Notas empleadas por mí para la Mesa Redonda sobre “Prospectiva de las políticas TIC en educación”, realizada en la CEPAL, coordinada por Guillermo Sunkel y con la participación de Juan Carlos Tedesco, Pedro Hepp y José Joaquín Brunner. Santiago de Chile, 26 de abril de 2012. Ver el texto de las notas a continuación.
La evaluación del impacto de las TIC en el campo educacional tiene mucho que ver con las expectativas de los diversos actores de la comunidad educativa y otras “partes interesadas” respecto de ellas y su potencial transformador: van desde expectativas revolucionarias (industria y sus fundaciones, organismos y expertos internacionales, gobernantes, managers, académicos, futurólogos, algunos sectores políticos más que otros, funcionarios, medios de comunicación, muchos jóvenes, diversos tipos de utopistas) hasta una suerte de grado cero de las expectativas (entre pesimistas-conservadores, humanistas, la mayoría de profesores y directivos del sistema y de colegios, variados tipos de anti-tecnologías), pasando por todos los matices intermedios imaginables.
En términos propiamente educacionales, las expectativas han sido en general altas y variadas, también entre nosotros en la región:
– Mejorar los aprendizajes cognitivos en los dominios básicos susceptibles de mediciones estandarizadas;
– Cambiar radicalmente el funcionamiento de la sala de clase, en particular las estrategias y métodos de enseñanza y aprendizaje;
– Conferir grados hasta ahora no-imaginados de autonomía, individualización, flexibilidad y aprovechamiento del tiempo 7x 24 a los procesos de aprendizaje;
– Transformación radical del rol del profesor;
– Transparencia del sistema, seguimiento y monitoreo de los centros educativos, docentes y estudiantes, cambios drásticos de la gestión escolar por medio de sistemas de información;
– Nuevas y más intensas formas de vinculación de la escuela y el hogar; fluida comunicación profesor/padres;
– Cambio y aumento en las modalidades de interacción de los centros educativos con la comunidad y el vecindario, formación de redes, traspasar fronteras, globalización, multiculturalismo, tolerancia, aprendizajes ampliamente distribuidos, deslocalizados, descentrados;
– Generación de diferentes efectos según niveles y modalidades; más intensos inicialmente en los primeros años y en el nivel terciario, en la enseñanza técnica, en determinadas como matemática y arte, por ejemplo;
– Creación de nuevas formas de participación social para estudiantes y profesores, formación de comunidades de maestros y de grupos y movimientos estudiantiles, transmisión de prácticas exitosas e innovaciones;
– Posibilidad para investigadores educacionales de manejar grandes cantidades de información, bases de datos complejas y de comunicarse permanentemente con la frontera del conocimiento en las diversas áreas de especialización;
– Reducción de la brecha digital originada en el hogar mediante el acceso más igualitario en la escuela, con un impacto neto de mayor cohesión social y mejor aprovechamiento de las oportunidades de estudio y progreso en la vida.
Una hipótesis posible es pensar que mucho del ruido, la excitación, el hype que ha rodeado a las tecnologías digitales y su proyección hacia el campo educacional es que se las concibió como una PROMESA! Su aplicación en el sistema escolar, a nivel de centros y en la sala de clase, transformaría de raíz la experiencia escolar que había permanecido relativamente inalterada desde las escuelas catedralicias y parroquiales del siglo X.
El impacto esperado ha estado lejos de la Promesa y sus expectativas.
Efectivamente, lo primero que se constata es que no ha habido una revolución a nivel de los sistemas, con sus dimensiones de educación universal y masiva, ni en ningún grupo etario o tipo de educación. El título del libro de Larry Cuban publicado hace algunos años –Oversold and Underused, “Sobrevendido y Subutilizado”– lo dice todo. La Promesa no se había cumplido; las expectativas habían desbordados las posibilidades de lo real.
Lo cual no quiere decir que no se hayan producido cambios parciales, localizados, pero igualmente interesantes; innovaciones en diversos ámbitos de la educación, dentro y fuera de los colegios.
La evidencia habla a este respecto en muchos diversos lenguajes e incluso, a veces, contradictoriamente.
Con todo, se registra cierto consenso en torno a la idea que las TIC usadas en los procesos formales de educación, dentro de las instituciones educativas, tienen un impacto positivo sobre: la motivación de los alumnos, algunas funciones superiores de razonamiento, la comunicación de los estudiantes desde temprana edad a través de las redes sociales, el acceso a, y la práctica con, las tecnologías digitales lo cual traerá indudables beneficios a las personas en el futuro cuando se incorpore al mercado de trabajo, la búsqueda de información en Internet, la atención de alumnos con necesidades educacionales especiales, el trabajo de los estudiantes en equipos, etc.
Asimismo, en niveles superiores del sistema, se observan cambios significativos, por ejemplo, en el aprendizaje con simuladores, el procesamiento de datos, el uso de la Red para organizar cursos semi-presenciales, la transmisión a distancia de programas de alta calidad, la búsqueda y uso de literatura científica reciente en casi cualquiera disciplina, el auto-aprendizaje asistido por computadores en programas remediales, la gestión micro de los procesos de aprendizaje personal, etc.
No se constatan progresos consistentes, sin embargo, en logros de aprendizaje cognitivo medidos por pruebas estandarizadas, que es uno de los objetivos más importantes y prioritarios de las políticas educacionales en casi todos los países alrededor del mundo.
Ni se observan tampoco cambios masivos en ninguna de las dimensiones claves de los procesos de escolarización. Pienso en el rol del profesor, el examen, el currículo, la tecnología de la sala de clase, la certificación de conocimiento, etc.
Enseguida, me parece a mí, ha quedado claro que igual como la escuela no puede compensar las desigualdades de la sociedad según dijo alguna vez el maestro Basil Bernstein, tampoco las TIC pueden compensar las fallas del aprendizaje en la sala de clase, particularmente aquellas asociadas al origen socio-económico y la cuna de los estudiantes.
Es posible que las brechas de acceso se mitiguen parcialmente por la existencia de tecnología digital en los centros educativos, pero subsisten las brechas de uso y apropiación que son mas sutiles, difusas y de largo alcance.
Tampoco en el plano de la gestión de las escuelas y del gobierno/administración de los sistemas educacionales las TIC han producido hasta aquí alteraciones profundas, estructurales, “revolucionarias”, en el modo de producción de la escolarización o de la transmisión de los saberes y el desarrollo de competencias.
De hecho, las políticas TIC para la educación han pasado a ser una rama más del frondoso árbol de las políticas gubernamentales para el sector educacional. Un instrumental con el que se debe contar; un programa más de política pública; una estrategia nacional entre decenas que compiten por ser consideradas entre las prioridades y en los presupuestos.
Por el contrario, la problemática y los desafíos de la educación latinoamericana siguen atrapados en los ámbitos de:
— La socialización temprana en la familia, salas cuna y jardines;
— La cobertura, retención y conclusión de la educación obligatoria, así como
— La efectividad del desempeño de los colegios que imparten el ciclo obligatorio, de manera de compensar desigualdades de la cuna y llevara todos los niños a estándares razonables de logros en dominios competitivos (medidos como lo hace PISA)
— La formación y el desarrollo de una profesión docente a la altura de estos desafíos, junto con personal directivo y de gestión preparado para enfrentarlos;
— Un gasto público que financie sustentablemente sistemas escolares con estas características de efectividad, y
— Una institucionalidad a nivel nacional y local que sostenga a tales sistemas operando con altos estándares, desempeño y productividad social.
Una pregunta, mañosa sin duda, que podría formularse a esta altura es si acaso algo de todo esto que acabamos de nombrar como principales desafíos educativos de la región, alguna de esas metas, no podrían alcanzarse en ausencia de las TIC.
Me parece a mí que la respuesta intuitiva, y también basada en evidencia, a la luz de lo que llevamos dicho, es que estos objetivos pueden lograrse perfectamente SIN recurrir a las TIC.
Pero, ¿es efectivamente así?
La maña, o trampa, consiste en considerar a las TIC, o mejor, a la naciente revolución digital, nada más que como una caja de herramientas. Algo externo por tanto a las prácticas cotidianas, de una funcionalidad potente pero limitada, que puede usarse o dejarse de usar, sea en el colegio, la oficina, la fabrica, el hospital o el gobierno.
Equivale, esta maña, a haberse formulado la misma pregunta cuando despuntaba en el horizonte cultural de Occidente la revolución de la imprenta y los textos escritos que con el tiempo vendrían a cambiar no el arsenal de herramientas de la sociedad sino su mismísima configuración: sus forma de comunicarse y trabajar, de aprender y educar, de producir conocimiento y archivarlo, de hacer ciencia y religión, de organizar el poder y las burocracias, de crear relatos e ideologías, de percibir el mundo y organizarlo, de apreciar la belleza y nombrarla.
Algo semejante está teniendo lugar hoy con el despuntar de la revolución digital. Se está creando no solo una nueva caja de herramienta sino entorno de sociedad donde las actividades centrales y periféricas y todas las intermedias de cualquier tipo –en las esferas intima, privada y pública– están comenzando a ser afectadas y se verán profundamente alteradas por esa revolución digital que acaba de comenzar.
La trampa consiste pues en pensar las TIC como un medio al cual se debe recurrir para cambiar la sala de clase, la escuela o al sistema escolar. Y no como lo que es: un medio ambiente nuevo al que terminarán por adaptarse –y en el que sumergirán íntegramente—los estudiante y los profesores, los padres y las familias, las comunidades, los centros educativos y los sistemas educacionales.
Sin duda esto está comenzando a ocurrir y ocurrirá de formas cada vez más completas, aunque quizá no podamos vislumbrar las expresiones que esos fenómenos puedan adquirir en el campo de la educación, en cada uno de los niveles y con todas las maneras de producir, transmitir y gestionar información y conocimientos.
Probablemente donde con más claridad, y desde ya, se pueden percibir las transformaciones que vienen es en los ámbitos de:
1. La gradual separación del aprendizaje y la escolarización, términos que llegaron a ser casi coextensivos durante los últimos dos siglos. Lo que está en curso es una verdadera emancipación del aprendizaje, aunque ello no vaya a significar el fin de la escuela como imaginaron Ivan Illich y otros promotores del deschooling.
2. La reorganización de los procesos educacionales hasta ahora estructurados por ciclos etarios delimitados para dar paso a procesos de aprendizaje a lo largo de la vida, con múltiples instancias de certificación de conocimientos, competencias y experiencias.
3. El probable aprendizaje de competencias básicas de lectura, escritura y numéricas a través de medios y en entornos alternativos a la escuela. Como ha dicho Pasi Sahlberg: “los niños aprenderán más y más de lo que solíamos aprender en la escuela fuera de ella, a través de los media, Internet y de la diferentes redes sociales de las que forman parte” (p.140). Naturalmente esto lleva a que pierdan interés en la escuela, la cual está forzada a repensarse como un espacio donde el aprendizaje pueda personalizarse y desaparezca la estandarización educacional propia de los siglos XIX y XX.
4. En el ámbito de la universalización de la educación terciaria –que ya ha comenzado– la cual adoptará también una modalidad de trayectorias individualizadas de aprendizaje en contextos más variados y menos estructurados en torno a las clases expositivas del profesor, durante años de rutinas ocupadas para transmitir información y esquemas de conocimiento que hoy pueden fácilmente adquirirse en el entorno digital. De hecho, esa modalidad burocrático-rutinaria de enseñanza está en crisis: es demasiado cara, lenta, rígida, consume mucho tiempo y horas lectivas, desaprovecha los contextos de trabajo y práctica, no parece preparar bien para las cambiantes condiciones del mercado laboral contemporáneo , etc.
En suma, lo que viene es una revolución de gran magnitud –la creación de un nuevo entorno cultural—y por eso el problema/desafío no es cómo hacer una política TIC, es decir, cómo enriquecer la caja de herramientas para usarla en la educación, sino cómo aprender a vivir, educar y trabajar en esa nueva cultura; en un nuevo entorno que transformará el mundo y nuestras prácticas.
Santiago de Chile, 26 de abril de 2012.
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Comunicados de prensa
Seminario en la CEPAL: Expertos destacan importancia del uso de las TIC en educación para lograr sociedades más equitativas. La educación es una de las palancas fundamentales para un desarrollo basado en la igualdad, señaló Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva del organismo de Naciones Unidas.
(26 de abril, 2012) La aplicación de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) en la educación es una herramienta clave para lograr sociedades más inclusivas y disminuir las desigualdades, señalaron hoy expertos reunidos en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en Santiago.
En el seminario La tecnología digital frente a los desafíos de la educación inclusiva en América Latina. Algunos casos de buenas prácticas, especialistas internacionales analizarán durante dos días los resultados de ocho estudios de buenas prácticas en países de la región sobre uso de las TIC en el campo educativo y debatirán sobre los desafíos futuros de esta área.
El seminario es organizado por el componente e-educación ejecutado por la División de Desarrollo Social de la CEPAL, como parte del Proyecto CEPAL @LIS2- Diálogo para la sociedad de la información, cofinanciado por la Comisión Europea.
El encuentro fue inaugurado hoy por la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, quien indicó que en la búsqueda de un desarrollo basado en la igualdad la educación es una de las palancas fundamentales y, si se rige por los principios de equidad y calidad, constituye el mecanismo más importante de inclusión social en el tránsito de una generación a la siguiente.
“En la región se han obtenido notables resultados en las últimas décadas, pero aún persisten brechas digitales por cerrar”, señaló. “Se ha logrado reducir -con diferencias entre países- la primera brecha digital, que es la del acceso a las TIC, pero es necesario avanzar para acortar la segunda brecha digital: la del uso efectivo de las tecnologías para su aprendizaje”, precisó.
Sobre esto último Bárcena indicó que es fundamental avanzar en el desarrollo de las competencias y capacidades necesarias para beneficiarse del uso de las TIC, así como en la construcción de la infraestructura requerida para acceder a la banda ancha, considerada por la CEPAL como un bien público global que debe llegar a toda la población.
“Aquí son esenciales las políticas públicas para lograr la integración de las TIC en la educación. El principal desafío es avanzar en su renovación e innovación”, enfatizó.
Actualmente la llamada “economía digital” avanza vertiginosamente. Representa 4% del producto interno bruto (PIB) de las 20 mayores economías del mundo, esto es, cerca de 2,3 billones de dólares y crece a tasas superiores a 10% anual. Para el año 2015 existirán 2 mil millones de usuarios de internet con 2.700 millones conexiones de banda ancha, donde 67% de los usuarios estarán en mercados emergentes y 80% serán de conexiones móviles.
La representante de la Delegación de la Unión Europea en Chile, Susana Agüero, señaló que en el marco del programa de cooperación @LIS – Alianza para la Sociedad de la Información, en América Latina los tres focos de prioridad para los objetivos que ayudarían a superar las principales debilidades educativas y sociales de la región son la calidad, equidad y eficiencia.
“La estrategia de cambio que se implemente para promover la inclusión educativa de grupos sociales postergados no solo debe garantizar el acceso a una infraestructura de TIC adecuada, sino también otros elementos clave como modelos de uso pedagógico de las TIC en los programas de formación de docentes y el fortalecimiento de sistemas de monitoreo para evaluar el impacto que estas políticas y programas tienen en el sistema educativo, entre otros”, dijo.
En el seminario expondrán destacados expertos internacionales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Panamá y Uruguay en el tema de las tecnologías digitales en la educación y en políticas educativas, además de ex directores de programas nacionales de informática educativa y dos ex ministros.
Para consultas, contactar a la Unidad de Información Pública y Servicios Web de la CEPAL. Correo electrónico: dpisantiagocepal.org ; teléfono: (56 2) 210 2040.
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