Más abajo se reproducen dos reportajes del Portal Universia-Chile sobre inserción laboral de los jóvenes profesionales y técnicos. ¿Mercados laborales saturados? ¿Desajuste entre formación entregada por las instituciones de enseñanza terciaria y los requerimientos del empleo? ¿Cesantes ilñustrados? ¿Premio salarial o pérdida de ingresos?
Los debates a propósito de este tópico ocupan varias páginas en este Blog. Algunos ejemplos:
— Inserción laboral de los graduados profesionales y técnicos en Europa, febrero 2008
— Mercado laboral de profesionistas en México, diciembre 2007
— Chile: La UTEM y el asunto de la oferta de vacantes en el área de estudios de criminalística (Reflexiones, comentarios y registro de la prensa día a día), diciembre 2007
— Tendencias del mercado laboral de graduados de la educación superior en algunos países desarrollados, enero 2007
— Tendencias de las políticas de formación de capital humano avanzado en algunos países de la OECD, noviembre 2006
— Apoyo, consejo y orientación para la inserción laboral de los graduados de la educación superior: experiencias internacionales, enero 2006
— Futuro Laboral de los graduados de la enseñanza superior: antecedentes y controversias, diciembre 2005
— Futuro laboral de los graduados de la educación superior chilena, noviembre 2005
— Educación y mercado laboral, octubre 2005
— ¿Cesantes ilustrados?, septiembre 2005
— ¿Sobre oferta o sobre saturación?, agosto 2005
— Oferta y Demanda de Profesionales y Técnicos en Chile, José Joaquín Brunner y Patricio Meller (Compiladores), Ril Editores, Santiago de Chile, 2004
— Capital Humano en Chile, José Joaquín Brunner y Gregory Elacqua, Universidad Adolfo Ibáñez – La Araucana, Santiago de Chile, 2003
Opiniones vertidas en los Reportajes del Portale Univesia – Chile:
— David Bravo, director del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, considera que “se necesitan encuestas mucho más específicas para hablar de carreras saturadas: una encuesta sobre abogados, otra sobre médicos, otra sobre periodistas, etcétera, con un tamaño muestral de alrededor de 6.000 personas para sacar conclusiones sobre aquellos mercados laborales. No se pueden sacar con 10 casos, eso sería como un estudio cualitativo, y eso no tiene valor estadístico. En este tipo de materia predominan los mitos, porque es muy difícil desterrarlos, ya que para hacerlo se necesitan datos y muchas veces se queda instalado algo que a lo mejor no es cierto”.
— En cuanto a los posibles índices de cesantía y malos sueldos, David Bravo agrega que “los profesionales son una fracción chica de la población y los datos existentes apuntan a que los universitarios son muy premiados, ganan dos y media veces más de lo que gana una persona que estudió hasta cuarto medio, y no sólo eso: cada año de educación superior aumenta los ingresos de manera significativa. Independientemente la carrera que se haya estudiado es lejos mejor que la alternativa de no haberlo hecho”.
— Respecto a la saturación de carreras, José Joaquín Brunner, sociólogo experto en políticas educacionales, considera que “no hay ninguna evidencia de esta sobreabundancia de todos los mercados. Creo que hay específicas profesiones que tienen una amplia matriculación y determinados tipos de carreras donde hay muchos graduados cada año, como ocurre con Psicología, Periodismo, Ingeniería Comercial y Derecho. Efectivamente tienen una mucha mayor competencia de otros jóvenes para ingresar al mundo laboral”.
— Para José Joaquín Brunner, director del Centro de Estudios Comparados en Políticas de Educación de la Universidad Diego Portales, lo que se preferencia al momento de buscar trabajo es “que la persona tenga las aptitudes para desempeñar las labores que se están queriendo cumplir. Por un lado, competencias genéricas: capacidad de comunicación, análisis, trabajo en equipo, iniciativa, buen manejo de las tecnologías de la información y por lo menos un uso instrumental del inglés. Por otro lado, están las competencias específicas propias de la profesión. Combinado con eso, miran la trayectoria escolar, universitaria, y de qué tipo de institución proviene el postulante”.
— “La gestión de buscar trabajo va a depender exclusivamente de cada persona, si ésta tiene claridad en lo que quiere desempeñar a futuro y realiza una buena búsqueda laboral, la tarea de encontrar trabajo se facilita considerablemente”, aclara Juan Pablo Swett, gerente general de Trabajando.com.
— Swett agrega que “hoy es diferenciador contar con ciertas competencias que permitan marcar la diferencia por sobre los pares. Los empleadores aprecian en un candidato que esté en permanente crecimiento tanto profesional como personal, saber inglés, tener experiencia como voluntario o hacer clases o ayudantías en la universidad, son características diferenciadoras. Se necesita gente que le agregue valor a su trabajo y, desde este punto de vista, destacan las competencias blandas, la capacidad que tiene la persona de adaptarse a la cultura organizacional y al clima laboral de la empresa, además de la facultad de negociar, interpretar, capacitar, unir y proporcionar servicios”.
— Otro temor de los estudiantes al enfrentarse al mundo laboral es el prejuicio que pueda haber sobre la casa de estudios de procedencia, sobre todo en el caso de los alumnos de universidades no tradicionales o consideradas de excelencia. Para Brunner, este factor “tiene una importancia relativa, ya que los empleadores realizan exámenes para tratar de ver cuáles son las competencias, antes de ver de qué institución proviene. Actualmente, cuando se gradúan alrededor de ochenta mil jóvenes en distintos tipos de carreras, provenientes de más de 200 instituciones, la nitidez de la señal que la pura credencial entrega es menor, son muchas y vienen de fuentes de emisión muy variada”.
Refiriéndose a la situación laboral de los jóvenes chilenos, el experto en temas de educación considera que “hay un problema, sobre todo en la coyuntura económica que tiene el país, que es más lenta. Muchos recién egresados tienen dificultades iniciales, pues a veces no tienen las competencias relevantes para los puestos que se ofrecen, o ellos no están satisfechos con las remuneraciones propuestas. Eso genera inseguridades y dificultades a para ingresar al mercado laboral”.
Frente al mismo tema, el gerente de Trabajando.com agrega que “como sociedad, todos tenemos un desafío y una deuda pendiente con respecto a la formación, orientación e inserción laboral de los jóvenes. Por lo mismo, es importante que los principales actores tomen conciencia de esto. Los colegios son quienes tienen la tarea de orientar a sus alumnos, y se debe abrir el abanico de alternativas que existen y no sólo se presenten las 6 ó 10 carreras tradicionales. Las universidades, por otra parte, son quienes tienen que impartir carreras que realmente requiera el mercado”.
Reportajes
Carreras de moda: ¿necesidad del mercado o desinformación?
Universia
8 agosto 2008
En Chile existe una amplia gama de estudios superiores. Sin embargo, hay carreras más apetecidas que otras, las que muchas veces no tienen campo laboral para la gran cantidad de alumnos egresados.
El año pasado, la cifra de matriculados en las 63 universidades existentes en Chile superó los 400 mil estudiantes, el doble que hace una década. Este número va en un alza constante, ya que cada año son más los jóvenes que ingresan a carreras profesionales y también son más las ofertas académicas. Esto trae consigo la saturación de ciertas áreas, que poseen más profesionales que los necesitados por el mercado. Las más afectadas por esta sobrepoblación son las humanistas, puesto que no necesitan una infraestructura muy compleja para ser impartidas y, en muchos casos, basta con profesores, un pizarrón y una sala de clases para su realización.
Hay ocupaciones altamente demandadas por las empresas que, por lo tanto, no presentan problemas con la oferta de profesionales que van egresando de las instituciones de enseñanza superior, como es el caso de las ingenierías. Sin embargo, hay actividades que siguen siendo muy cotizadas por los jóvenes y que no poseen una demanda tan alta, lo que provoca una futura cesantía o trabajos muy mal remunerados.
Periodismo y Psicología son los casos más conocidos de esta sobreproducción de profesionales. Actualmente, la primera es dictada en 60 entidades de educación superior y, según un estudio hecho por el Departamento de Educación de la Universidad de Chile, en el año 1982 hubo un total de 1.235 egresados, mientras que en 2006, la cantidad de licenciados en Comunicación Social fue superior a 10 mil. En cuanto a los sicólogos, en 1996 se graduaron 3.760, cifra que se triplicó 10 años después, habiendo un egreso cercano a los 10 mil estudiantes.
Respecto a la saturación de carreras, José Joaquín Brunner, sociólogo experto en políticas educacionales, considera que “no hay ninguna evidencia de esta sobreabundancia de todos los mercados. Creo que hay específicas profesiones que tienen una amplia matriculación y determinados tipos de carreras donde hay muchos graduados cada año, como ocurre con Psicología, Periodismo, Ingeniería Comercial y Derecho. Efectivamente tienen una mucha mayor competencia de otros jóvenes para ingresar al mundo laboral”.
David Bravo, director del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, considera que “se necesitan encuestas mucho más específicas para hablar de carreras saturadas: una encuesta sobre abogados, otra sobre médicos, otra sobre periodistas, etcétera, con un tamaño muestral de alrededor de 6.000 personas para sacar conclusiones sobre aquellos mercados laborales. No se pueden sacar con 10 casos, eso sería como un estudio cualitativo, y eso no tiene valor estadístico. En este tipo de materia predominan los mitos, porque es muy difícil desterrarlos, ya que para hacerlo se necesitan datos y muchas veces se queda instalado algo que a lo mejor no es cierto”.
También es necesario considerar futuras capacitaciones, pues el mercado exige cada vez más títulos de posgrado y gente especializada. Así la búsqueda de trabajo se hace más fácil y la posibilidad de recibir mayores ingresos aumenta. Por otro lado, es necesario tener en cuenta que no siempre serán las mismas profesiones las que estén copadas y, de acuerdo a las necesidades del mercado y la información/desinformación de quienes ingresan a la educación superior, las prioridades de los futuros universitarios van cambiando. Al respecto, José Joaquín Brunner agrega que “Creo que la sociedad se preocupa y tiene mejor información hoy en día, por ejemplo, a través de Futuro Laboral, pero no es suficiente. Debiera haber una mayor conciencia, particularmente de las universidades para adaptar sus currículums a lo que actualmente está exigiendo el mercado del trabajo”.
En cuanto a los posibles índices de cesantía y malos sueldos, David Bravo agrega que “los profesionales son una fracción chica de la población y los datos existentes apuntan a que los universitarios son muy premiados, ganan dos y media veces más de lo que gana una persona que estudió hasta cuarto medio, y no sólo eso: cada año de educación superior aumenta los ingresos de manera significativa. Independientemente la carrera que se haya estudiado es lejos mejor que la alternativa de no haberlo hecho”.
En todo caso, no hay ninguna carrera que pueda asegurar un empleo. Factores como la universidad de egreso, estudios complementarios, manejo de idiomas, entre otros, favorecen al profesional al momento de buscar trabajo.
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Jóvenes y desempleo: ¿Qué es lo que el mercado pide?
Universia
Uno de los principales temores al salir de la universidad, es volverse parte de los llamados “cesantes ilustrados”, profesionales recién egresados que, a pesar de sus esfuerzos, no logran insertarse en el mundo laboral.
La cesantía en los profesionales no es generalizada. A pesar que ninguna carrera puede asegurar un empleo, existen una serie de factores que facilitan o entorpecen el proceso, como la universidad de egreso, estudios complementarios, manejo de idiomas, entre otros. Pero, ¿Cuánto se demora realmente un alumno que se acaba de graduar en encontrar trabajo?
La bolsa de empleo Trabajando.com elaboró una encuesta sobre la base de los currículums recibidos de los egresados que buscan su primer empleo. De dicho estudio, se desprende que el titulado de Periodismo es a quien más le cuesta ingresar al mercado laboral, con 6,7 meses, mientras que el que tiene más oportunidades es el egresado de Derecho, con 1,3. En promedio, un universitario recién egresado demora aproximadamente 24 semanas en encontrar trabajo.
“La gestión de buscar trabajo va a depender exclusivamente de cada persona, si ésta tiene claridad en lo que quiere desempeñar a futuro y realiza una buena búsqueda laboral, la tarea de encontrar trabajo se facilita considerablemente”, aclara Juan Pablo Swett, gerente general de Trabajando.com.
Respecto a los jóvenes profesionales que encuentran dificultades para incorporarse al mercado laboral, las razones pueden ser variadas: expectativas de remuneración por encima del mercado, búsqueda de una ocupación en un área específica donde la oferta es débil, desalineación entre las competencias ofrecidas y los requerimientos del mundo ocupacional, problemas cíclicos de oferta de trabajo en uno u otro sector de la economía, falta de redes sociales que facilitan el acceso al mercado, entre otros.
¿Qué buscan los empleadores?
Uno de los grandes cuestionamientos hechos por los universitarios que se acaban de graduar, tiene relación con las expectativas de quienes proveen de puestos de trabajo y cómo pueden ser considerados dentro de éstas.
Para José Joaquín Brunner, director del Centro de Estudios Comparados en Políticas y Sistemas de Educación de la Universidad Diego Portales, lo que se preferencia al momento de buscar trabajo es “que la persona tenga las aptitudes para desempeñar las labores que se están queriendo cumplir. Por un lado, competencias genéricas: capacidad de comunicación, análisis, trabajo en equipo, iniciativa, buen manejo de las tecnologías de la información y por lo menos un uso instrumental del inglés. Por otro lado, están las competencias específicas propias de la profesión. Combinado con eso, miran la trayectoria escolar, universitaria, y de qué tipo de institución proviene el postulante”.
Al respecto, Swett agrega que “hoy es diferenciador contar con ciertas competencias que permitan marcar la diferencia por sobre los pares. Los empleadores aprecian en un candidato que esté en permanente crecimiento tanto profesional como personal, saber inglés, tener experiencia como voluntario o hacer clases o ayudantías en la universidad, son características diferenciadoras. Se necesita gente que le agregue valor a su trabajo y, desde este punto de vista, destacan las competencias blandas, la capacidad que tiene la persona de adaptarse a la cultura organizacional y al clima laboral de la empresa, además de la facultad de negociar, interpretar, capacitar, unir y proporcionar servicios”.
Las inseguridades
Otro temor de los estudiantes al enfrentarse al mundo laboral es el prejuicio que pueda haber sobre la casa de estudios de procedencia, sobre todo en el caso de los alumnos de universidades no tradicionales o consideradas de excelencia. Para Brunner, este factor “tiene una importancia relativa, ya que los empleadores realizan exámenes para tratar de ver cuáles son las competencias, antes de ver de qué institución proviene. Actualmente, cuando se gradúan alrededor de ochenta mil jóvenes en distintos tipos de carreras, provenientes de más de 200 instituciones, la nitidez de la señal que la pura credencial entrega es menor, son muchas y vienen de fuentes de emisión muy variada”.
Refiriéndose a la situación laboral de los jóvenes chilenos, el experto en temas de educación considera que “hay un problema, sobre todo en la coyuntura económica que tiene el país, que es más lenta. Muchos recién egresados tienen dificultades iniciales, pues a veces no tienen las competencias relevantes para los puestos que se ofrecen, o ellos no están satisfechos con las remuneraciones propuestas. Eso genera inseguridades y dificultades a para ingresar al mercado laboral”.
Frente al mismo tema, el gerente de Trabajando.com agrega que “como sociedad, todos tenemos un desafío y una deuda pendiente con respecto a la formación, orientación e inserción laboral de los jóvenes. Por lo mismo, es importante que los principales actores tomen conciencia de esto. Los colegios son quienes tienen la tarea de orientar a sus alumnos, y se debe abrir el abanico de alternativas que existen y no sólo se presenten las 6 ó 10 carreras tradicionales. Las universidades, por otra parte, son quienes tienen que impartir carreras que realmente requiera el mercado”.
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