arancel) bordea los 2,3 millones de pesos al año en promedio. La mayoría de sus estudiantes provienen de establecimientos escolares precarios, es más, forman gran parte de ese 7 de cada 10 estudiantes que podrían ser el primer profesional de su familia. En suma, son las instituciones que alimentan socialmente el cada vez menos defendido discurso sobre la promoción social de nuestro modelo de Educación Superior.
Por otro lado, los primeros resultados de una investigación desarrollada por el Centro de Estudios de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (CEFECh)[1] dan cuenta de la profundidad económica y social del problema. Del total de los ingresos esperados sólo por docencia del pregrado, estas instituciones tienen una participación equivalente a 72% del total esperado del mercado en el que participan[2].
Al mismo tiempo, son las instituciones que han evidenciado la síntesis de los problemas de un sistema de acreditación realmente cosmético. En efecto, este grupo de las Universidades que presentan un gran poder económico, explicado tanto por la cantidad de matriculados que presenta y por los precios de sus aranceles-matrículas por concepto de docencia de pregrado, y a su vez pertenecen a la categoría de las No Tradicionales y No Selectivas, son Universidades que concentran las peores tasas de eficiencia en titulación (de una generación, en promedio, sólo se titula el 38%), no realizan investigación (sólo 5 de 100 investigaciones se llevan a cabo en universidades privadas no tradicionales en general), cuentan con baja tasa de contratación de planta en docencia (85% de sus docentes son “a horas”), y sus estudiantes tienen un promedio de menos de 5 libros por alumno y en algunos casos sólo tienen 2 ejemplares por estudiante (encontrarían más variedad en una recepción de una ISAPRE).
En términos de la configuración de la matrícula, este tipo de instituciones son las que explican gran parte de su expansión, con un crecimiento del 81% para el período 2005-2010. Presentan bajos niveles de retención de matrícula tanto para el primer año (57%) como para el segundo (55%); tienen bajo nivel de acreditación institucional (3,3 años promedio… ¿permitirían los defensores del actual modelo que sus hijos cursen estudios allí?); presentan un promedio de PSU de sus alumnos de 503 puntos, lo cual da cuenta de una ya conocida relación con el tipo de establecimiento de educación secundaria, estrato social al cual pertenecen y trayectoria familiar ligado a los estudios superiores.
En este sentido, no es aventurado sostener que las dimensiones en que estas instituciones se han desempeñado con especial eficiencia, son las relacionadas con las estrategias para aumentar la extracción de la renta de los hogares, sea aumentando sostenidamente sus aranceles y/o su cobertura, o mediante las garantías que ofrece el CAE cuando el hogar no puede cubrir los costos directamente. Básicamente, y como se suele decir, negocio redondo. De aquí que una de las puntas de lanza del movimiento estudiantil apunten al lucro no como un problema de principios de filosofía moral (como lo han querido colocar algunos académicos y autoridades), sino como el mecanismo económico y social que explica el aumento en los ingresos de las instituciones como el resultado de la extracción a destajo de la renta de los hogares.
En la otra vereda, el gobierno está mostrando una voluntad al cierre de instituciones como esta, eventual medida que puede sonar atrevida como intento de ofensiva y a la cual se han sumado gran parte de quienes alimentaron a esta bestia económica y social —la Concertación—, pero que no se hace cargo de qué es lo que sucederá con los estudiantes de dichas instituciones, y de qué forma puede garantizarse una alta cobertura que no vaya acompañada de la extracción progresiva de los ingresos de los hogares ni la reproducción de la precariedad educativa en el nivel superior de aquí en adelante. En definitiva, que sea capaz de cumplir con el horizonte que los principales promotores políticos y académicos del modelo han reclamado para sí, y que los porfiados hechos —una vez más— han logrado desmentir: la existencia de una modernización efectiva, y no espuria, de nuestro sistema educativo.
1 El estudio consiste en una caracterización de los mercados universitarios, poniendo énfasis en sus precios, para lo cual se utilizó los datos de la base Índices (CNED). Para mayor información sobre sus primeros resultados, ver: http://fech.cl/mercados-en-la-educacion-superior-universitaria/
2 US$763.100.000 de un total de US$1.054.860.000 que los hogares destinan al pago de aranceles y matrícula de Universidades No Tradicionales No Selectivas.
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* Equipo de investigación: Rodrigo Fernández Sociólogo y Magíster(c) en Economía Aplicada, Andrés d’Alencon, Ignacio Cassorla y Camilo Araneda Sociólogos Universidad de Chile.
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Los efectos de los nuevos aranceles de referencia sobre las universidades
Fórmula del Mineduc considera empleabilidad, sueldo y corrige por nivel socioeconómico.
por E. Simonsen/ P. Salazar, La Tercera, 10 de junio 2012
http://diario.latercera.com/2012/06/10/01/contenido/pais/31-110975-9-los-efectos-de-los-nuevos-aranceles-de-referencia-sobre-las-universidades.shtml
A más de una semana de haber recibido, por parte del ministro de Educación, Harald Beyer, la propuesta del nuevo cálculo del arancel de referencia, un grupo de rectores de planteles tradicionales trabaja afanosamente en su análisis. El grupo está formado por los rectores de las universidades de Tarapacá, del Bío-Bío, Católica de Valparaíso y Federico Santa María. La fórmula recoge información de empleabilidad, sueldos, deserción, entre otros factores.
El tema sobre cómo se definirán a futuro los aranceles de referencia es crucial. Las ayudas estudiantiles estatales, como becas y créditos, cubren sólo hasta ese monto, salvo en el caso de algunas becas, como la Juan Gómez Millas, cuyo beneficio es menor ($ 1,1 millón al año). Sin embargo, a contar de 2013 esta beca se equiparará al arancel de referencia, a lo que se agregará la ampliación del resto de los beneficios, con lo que el gobierno pretende llegar a 175 mil becas adicionales.
“Hoy, para las universidades privadas, prácticamente este arancel no tiene importancia. A futuro será clave. Habrá más recursos por esta vía”, dice Ricardo Paredes, quien presidió la comisión que analizó el financiamiento estudiantil.
Además, las universidades deberán hacerse cargo de la brecha entre el referencial y el real en el caso de los alumnos más pobres. “Es un tema de fondo, por los recursos involucrados, los incentivos que genera en el sistema y los cambios en la oferta de carrera”, explica el rector de la U. Santo Tomás, Jaime Vatter.
1 Los efectos
El nuevo cálculo será más libre de presiones. El informe de Paredes señala, por ejemplo, que el actual modelo para fijar el mecanismo es poco transparente, puesto que clasifica a las universidades en grupos y los planteles con investigación se clasifican automáticamente en el grupo de aranceles más alto. “Si bien parece deseable que existan universidades de este tipo, también parece importante que existan otras menos complejas”, dice el informe.
2 Corrección
Los sueldos de los egresados están influidos no sólo por la universidad, sino también por el nivel socioeconómico familiar. Según el Mineduc, por cada $ 100 mil adicionales de ingresos de la familia, un egresado gana $ 80 mil más. Por eso, la fórmula propuesta incorpora, como variable de ajuste, el nivel socioeconómico de los estudiantes. Sin embargo, a juicio del rector de la U. de Valparaíso, Aldo Valle, su ponderación no es suficiente. “El cálculo correlaciona el monto a recibir por el plantel con el ingreso de los futuros egresados. Sin embargo, hay un conjunto de factores que no son responsabilidad de las universidades como son la cuna y redes sociales”.
3 Disminuirá la brecha entre universidades de investigación y docencia
Hoy día el factor de investigación y de publicaciones de un plantel es uno de los puntos relevantes a la hora de definir el arancel de referencia. Por eso, esos planteles tienen valores más altos que los que ejercen solo la docencia. A juicio de Paredes, en la nueva fórmula, este factor está considerado de manera indirecta, por lo que “el diferencial de aranceles va a ser relativamente menor”. En ese caso, según varios rectores, el financiamiento de investigación debiese tener un carril distinto.“Al invertir sólo en la docencia es necesario otro mecanismo que financie la investigación. Sin embargo, en algunas universidades es difícil separar los costos de docencia con investigación”, explica Emilio Rodríguez, rector de la U. de Tarapacá.
4 Se podrían crear nuevos nichos de universidades
Hoy día el mercado universitario está segmentado por nivel socioecónomico de los alumnos. Esto podría cambiar, según Vatter, ya que si un plantel logra que sus alumnos tengan buenos niveles de empleabilidad pese a provenir de niveles socioeconómicos bajos puede competir con uno de mayor reconocimiento.
5 Podrían cerrar carreras
“Puede que haya universidades que generen carreras con bajos salarios y que vendan una ilusión que no se cumple, por lo que recibirán arancel de referencia bajo y pocos estudiantes y cerrarán”, dice Paredes. Esto, no es visto con buenos ojos por los rectores que temen que las universidades centren su oferta en carreras rentables. “Se anticiparía la segregación del mercado laboral, porque Ud. va a tener un arancel de referencia según la empleabilidad que hayan tenido aquellos que estudiaron en los años anteriores. Por tanto, lo van a clasificar desde antes de su egreso”, dice Valle.
6 Falta el factor regional
“Un doctor en Física Cuántica en Arica no vale lo mismo que en Santiago. Es importante considerar el tema regional que está ausente”, dice Rodríguez. A él se agrega las aprensiones de Vatter sobre cómo se medirá el autoempleo. En nuestra universidad tenemos altos porcentajes que son independientes en un inicio y no sabemos cómo el sistema capturará su nivel real de ingresos”.
Zolezzi dijo que brecha entre aranceles reales y de referencia debe llegar al 10 por ciento
Terra, 04 de junio de 2012 • 17:32
El vicepresidente del Consejo de Rectores (Cruch), Juan Manuel Zolezzi, expresó su preocupación respecto de cómo las universidades cubrirán la diferencia entre el arancel de referencia y el real, precisando que ayudaría que los porcentajes entre ambos parámetros se redujeran al 10%.
Zolezzi asistió a la firma del proyecto de ley que crea un nuevo sistema de financiamiento para los estudiantes que cursan estudios superiores.
El vicepresidente del Cruch manifestó que desconoce cómo las universidades cubrirán la diferencia entre el arancel de referencia y el real, montos que aún no se conocen y que serán determinados a partir de una nueva fórmula de cálculo de los aranceles de referencia y que fue dada a conocer por el ministerio de Educación la semana pasada.
“Financiar el primer y segundo quintil es un tema delicado para nosotros. La brecha entre arancel de referencia y arancel real, en promedio para las universidades del Consejo de Rectores, se mueve entre un 20 y 25 por ciento de diferencia. Si se logra reducir esa brecha a un 10 por ciento, se aliviaría la forma de llevar este proceso”, expresó el vicepresidente del Cruch y rector de la Universidad de Santiago.
El Presidente Sebastián Piñera, y el ministro de Educación, Harald Beyer, firmaron este lunes el proyecto de ley que establece un nuevo sistema de financiamiento estudiantil para la Educación Superior.
En líneas generales se propone crear un crédito estatal único para todos los estudiantes de la Educación Superior, que será administrado por la Tesorería General de la República, excluyendo definitivamente el sistema a los bancos.
El secretario de Estado sostuvo que el nuevo crédito propuesto en el proyecto de ley, tendrá una tasa de interés del 2 por ciento anual y estará disponible para el 90 por ciento de las familias chilenas, quedando excluido el 10 por ciento más rico de la población.
“Se pagará una vez que el egresado comience a trabajar y la cuota se fijará en función de su sueldo, que no podrá superar el 10 por ciento de éste”, detalló.
El nuevo crédito se pagará en 180 cuotas, y si queda un saldo pendiente, será condonado por el Estado.
“El cobro lo realizará la Tesorería General de la República con el apoyo del Servicio de Impuestos Internos. El pago será similar al de las cotizaciones previsionales, el empleador podrá retener y pagar al Fisco el monto correspondiente”, precisó la autoridad ministerial.
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