Opinión editorial de El Mercurio sobre el Informe del comité experto sobre financiamiento de ayudas estudiantiles
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Cirugía mayor al financiamiento estudiantil
El Mercurio, 3 de abril de 2012
En breves cuatro meses y medio, la comisión de expertos convocada por el entonces ministro de Educación Felipe Bulnes ha evacuado su informe, que contiene un detenido examen de las ayudas estudiantiles y propone cambios de fondo.
Los especialistas descartan la gratuidad de la educación superior. En promedio, sus egresados ganan cinco veces más que quienes cuentan sólo con enseñanza media y obtienen un rendimiento real de alrededor de 19 por ciento por año sobre los recursos invertidos en su formación, sin incluir aspectos no pecuniarios, como la realización personal. Si bien hay mucha dispersión de resultados entre las diferentes universidades y carreras, es injusto, además de muy oneroso, obligar a ese poco más de 50 por ciento de chilenos y chilenas que no asiste ni asistirá a la universidad no sólo a arreglárselas con un ingreso mucho menor, sino que a financiar con sus impuestos los estudios de quienes, como profesionales o técnicos, a futuro accederán a tan promisoria posición económica.
La educación superior cuesta dinero y ha de ser pagada por quienes reciben sus beneficios. Pero, desde luego, sería enormemente injusto e ineficiente depositar toda esa responsabilidad sobre los presupuestos de las familias de escasos recursos y de la clase media. Con seguridad implicaría excluir a muchos de sus hijos de la educación superior, privarlos de inmejorables oportunidades de ascenso y desperdiciar talentos que Chile necesita.
En opinión de la comisión, los programas de becas y créditos existentes creados por los últimos tres gobiernos, pese a su correcta intención, no son sino “un agregado de subsistemas instalados con escasa lógica y coherencia interna, que contienen criterios discriminatorios y establecen diferencias entre instituciones que no obedecen a consideraciones de mérito ni de equidad”.
Proponen fundir las siete becas existentes en una sola, así como unificar los dos programas de crédito estatal. Su acceso sería abierto, en idénticas condiciones para los alumnos que reúnan ciertos requisitos de mérito, cualquiera sea la universidad debidamente acreditada, instituto profesional o centro de formación técnica de su elección. Las becas cubrirían todo el llamado arancel de referencia para los estudiantes provenientes del 40 por ciento más pobre de los hogares, y parcialmente a los del 20 por ciento siguiente. El nuevo sistema crediticio contemplaría un interés fijo del dos por ciento real y cómodas condiciones para su servicio. A fin de evitar cobros excesivos, el aval sería compartido entre el Estado y la institución educacional, encargándose esta última de prestar o garantizar toda diferencia entre el arancel de referencia y el costo total de la carrera. Quedarían excluidos de este programa los estudiantes provenientes del 10 por ciento más rico de los hogares.
Habrán de discutirse en detalle los diferentes aspectos de las propuestas. Si es justo ofrecer créditos estatales blandos a familias de ingresos medios-altos; si la tasa del dos por ciento implica un riesgo fiscal excesivo a futuro; si el aval compartido es suficiente para limitar el alza de los aranceles, o hay que reformar también la estructura de las carreras, para acortar su duración y rebajar sus costos, como ha planteado recientemente el ministro Beyer. Pero ha de celebrarse el aporte serio y sensato que ha efectuado esta comisión, demostrando una vez más cómo la mirada experta puede esclarecer y orientar el debate en temas complejos, que comprometen aspiraciones e intereses de tantos.
Rector Peña: “Es imprescindible” que se proponga a todas las Úes rebajar duración de carreras
El rector de la Universidad Diego Portales dijo que “es sorprendente” que el ministro Harald Beyer le haga la propuesta a los planteles del Consejo de Rectores y no sume también a las casas de estudios superiores nacidas después de 1981. “Ninguna mejora en el sistema de educación superior se ejecuta sólo en los planteles del CRUCH”, apuntó.
Lunes 2 de abril de 2012| por Patricia Schüller G., La Nación
El rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, dijo este lunes que la propuesta que le hizo el ministro de Educación, Harald Beyer, al Consejo de Rectores de analizar la duración de las carreras de pregrado, para eventualmente estudiar una rebaja en el número de años de estudio, es “una de las propuestas más antiguas y compartidas por todos quienes nos desempeñamos en la educación superior”.
“Uno de los desafíos que el sistema de educación superior tiene por delante es abreviar el pregrado y en eso siempre ha existido un amplio acuerdo”, subrayó el rector a Nación.cl.
Según señaló, lo único que resulta “sorprendente es que el ministro le plantee (esta fórmula) a las universidades del Consejo de Rectores (CRUCH) -lo integran 25 universidades estatales y privadas tradicionales- y no también a las casas de estudios creadas después de 1981 (privadas)”.
Agregó Peña que “ninguna mejora en el sistema de educación superior se ejecuta sólo en los planteles del Consejo de Rectores. Es imprescindible que (la propuesta) se plantee a todas las universidades”.
INFORME EN 60 DÍAS
El ministro Beyer les hizo el jueves pasado la propuesta a los rectores que integran el CRUCH durante la asamblea plenaria que realizaron los jefes de las casas de estudios superiores en la casa central de la Universidad Católica.
El titular de Educaicón sostuvo que en Chile hay un promedio de titulación de 6,32 años, mientras que los estudiantes de países desarrollados, miembros de la Organización Para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se titulan en 4,32 años en promedio.
El CRUCH tendrá un plazo de 60 días para elaborar el documento requerido.
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