Ponencia leída ayer 3 de septiembre con ocasión del lanzamiento del libro de Bárbara Eyzaguirre y Loreto Fontaine Las Escuelas que Tenemos que tuvo lugar en el auditorio del Centro de Estudios Públicos.
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Extracto
El libro que hoy se presenta –Las Escuelas que Tenemos, de Bárbara Eyzaguirre y Loreto Fontaine, publicado por el Centro de Estudios Públicos– representa una enorme contribución y un necesario correctivo para nuestro debate y las maneras de orientar las reformas en este sector.
En efecto, este estudio se halla centrado en las escuelas, no en las instituciones que las rodean; su foco son los alumnos y los profesores, no las características del régimen administrativo que los reúne en un establecimiento; su objeto es entender cómo funcionan las prácticas de enseñanza y aprendizaje dentro del aula, no cómo las escuelas se relacionan con el estado y los organismos burocráticos.
Las preguntas que guían el estudio se sitúan por lo mismo a un nivel micro; al interior de los establecimientos. Las autoras se preguntan, por ejemplo, qué distingue a las buenas escuelas y en qué se diferencian éstas de aquellas de bajo rendimiento; y por qué unos colegios rinden mejor que otros con una composición similar de su alumnado y, más importante aún, cómo podría mejorarse el desempeño de las escuelas que hoy muestran escasos resultados.
Para responder a estas preguntas el libro da cuenta de una sólida y minuciosa investigación realizada en 13 escuelas municipales y privadas subvencionadas del Gran Santiago urbano, cuyos alumnos provienen de hogares de nivel medio-bajo y medio. Estas escuelas se clasifican en tres grupos según su rendimiento de lenguaje en la prueba Simce tomada el año 2002 a los cuartos años de la enseñanza básica. A partir de ahí, el estudio describe, analiza, compara y explica el rendimiento de las escuelas con Simce alto (3 privadas subvencionadas y una municipal), Simce medio (3 municipales y dos privadas subvencionadas) y Simce bajo (dos en cada una de ambas categorías).
La investigación propiamente consistió en un intenso trabajo de campo realizado en los colegios seleccionados, cuyos alumnos fueron examinados en el área de lenguaje y cuyos profesores y directivos fueron entrevistados exhaustivamente. Además, las investigadoras observaron clases en kínder, primero y segundo años básicos; estudiaron las planificaciones y demás materiales empleados por los docentes y revisaron los cuadernos de los estudiantes.
La metodología utilizada, si bien usual en estudios sobre escuelas efectivas que se llevan a cabo en los países desarrollados, ha tenido menos uso en Chile y constituye por lo mismo, de suyo, un aporte a nuestra investigación educacional.
El estudio se focaliza, ya lo decía, en el aprendizaje inicial de la lectura, competencia considerada clave para la vida de las personas y, en particular, para todo tipo de aprendizajes ulteriores. Como señala uno de los informes de la prueba internacional PISA, “la cuestión del mal rendimiento es especialmente importante en el caso de la competencia lectora porque [allí] los niveles de competencia tienen repercusiones sobre el bienestar de los individuos, el estado de la sociedad y la situación económica de los países en el ámbito internacional”.
Para medir el desarrollo de esta competencia las autoras aplicaron una prueba de velocidad de lectura; un indicador que les permite apreciar, en esta etapa inicial, el grado en que los alumnos logran (o no) el manejo de dicha competencia y, además, clasificar a las escuelas en relación a una norma que indica la velocidad de lectura que cabe esperar de los alumnos en primero y segundo año básicos.
A partir de los resultados generados por la aplicación de este instrumento, la investigación muestra que las brechas en lectura entre escuelas de alto, medio y bajo Simce son significativas; el equivalente a un año y medio de escolaridad entre alumnos de escuelas altas y bajas. Asimismo, que existe una fuerte asociación entre la adquisición de esta competencia fundamental durante los dos primeros cursos de la enseñanza básica y el rendimiento de los colegios en la prueba Simce de lenguaje en cuarto básico.
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