Movilización de estudiantes secundarios en Chile (II): selección de opiniones realizada por Gregory Elacqua
Junio 12, 2006

Aba.jpg Selección de opiniones publicadas por la prensa entre los días 28 de mayo y 8 de junio sobre los asuntos educacionales envueltos en la movilización estudiantil, realizada por Gregory Elacqua, Escuela de Gobierno, Universidad Adolfo Ibáñez.
Una primera selección de opiniones de Gregory Elacqua sobre la movilización estudiantil estudiantil fue incluida en estas páginas anteriormente, al igual que opiniones del autor de este Blog.
Los textos incluidos en esta ocasión se encuentran completos más abajo.
Autores
Carlos Peña
José Joaquín Brunner
Martín Zilic, Ministro de Educación (entrevista de Raquel Correa)
Abraham Magendzo
José Antonio Kast y Felipe Ward , diputados UDI
Mariana Aylwin
Además, pueden consultarse aquí sobre 160 noticias relacionadas con el movimiento estudiantil secundario publicadas en la prensa nacional e internacional, seleccionadas por Google.


Reportajes
El Mercurio
Plegarias atendidas: ella quería participación
Domingo 11 de junio de 2006
CARLOS PEÑA GONZÁLEZ
En apenas cien días, la Presidenta Bachelet ha sido víctima de dos o tres ideas que ella misma alentó.
Cuando aspiraba a la presidencia y debía enfrentar al bloque de poder de la transición, esgrimió la participación ciudadana y el empowerment. ¿Qué mejor para disminuir la soberbia de las élites que recordarles que el poder radica en el pueblo y que los ciudadanos de a pie pueden recobrarlo en cualquier momento por la simple vía de transformar sus derechos en demandas?
Luego y una vez alcanzado el triunfo, conformó un gabinete paritario, favoreció a un think tank incluso en desmedro de los partidos e incluyó rostros que nunca habían conducido al aparato gubernamental. ¿Qué mejor, luego de dieciséis años de gobierno, que renovar las élites?
Y para el 21 de mayo -ese rito republicano en el que el gobierno da cuenta de los avances y carencias de la Nación- eludió los relatos épicos y prefirió un listado de promesas que era casi una cotización de enseres: tanto de esto y tanto de lo otro. ¿Acaso no enseñan los textos que la posmodernidad exige abandonar los relatos teñidos de ideología para sustituirlos en cambio por la satisfacción de demandas?
Ahí tiene usted. En nada más cien días, un gobierno ciudadano, paritario y posmoderno. Sonaba bien. Daba incluso para pensar que el liderazgo de Lagos -autoritario, masculino e ilustrado- podría olvidarse pronto.
Pero no ocurrió así. Y es que la realidad suele ser más fea que los conceptos.
La ciudadanía activa o el empowerment -una de esas ideas emigradas desde el management, con las que cierta izquierda intenta hacer frente a la crisis de representación- funciona bien cuando se está en la vereda de enfrente del poder; pero cuando se ejerce el gobierno se transforma en un estorbo. Ciudadanos demasiado activos y “empoderados” suelen comportarse como esos niños demandantes que son puro deseo y que no se han enterado todavía del principio de realidad. El resultado no es el populismo (el populismo requiere una movilización de demandas sumada a un gobierno que se apura en complacerlas); pero se parece harto al desorden.
Por eso la sorna con que el lunes “The New York Times” aludió a las huelgas estudiantiles está plenamente justificada para describir también estos primeros cien días: “ella quería participación” -dijo el diario. “Y la obtuvo” -concluyó.
She got it.
De otra parte, los altos niveles de movilización ciudadana (que la propia Presidenta el día martes pronosticó irían en ascenso) han debido coexistir con un gabinete que mezcla temperamentos muy disímiles. Está el ministro del Interior a quien nada parece importarle demasiado (a juzgar por las entrevistas no hay argumento que lo conmueva, ni circunstancia que logre alarmarlo: un verdadero estoico o un escéptico); la ministra de Salud (que, luego de confundir las urgencias de la salud pública con el debate sobre derechos reproductivos se hizo invisible); el ministro de Educación (que no ha tenido tiempo ni para enterarse de qué va el asunto); el ministro Secretario General de Gobierno (que a veces confunde la comunicación con la trivialidad); el ministro de Hacienda (que subraya la autoridad de la Presidenta con tal énfasis que es para sospechar que quiere convencerse ante todo a sí mismo); y así.
Todos parecen demasiado cuidadosos ¡Vaya paradoja! En este gobierno que alienta el empowerment, los ministros son los menos empoderados de todos. Salvo una excepción -Paulina Veloso- el resto no parecen ministros, sino apenas funcionarios bien vestidos. Más todavía después de que esta misma semana la Presidenta los reuniera para reprenderlos y darles instrucciones más o menos vanales que parecían sacadas de Coelho o copiadas de esos coaching ontológicos con los que algunos empresarios entrenan a sus ejecutivos y a sus fuerzas de venta.
¿Cómo pudo pensar alguien que un aparato gubernamental puede funcionar bien después que se le despoja de esa forma, y ante las cámaras, de cualquier aura de respetabilidad?
En fin, el discurso del 21 de mayo pareció mostrar uno de los aspectos más notorios de estos cien días. La falta de atención a las dimensiones simbólicas de la política.
La Presidenta logra con soltura la intimidad a distancia; pero es más bien floja a la hora de conferir significados a la acción pública. Lo mostró en ese discurso del 21 que por momentos pareció un ayuda memoria para ejecutar un presupuesto. Cualquier cosa, menos un discurso capaz de despertar entusiasmos y avivar el fuego de la comunidad. La frase de Dinensen -“cualquier cosa puede ser soportada si puedes contar una buena historia acerca de ella”- tiene un fondo de verdad que quien maneja el Estado no debe olvidar. Menos cuando se trata de los ritos de la república.
Así las tres novedades de la Presidenta -empowerment, renovación de las élites y abandono del relato épico- se han cumplido. She got it. Pero no han funcionado del todo bien.
Como para recordar a Santa Teresa. A veces, dijo, se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las desatendidas.
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Artes y Letras
El Mercurio
Domingo 11 de junio de 2006
Brecha generacional
José Joaquín Brunner
A lo largo de la historia, una de las mayores fuentes de cambio cultural han sido los jóvenes, cuya rebeldía colectiva manifiesta habitualmente un profundo desajuste con las estructuras de autoridad y con las prácticas de los valores adultos y su transmisión social. De allí, asimismo, el carácter de conflicto generacional que de ordinario acompaña a los movimientos juveniles, apenas disimulado tras motivos de orden participativo o democratizador.
Lo que estos movimientos revelan es, ante todo, un malestar generacional con la cultura establecida, especialmente con aquellos aspectos más vinculados a sus instancias formativas. ¿Cuáles? La educación y el consumo, la familia y la moral, la religión y la estética, la vocación y el trabajo, los medios de comunicación y las tecnologías del saber.
En Chile, particularmente, la nueva generación -nacida al borde de los años 90- debió formarse en un clima cultural completamente colmado por las preocupaciones adultas. Preocupación por el pasado y sus traumas; la transición democrática y la nostalgia por los tiempos sucedidos; el taylorismo laboral y la sublimación instintiva; el crecimiento económico y la competitividad; el consenso valórico y el miedo conservador al pluralismo y la diversidad; las estéticas modernas y los estilos moderados.
Por el contrario, los hijos formados a la sombra de estas preocupaciones son ajenos, y se sienten distantes, del mundo que las creó y que como un eco las mantiene. Nacidos en un entorno de derechos y libertades; TV, telefonía móvil e internet; divorcio y relaciones contractuales; debilitamiento de las tradiciones y autonomía personal; mayor tolerancia e igualdad de género, han seguido un camino propio que, imperceptiblemente, los apartaba de aquél recorrido por sus padres. Dejaron de leer la prensa que se dice seria para volcarse hacia The Clinic. Se reúnen en bares acostumbrados, tarde después de que la ciudad adulta se recoge. En las encuestas declaran iniciarse temprano en el sexo, mientras las élites mayores discuten sobre la conveniencia de adoptar programas de abstinencia sexual y sobre el riesgo de las Jocas. Pronto ingresarán masivamente a la enseñanza superior, en tanto que sus padres -más exactamente, siete de cada diez de ellos- no pudieron terminar sus estudios secundarios por falta de oportunidades. En general, se manifiestan más seculares, pero no carentes de interés por espiritualidades ecuménicas. No votan en las elecciones, mas siguen a la distancia, mientras van chateando, los asuntos públicos. Más cosmopolitas son, al mismo tiempo, locales; “glocales” pues, como suele decirse ahora. Para sorpresa de todos, de repente esta generación entera irrumpió en la escena urbana: espontáneamente organizada, expertamente mediática, entonando su propia música, independiente de lazos políticos tradicionales pero no extraña a ellos, estimulada por su propio entusiasmo, tenaz en sus demandas. Y, ¡cómo no!, alzada sobre un pedestal por los medios y por quienes calculan obtener beneficios sumándose a sus posturas y reivindicaciones.
No hay que equivocarse sin embargo. Los agentes de cambio cultural son también siempre, sin tener necesariamente conciencia de ello, una fuente de renovación del sistema que los empuja a actuar. A fin de cuentas, exigir mejor educación y beneficios tangibles para sí mismos es, de ciertaprofunda forma, un homenaje a la cultura política de los padres, a la vez que una abierta crítica de nuestras limitaciones.
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Reportajes
El Mercurio
MINISTRO DE EDUCACIÓN, MARTÍN ZILIC:
“Si la Presidenta me dice que tengo que irme, le agradeceré que me libere”
Domingo 11 de junio de 2006
Convencido de haber hecho todo lo posible estos meses en el gabinete, celebra que “estamos en los últimos estertores” del movimiento estudiantil. Como buen cirujano, mete el bisturí en el tema educacional y asegura que no es problema sólo de su ministerio, sino de la sociedad entera.
RAQUEL CORREA
-¿Tiene el cuero duro, ministro?
-Bien duro- responde con esa impertérrita actitud de los cirujanos que enfrentan a la familia en medio de una intervención quirúrgica delicadísima, mientras el paciente se debate entre la vida y la muerte.
-¿Halla justo que las críticas por el conflicto estudiantil recaigan en usted?
-Siempre alguien tiene que pagar las cuentas. Y yo estoy dispuesto a pagarlas.
-¿Incluida la destitución de su cargo?
-Yo me vine dos semanas antes de asumir para ver los temas importantes de un ministerio extraordinariamente grande y complejo. Reformulamos los equipos, los reforzamos, se mantuvo al seremi Alejandro Traverso que partió analizando con los jóvenes…
-Pero eso no sirvió, ministro…
-Sí sirvió. Esto no parte el 12 de marzo de este año. Hay un largo proceso en que los jóvenes han sido marginados de la sociedad, discriminados. Hay una relación brutal entre los puntajes del Simce con el nivel socioeconómico y educacional de las familias. Aquí no ha existido movilidad social y eso es muy grave.
Evaluación ministerial
Martín Zilic Hrepic (58 años, casado con Marisol Biel, tres hijos) es médico cirujano, con Máster of Sciencies y Cuidados Intensivos de la U. de Lovaina. Fue subdirector del Hospital Guillermo Grant, profesor de la Universidad de Concepción e intendente de la VIII Región en el gobierno de Frei Ruiz-Tagle. Ahí también le tocaron incendios, como el cierre de las minas de carbón. Militante DC, las demandas estudiantiles no lo asustan. “Fui uno de los niños terribles de la reforma de la Universidad de Concepción”, rememora sus tiempos de secretario ejecutivo de la comisión redactora de la reforma.
-Su familia está en Concepción y usted “parando” en casa de amigos ¿por qué no arrienda un lugar para vivir en Santiago?
-No he tenido tiempo.
-¿No será que presiente que su estada aquí será muy breve…?
-Por ningún motivo. Estoy viendo si arriendo o compro un departamento.
-No se vaya a quedar con el departamento… y sin trabajo.
-En ese sentido, no tengo ningún drama.
-¿No cree que la Presidenta se equivocó nombrándolo en Educación en vez de Salud?
-Ese es problema de la Presidenta.
-¿Está aquí por ser DC?
-No sé… O por haber trabajado en ciencia y tecnología; haber creado el Instituto más grande de Biotecnología de Chile… Esas cosas no se dicen porque lo que no pasa en Santiago, no pasa.
-Lo acusan de haber estado ausente…
-Fui el primero en sentarme a la mesa a conversar con los jóvenes y planteamos un sistema de trabajo. En la primera reunión me dijeron “LOCE sí o sí”. La subsecretaria y los seremis tenían que ejecutar el tema. Eché a andar los sistema dentro del ministerio. El 25% de las medidas de los primeros 100 días estaban aquí. He trabajado entre 16 y 18 horas diarias. Nos reunimos con los alcaldes por la municipalización, conversé con los rectores, con embajadores por el estudio del inglés, con alumnos, profesores, etc. Fui sólo dos veces a ver a mi familia en todo este tiempo. Decir que he estado ausente es una gran injusticia.
-¿La Presidenta está consciente de eso?
-Creo que sí. Jamás me ha planteado algo distinto y siempre he sentido su afecto. Soy militante disciplinado de la Concertación y del Gobierno.
-¿Está dispuesto a “pagar el pato”?
-No estoy dispuesto a pagar el pato. Defenderé lo que he estado haciendo. Quien decide si uno sigue o no es la Presidenta. Si me dice que tengo que irme, le agradeceré que me libere, de la misma forma en que le agradecí cuando me dio la confianza de ser ministro.
-La Presidenta dijo: “Necesito un gobierno que se anticipe a los problemas”. ¿Usted no se sintió aludido por el tirón de orejas?
-Lo sentí como un llamado general a todos y yo soy parte de ese todo. Los movimientos sociales tienen una parte de anticipación, pero aquí, hasta el 21 de mayo, ¡nadie! anticipó lo que venía. Pensábamos que habría tomas de colegios. Lo sabía La Moneda y lo sabíamos todos. Pero si alguien dice que previó la bola de nieve que venía, eso es falso. ¡Nadie! La Presidenta nos dijo que redoblemos los esfuerzos porque los temas sociales estarán en la agenda pública. Y eso estamos haciendo. Este es el primer gobierno que llega sin los temores del pasado. En democracia tienen que existir este tipo de conflictos.
-En este conflicto educacional, ¿no temió un desenlace fatal?
-Pero, por favor, tendría que morirse Chile y Chile no se va a morir: tiene una estructura muy sólida. Hoy la cobertura que tenemos en educación es la mejor de América Latina.
-Pero de las peores en calidad…
-No se podía avanzar en cobertura y calidad a la vez. Para definir calidad hay que marcar claramente los parámetros, poner un evaluador externo que mida a los jóvenes para ver cómo avanzan.
“Un cambio espectacular”
-¿Cuál es su diagnóstico de la educación chilena?
-Está en un proceso de transformación muy fuerte. Vea los problemas que ha habido en Francia y España por demandas estudiantiles.
-Francamente ¿no la ve en la UTI?
-Está en crisis, lo que en términos hipocráticos significa que es el momento en que algo se resuelve, para bien o para mal.
-Pero póngale el estetoscopio…¿qué registra?
-Que estamos en una situación de cambio espectacular. Los jóvenes salieron a la calle a pedir el cambio de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE). Fue lo primero que me plantearon. Pude haber sido demagogo y decirles sí y que yo también quiero cambiarla. Pero les dije que eso pasa por una discusión en el Parlamento. Me dijeron: “Entonces, nos vamos a las protestas”. Les dije “es imposible derogar esa ley ahora, ya”. Tenemos que sentarnos a discutir sobre los temas de fondo. Se ha hecho mucho en educación. En 1960 sólo el 14% iba a la Educación Media. Eso no es tema de este gobierno ni de la Concertación; es tema del país. Hoy el 37% de los jóvenes está en la universidad: 630 mil jóvenes.
-Pero hay hartas universidades bien mediocres…
-Sí. Bien mediocres. Por eso hay que evaluarlas. Eso está en discusión en el Parlamento. Tenemos que ser muy claros y muy duros en contar con un buen sistema de acreditación; ojalá lleguemos a generar exámenes finales para cada una de las carreras, como se exigirá a los médicos. Yo estudié en la Universidad de Concepción y el examen de grado me lo tomó la Universidad de Chile… Hoy las universidades son más autónomas, pero hay que tener mejor control de calidad.
-¿Cerraría algunas …?
-¡Por supuesto! Estoy porque haya un evaluador externo de calidad de la educación básica, media y superior. Y las que no funcionan bien ¡deben cerrarse!
-¿Está por modificar la PSU?
-Fue uno de los primeros temas que planteé al Consejo de Rectores. También hemos discutido la licitación de la PSU. Entregar una educación de mala calidad es una estafa y eso hoy día nadie lo controla. La educación básica, media y superior se ha comercializado. Se puso la libertad de enseñanza por sobre el derecho a la educación. Deben estar al mismo nivel. Los estatistas dicen que todo lo debe controlar el Estado, los otros sostienen que el mercado regula. Yo estoy por mayor libertad, pero con un control mucho más fuerte del Estado -no del gobierno- sobre la calidad.
Secundarios:
“Un movimiento que pasará a la historia”
-Entre los 76 miembros del Consejo Asesor hay estatistas y privatistas. ¿Cómo se resolverá?
-Ese es el diálogo necesario: poner en una misma mesa gente con pensamientos distintos para buscar qué sistema queremos.
-¿Y quiénes decidirán?
-Es un consejo asesor, no resolutivo, que propone ideas. Las decisiones las toma la Presidenta de la República.
-¿Conocía a Juan Eduardo García Huidobro, quien lo presidirá?
-Por referencias. Sabe mucho de educación.
-¿Se sobregiraron mediáticamente los estudiantes?
-Sí. Trataron de no politizarse; desgraciadamente entró un tema ideológico muy fuerte. Lo relevante es que los jóvenes pusieron el tema de la educación en la agenda de todos.
-Saben que no se puede modificar en un instante…
-Claro. Pero han pasado a la historia como un movimiento fantástico.
-¿Fueron manipulados políticamente?
-Espero que no. Partieron solos, pero en algún momento trataron de instrumentalizarlos. Tienen mucha razón, pero no la tienen toda.
-¿Cuál era su pronóstico de lo que ocurriría?
-Lo que ocurrió. Estábamos en los últimos estertores de este movimiento.
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LA EDUCACION UN TEMA PAÍS
Abraham Magendzo K
Fundación IDEAS
Cátedra UNESCO en DDHH/UAHC
Junio 2006
Los momentos de quiebre son los que nos hacen expandir la mirada. Es un tiempo indicativo que hay que evaluarlo como una oportunidad. Pienso que los estudiantes han creado ese momento de quiebre en torno a la educación, nos interpelan ,nos demandan como sociedad. El reto es leer, con altura de miras, cuáles son los mensajes subyacentes y profundos que están formulando. Creo no equivocarme al decir que hicieron de la educación un tema nacional. Mi sugerencia es que no desaprovechemos esta oportunidad. Esta bien que un Consejo Nacional de Educación se ponga a estudiar y a buscar soluciones a los problemas planteados. Sin embargo, a mi parecer, lo que los estudiantes nos están diciendo es hacer de la educación un espacio que nos convoca a todos, y a todas que no se resuelve con una representación, por pluralista que esta sea, con un Consejo ,por valioso y operante que este sea.
Es el tiempo de hacer de la educación una propuesta de país; una construcción de un “Nosotros”;una oportunidad de dejar que muchas voces hablen; una ocasión de escucharnos; de revisar, sin ideas preconcebidas y prejuicios. lo que hemos avanzado en materia educacional y lo que nos falta por hacer; de explorar como podemos individual y colectivamente contribuir a hacer de la educación una tarea que nos convoca como ciudadanos. Nadie puede ni debe quedar excluido ni sentirse excluido, todos son prescindibles. La educación se transforma, de esta manera,
en un momento para ahondar en una democracia activa, deliberativa, incluyente . que tanta falta nos hace.
El emplazamiento de los jóvenes es hacer de la educación un autentico espacio de democracia deliberativa, un lugar en el que todos : estudiantes, padres y apoderados, profesores, administrativos, profesionales, empresarios, trabajadores , académicos y otros actores sociales, se encuentran ,se descubren, para deliberar y expresarse en torno a la educación.
En esta postura se equivocan, en mi opinión , aquellos que piensan la educación es un tema exclusivo de profesionales y expertos de la educación. Quien más quien menos tiene algo que decir frente al dilema de la libertad de enseñanza y el derecho a la educación; si la educación debe prestarse al lucro; sobre la calidad y equidad de la educación; respecto a los resultados de las evaluaciones; referente al desempeño docente; el curriculum y otras materias educacionales que preocupan. No todas serán voces expertas, pero serán opiniones frutos de la experiencia, de las reflexiones individuales y colectivas , de los diálogos informales, de las lecturas y de las escuchas de los medios de comunicación.
Los estudiantes nos han dicho algo que sabíamos ,pero que no atinábamos a agendar : La educación es un tema de interés publico. Por consiguiente, es susceptible de consideración ,discusión y deliberación publica. Deliberación que no se agota en los debates que sostienen los representantes democráticamente elegidos ,ni tampoco en la constitución de uno o varios consejos asesores.
La educación ha quedo instalada como preocupación y asunto que nos incumbe y afecta directa o indirectamente a todos y a todos y por ende todos y todas tenemos una palabra, tenemos un algo que decir, no es un asunto de unos pocos iniciados. En este sentido, los jóvenes han abierto canales para la participación en torno a la educación, que es un tema que nos concierne como país, como ciudadanos, en la que no se excluyen posiciones , ni se descalifican argumentaciones . Se incluyen todas las voces tanto las de consenso como las de disenso.
Nótese que en la acción participativa –deliberativa a la que hacemos referencia lo que interesa no son sólo los resultados, las soluciones , las recomendaciones, las conclusiones ,sino que también y por sobre todo, importa el proceso mismo de la deliberación. Este proceso es un hecho educativo ante si, que no hay que desestimar para nada.
Estoy cierto que hay quienes, con ansiedad desean que las decisiones se concreten con premura , economía de tiempo y recursos. Sólo tienen in mente que los problemas se solucionen rápidamente; que se alcancen resultados inmediatos ; que se arriben a conclusiones sin demora Más aún, piensan que los tiempos políticos son incompatibles con una propuesta deliberativa .Dirán, éste no es el momento de las deliberaciones sino de las decisiones. Sin embargo, a veces la premura, la ansiedad y el cálculo político , no es buen consejero de las soluciones acertadas. En materia educacional esto ha quedado refrendado una y otra vez.
La propuesta participativa –deliberativa como una acto educativo –ciudadano, invita a que la deliberación fluya libremente, en la que se aprecia que hay disposición para argumentar y persuadir a otros y también dejarse convencer con explicaciones razonadas y razonables; en las que no se aceptan las imposiciones- que es en si un acto antidemocrático- ni tampoco se exige sumarse , sin fundamentos, a la voluntad de las mayorías. Hay lugar a la disidencia. En el proceso de la deliberación, convergen públicamente las diferencias, para alcanzar una voluntad común.
En síntesis , los problemas educacionales que nos inquietan- y que los estudiantes han puesto en la mesa de las discusiones- no pueden ser asumidos en una perspectiva elitista- excluyente ,ni en espacios reducidos de participación . Por el contrario, es un llamado a que abramos múltiples y variados lugares de dialogo, de análisis, de discusión , de confrontación de ideas: Por qué no crear Círculos Deliberativos de Educación a lo largo y ancho del país en el que desde variadas especificidades, identidades y contextos , profundicemos en torno a los problemas educacionales que nos aquejan. Es, en definitiva, una invitación a profundizar en la democracia. Y a tomarse en serio el mensaje que los jóvenes mos están manifestando.
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La Tercera
UDI rechaza designación de García-Huidobro como presidente de consejo para la educación
Fecha edición: 12-06-2006
Los diputados UDI José Antonio Kast y Felipe Ward manifestaron sus aprehensiones en torno a la imparcialidad que pudiese tener el nominado presidente de la comisión asesora, Juan Eduardo García-Huidobro, luego que este se declarara “estatista” en torno a lo que debería ser la educación.
“Es extremadamente extraño que antes que comience a funcionar esta comisión asesora, el representante de la Presidenta Bachelet y máxima cabeza de ésta ya comience a ejercer una presión velada a través del deslizamiento de lo que él piensa con respecto a la educación, como si tratara de imponerse a través de esta visión estatista de la educación, por sobre los otros integrantes de la masiva comisión”, sostuvieron los parlamentarios gremialistas.
Si bien los legisladores dijeron que se debían estudiar todas las posibles soluciones que fueron en la dirección correcta de mejorar la educación en Chile, la creación de esta “extremadamente grande comisión asesora” era la típica salida de todos los gobiernos de la Concertación para abordar los problemas. “Es decir, ya han gobernado 16 años y ahora se están dando cuenta que necesitan otra comisión asesora para conocer las alternativas de solución a los mismos problemas que se vienen presentando en todos los gobiernos de la Concertación”, sostuvieron Kast y Ward.
“Creemos que el camino de esta comisión asesora para llegar a buen término será extremadamente difícil y de incierto futuro en cuanto a sus resultados”, sostuvo Kast, miembro de la Comisión de Educación de la Cámara Baja.
Los parlamentarios recordaron que ya en el año 1994 se conocieron los resultados del llamado Informe Brunner que mostraba un completo diagnóstico de la educación chilena y planteaba distintas alternativas para enfrentar lo que ya en aquella época era un secreto a voces: “la calidad de la educación no mostraba mejoría alguna”.
En ese sentido, los congresistas lamentaron que el oficialismo no haya implementado muchas de las medidas propuestas por dicho informe, “por lo que creemos que ahora tal vez no sea la excepción y no se llegue a más que buenas intenciones y ninguna medida concreta, sobre todo cuando el presidente de la comisión ya está actuando sesgadamente”.
“Lo que es más grave aún, es que a 12 años de emitido dicho informe, la Presidenta Bachelet, como gran noticia nos señala que ha conformado una gigantesca comisión asesora, la más grande que se haya conocido hasta la fecha, y lo que es más preocupante es que ésta es presidida por uno de los principales responsables de los magros resultados educacionales de los últimos. Nos referimos a Juan Eduardo García?Huidobro, quien fue ex jefe de la división de Educación General” indicaron Kast y Ward.
Los diputados también lamentaron que la instancia esté integrada por otros altos ex funcionarios del Mineduc que fueron gestores y artífices de la llamada Reforma Educacional, como Cristian Cox (ex coordinador de la Unidad de Currículo y Evaluación); Ernesto Aguila (ex asesor del Mineduc); Jaime Pérez de Arce (ex subsecretario de Educación) y Jorge Manzi (ex asesor del Mineduc y uno de los autores de la actual PSU); además de otros asesores y consultores del Ministerio.
Por ello los parlamentarios llamaron a la Presidenta para que reconsidere no sólo la nominación de los integrantes del consejo y su cantidad sino que también a quién la preside, “no sólo por haber sido junto a Cristian Cox los padres de la Reforma Educacional sino porque quién actualmente ejerce el cargo de presidente ha perdido, aún antes de iniciar el trabajo de la comisión, toda imparcialidad al señalar públicamente que él está dentro del grupo de los más estatistas de los integrantes. ¿Qué imparcialidad puede tener alguien que por más de 10 años fue parte de un sistema que ha fracasado y que además quiere profundizar más aún en dichos conceptos? ¿Qué imparcialidad puede tener alguien que a priori se ubica en un sector de los integrantes de la comisión?”.
Asimismo, los diputados manifestaron que todos quienes “han sido parte de los actuales y pésimos resultados de la educación chilena debieran dejar sus cargos en la comisión a personas que tengan la imparcialidad necesaria para evaluar lo que se ha hecho y puedan proponer caminos reales de solución”.
Finalmente, Kast y Ward indicaron que la izquierda extra parlamentaria, con más de 5 representantes, ha quedado sobre representada en esta “gran comisión”, lo que deja de manifiesto claramente que la Presidenta Bachelet privilegió dejar contentos a todos, por sobre la eficiencia para lograr buenos resultados en torno a lo que queremos para la educación en Chile.
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La Tercera
sábado 27 de mayo
El malestar estudiantil.
Mariana Aywlin
No será primera vez que los estudiantes cambien la agenda de un gobierno. Lo hicieron los estudiantes en tiempos de Frei Montalva, de Allende, de Pinochet y antes también. Durante la democracia y hasta ahora, los estudiantes se habían manifestado por temas específicos, especialmente por la falta de financiamiento para los estudios superiores. Los argumentos para esta demandas se han debilitado. Este año se asignaron becas y créditos antes de que empezaran las clases y, además empezó a operar el nuevo sistema. Por su parte, los escolares sólo se habían movilizado por el pase escolar, en una protesta que tuvo mucho más de rebelión frente a la injusticia y la transparencia, que el costo y la administración que cuestionaban. Hoy los estudiantes han expandido sus demandas desde el cobro de la PSU y la gratuidad del transporte, hasta la revisión de la jornada escolar completa y el cambio de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza. Lo que parecen estar expresando los jóvenes es un difuso malestar que tiene que ver con la desigualdad de oportunidades. No podemos extrañarnos. Hay una evidencia que se instala brutalmente: pese a que la inversión en educación se ha triplicado, los recursos que reciben los estudiantes de menores ingresos que van al sistema municipal son 6 o 7 veces menores que los del sistema particular pagado. 30 mil pesos versus 180 mil o más. Los municipios acarrean con una triple discriminación: reciben a los estudiantes más pobres sin seleccionarlos; tienen menos recursos porque no pueden cobrar financiamiento compartido; y tienen costos más altos, porque las remuneraciones se les encarecen en un 30% por pagos de bienios y asignación de perfeccionamiento. Hoy se habla mucho de “poner los incentivos correctos”, pero sólo una minoría puede legalmente establecer incentivos. Además, muchos docentes en edad de jubilar no lo hacen porque sus pensiones serán miserables.
La protesta juvenil representa una oportunidad para reponer la prioridad en educación y definir una agenda clara para los próximos años. Pero eso significa poner más recursos en los sectores más pobres. Una iniciativas para abordar esta situación está en marcha. La Presidenta instó al Congreso a aprobar la ley de subvención preferencial. Es perfectamente posible que este proyecto sea una instancia para articular una discusión de fondo que permita abordar la inequidad actual. La subvención preferencial se postergó con la crisis económica de comienzos de la década. Hoy las condiciones son otras, además la jornada escolar completa está concluyendo y liberará recursos que pueden usarse para generar mejores competencias en nuestros colegios. En esta etapa, cuando Chile está en un nivel que no tiene ningún país en América Latina, sería un error poner en el centro de la discusión el cambio del sistema. Por cierto requiere modificaciones, pero aunque cambiemos todas las leyes, si los profesores no tienen tiempo para preparar sus clases, si no tienen una buena formación inicial, si siguen haciendo clases como les enseñaron a ellos, si los estudiantes no pueden tener acceso a banda ancha, si no tienen oportunidades de talleres de música, arte y actividades deportivas interesantes para ellos, perderemos tiempo y dinero. La evidencia muestra que debe haber exigencia y acompañamiento – tal como se hizo en las experiencias exitosas de Montegrande y escuelas críticas- para cambiar prácticas pedagógicas y de gestión que impacten en el aula , motivando a los alumnos para lograr buenos aprendizajes.

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